Capítulo 74: Los Paracaídas

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Comenzamos a correr hacia la camioneta en la que vino Vimia...

- ¿Viniste sola? - Le pregunto al notar que no hay nadie con ella.

- No - Responde y traga saliva sin quitar la vista de la calle - Éramos unas veinte personas y... - Noto cierta tristeza al intentar pronunciar estas palabras - Y... Murieron. Unas especies de trampas que se activaban cuando alguien las tocaba - Añade y miro a Peeta. No puedo evitar recordar a Demetria...

- Son Vainas - Dice Amande y Vimia voltea para mirarla.

- ¿Vainas? - Pregunta confundida.

- Si - Responde Peeta sin pensarlo dos veces - Son las trampas que el Capitolio activó para que los rebeldes que se revelaran contra el gobierno no pudieran atacar... - Le dice y ella mira por el espejo retrovisor.

Miro al cielo y veo unos Aerodeslizadores a lo lejos. Estamos cerca, pero no lo suficiente, por unos momentos recuerdo a Rue, su piel suave, su sonrisa, sus ojos oscuros, su muerte fue mí culpa, nadie puede negarlo... Luego pienso en ella, la niña de dos trenzas que creció muy rápido, que nunca tendría que haberla abandonado. Tendría que haber reconsiderado al menos una vez más la idea de Gale de escaparnos juntos al bosque, y tal vez esto jamás hubiese pasado. Las posibilidades son muy pequeñas, puede que nos hubiésemos muerto de hambre en el bosque, como puede que no. Tal vez, existía una oportunidad para nosotros de vivir bien, pero ¿Yo habría sido realmente feliz junto a Gale? Decido sacar esos pensamientos de mi cabeza al instante, eso no es importante ahora, mi objetivo es Prim, solo ella. Pienso que tal vez si yo no hubiese conocido a Peeta, todo habría sido distinto. Si él hubiese muerto en los Juegos, o si no se hubiera ofrecido como voluntario, tal vez la Rebelión nunca hubiese comenzado, y por lo tanto Snow nunca habría proclamado las características que se dieron para el Tercer Vasallaje, y en este momento Demetria también esté con vida, junto a Finnick y Annie... Puede que en este momento nosotras estuviésemos en el Distrito 12, en la Aldea de los Vencedores, no lo se con exactitud, pero no culpo a Peeta de esto, solo se que no se merece soportar todos mis caprichos y pesadillas, el tuvo una vida de porquería, mucho peor que la mía. La culpable de esto soy yo, no puedo seguir buscando luz en una habitación completamente cerrada, no puedo intentar hacer florecer una planta en el medio del desierto, no puedo escapar de mis responsabilidades, y esta es una que tendré que afrontar: no más Peeta Mellark...

- Aguanta Prim... - Digo en voz baja, prácticamente inaudible.

La camioneta va a toda velocidad, tanto que siento la brusquedad del movimiento del vehículo cuando cruza algún bache o algo por el estilo. Noto que mis pulsaciones comienzan a acelerar notoriamente, los nervios me invaden y no me permiten moverme. En lo único que pienso en este momento es en Prim. Es ahora cuando me doy cuenta que no fui una buena hermana, que en lugar de haber estado tanto tiempo con Peeta tendría que haber estado apoyándola... Miro a Vimia y puedo ver que está mirando por el espejo retrovisor para ver si hay algún muto cerca...

- Bueno, sosténganse - Dice ella y gira el volante hacia su derecha, puedo escuchar un ruido encima de la camioneta.

Algo corta el metal que forma el techo, el ruido que produce es insoportable. El muto comienza a perforar el techo, consiguiendo meter su cabeza en el interior de la camioneta: es un muto lagarto... Tomo una flecha y cuando estoy por dispararle la camioneta se mueve bruscamente hacia la izquierda...

- Vimia ¡Cuidado! - Grita Johanna y ella vuelve a mirar al frente, gira el volante para evitar chocar contra una montaña de tanques de gasolina. El giro violento que produjo Vimia no es soportado por las ruedas de la camioneta y terminamos volcando.

Mi cabeza me duele, siento como si mi cerebro estuviese contrayéndose y relajándose. Apoyo mi mano sobre la zona de mi cerebelo, y puedo sentir algo de líquido caliente. Dirijo mi mano frente a mí y noto que hay sangre... - Mierda - Digo y cierro los ojos fuertemente. Los abro al recordar algo: Prim está en peligro.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Where stories live. Discover now