Capítulo 87: Nuevos Vecinos

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Peeta y yo nos encontramos en la cocina, desayunando como todas las mañanas. Él preparó unas ricas tostadas con queso y café caliente. Estamos en silencio, por alguna extraña razón, no hablamos.

Él mira mi mano y yo hago lo mismo. No tengo nada raro, no entiendo que es lo que busca. La toma suavemente y comienza a acariciarme los dedos con su pulgar.

- Te amo infinidades, Katniss - Sonrío ampliamente al escucharlo. - Sé que tuvimos muchas peleas, y que nuestra relación no es perfecta, ni tampoco la mejor, pero creo que más allá de eso, pudimos resolver todo lo que nos hacía mal. - Me dice y aprieto su mano con más fuerza - Sé que habrán nuevas situaciones para afrontar, pero eso nos hará más fuertes.

- Peeta, eres perfecto como eres, y puede que nuestra relación haya tenido muchos percances, pero eso la hace más fuerte - Le digo - Además, no importa lo que ocurra, de ahora en más, sé que todo estará bien, siempre y cuando estemos juntos - Confieso con una ligera sonrisa en mis labios.

Peeta asiente brevemente y yo suspiro. Nos quedamos así un buen rato, disfrutando de la presencia del otro.

Me cuesta mucho pensar que alguna vez llegará ese momento en el que uno de nosotros tendrá que decirle "adios" al otro. Ese momento en el que uno de nosotros muera. En el que mi vida ya no tendrá objetivo alguno, ya que yo vivo solo por y para él.

Pienso en todo lo que sufrió y la tristeza llega a mí al instante. Él sufrió prácticamente lo mismo que yo, o tal vez aún más.

Peeta fue a los Juegos del Hambre conmigo. Tuvo la presión de los profesionales encima, y casi lo matan pir ayudarme. Sobrevivió de una manera casi milagrosa, porque los cortes que le hizo Cato en el cuerpo aquel día eran bastante graves.

Volvió a casa conmigo, ambos pensabamos que tido iba a mejorar, pero ocurrió todo lo contrario. Las cosas empeoraron mucho. Los disturbios en nuestro Distrito terminaron de encender la chispa de esperanza que él y yo avivamos.

Luego llegó el Tour. Aquel viaje de 21 días en el que se suponía que teníamos que arreglar las cosas, pero no lo logramos. Y tuvimos nuestro castigo por ello: El Vasallaje.

Yo me veía obligada a volver, pero él no. Peeta se ofreció voluntario dos años seguidos, y eso nos otorgó los patrocinadores que necesitabamos. El hecho de recordar que Gale murió en ese Vasallaje, solo ayuda a hacerme sentir más culpable de su muerte, porque estoy segura de que Snow hizo algo para que él sea seleccionado.

El Tercer Vasallaje de los Veinticinco. Los juegos que cambiaron el rumbo de la rebelión por completo. Aquellos juegos en los que yo tenía pensado sacar a Peeta con vida, mientras que él, junto a Haymitch, Johanna, Finnick, y la otra mitad de los tributos, querían sacarme con vida a mi para comenzar con la Revolución.

Aún recuerdo como Peeta chocó con el campo de fuerza. Murió por unos segundos, al igual que yo. Aún me pregunto que habría pasado si él hubiese muerto en aquel momento. Creo que todos tendrían que haberse buscado otro Sinsajo, porque no lo habría soportado, me habría suicidado o algo por el estilo.

O tal vez aquel momento en el que Cashmere le clavó el cuchillo en su estomago. Fue uno de los peores momentos de mi vida. No puedo creer que Peeta de verdad haya sobrevivido a eso.

Aún peor fue cuando disparé esa flecha y todo el campo de fuerza voló en mil pedazos. Saqué a varias personas vivas, algunas murieron luego, como Demetria, pero la mayoría logró sobrevivir. Ese fue el momento en el que alejé a Peeta de mi lado. Por mi culpa él quedó en la Arena, y casi muere por ello.

Esa flecha terminó de encender la chispa que no pude apagar. Terminé lo que empecé, aunque no haya querido. Dije que no quería una Rebelión, y luego terminé gritándole a Snow que pelearíamos.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Where stories live. Discover now