Capítulo 10: Sentimientos

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El aerodeslizador baja para sacarnos de la Arena. Subimos a él y nos sentamos para lograr descansar. Peeta se sienta a mi derecha y yo me apoyo en su hombro.
— ¿Estás bien? —me pregunta él y yo asiento, muy cansada.

— Si —respondo mientras me separo—. Es que... —añado y no se como continuar. Suspiro y trago saliva—. No sé que hacer con Gale —le explico y noto que él se decepciona al escuchar esto.

— Si aún lo amas, yo lo entiendo Katniss —me contesta Peeta. Yo niego con la cabeza al instante.

— No Peeta... —le explico yo y me acerco más a él—. Jamás sentí algo por él, yo lo creía así, pero nunca me di cuenta que en realidad lo que sentía por ti era algo más que solo amistad —añado y lo beso en los labios—.

— ¿Me amas?

— Te amo Peeta.

Luego de decir estas palabras lo abrazo ligeramente, ya que ambos estamos muy lastimados y podría hacerle aún peor apretarlo con mucha fuerza, y lo mismo va para mí. Luego de unos segundos de estar así, nos separamos.

— Tal vez solo tienes que hablarlo con él —me aconseja y yo asiento, poco convencida, pero eso es mejor que nada—. Si quieres puedo ayudarte —niego con la cabeza al instante.

— No Peeta, él te odia, ¿Ya olvidaste lo que ocurrió en mi cumpleaños hace unos años? —le pregunto y el asiente—. No quiero que te golpee, porque ambos sabemos que es lo que hará. Esto es un problema entre él y yo, tu no tienes nada que ver con esto.

— Como quieras, pero si quieres podemos decirle que lo hiciste solo para salvarnos —me sugiere y yo pienso que es una buena idea. Lo descarto al recordar lo que él hizo el día de la Cosecha. ¿Por qué tengo que fingir lo que siento o dejo de sentir?

— No te preocupes, veré que hacer para solucionarlo.

Me apoyo nuevamente en su hombro y cierro los ojos, pensando solo una cosa: muy pronto estaré en casa... Peeta está conmigo, Prim está viva, y mi madre me espera en casa. Gale... No importa lo que haya hecho, podemos ser amigos si así se lo propone, yo no me opondré a eso. Mis parpados comienzan a cerrarse por sí solos. Lentamente me duermo en el hombro de Peeta.

— Katniss... —escucho a alguien pronunciar mi nombre y abro los ojos.

— Peeta ¿Qué pasa? —pregunto aún somnolienta mientras froto mis ojos con la yema de mis dedos.

— Ya llegamos —me responde él y me sonríe. Se levanta y me ofrece su mano, yo la tomo y me levanto con su ayuda.

Salimos del Aerodeslizador y nos estaban esperando las personas del Capitolio, que no paraban de aplaudirnos, tomo la mano de Peeta y entrelazo nuestros dedos. Miro una pantalla que justamente enfoca nuestras manos juntas, y las personas al ver eso gritan aún más. Llegamos a una puerta color negro, al entrar en ella nos encontramos en un pasillo no muy largo. Un Agente de la Paz la cierra y los gritos cesan de repente, como si nos hubieran metido en una boveda... Miro a Peeta, su hermoso rostro está muy lastimado, la sangre está seca ahora, por lo cual parece estar en un estado aún más deplorable que el anterior. Está manchado con tierra y todavía tiene pedazos de hojas rotas en algunas zonas de su cuerpo. Llegamos a una sala completamente vacía. Haymitch entra al lugar, acompañado por unos hombres y unas mujeres, y nos separan a Peeta y a mí.

— ¿Qué van a hacernos? —le pregunto  a mi mentor mientras paso a su lado.

— Tranquila —me dice él, no habría podido escuchar más si hubiese dicho más palabras porque no me habría dado el tiempo. Me llevan a una habitación, parece un baño, pero no lo es, solo hay una ducha.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora