Capítulo 5: Las Entrevistas

9.8K 331 73
                                    

Al parecer no soy la única con insomnio. Me acerco a Peeta y me siento delante de él, que está mirando por la ventana.

— ¿Tu tampoco puedes dormir? —le pregunto y él se exalta y contiene la respiración para luego soltarla.

— Oh, Katniss, me asustaste —me dice él, parecer no se había percatado de que estaba parada observándolo—. No, tampoco puedo dormir.

— ¿En qué pensabas? —le pregunto con curiosidad, se que está pensando en algo importante, Peeta no se distrae fácilmente.

— Mañana son las entrevistas... —responde mientras levanta las cejas y encoge los hombros

— Es cierto —acoto yo mientras abrazo mis rodillas—, ¿Te molesta eso? —le pregunto y lo miro directamente a los ojos, tengo curiosidad, quiero saber que es lo que le molesta o lo que lo inquieta tanto.

— Bueno, algo —responde e intenta sonreír un poco—. En realidad me molesta que me hagan muchas preguntas... Es algo así como si fuese que intentan meterse en mi vida, además, si respondo algo inapropiado podría jugarme en contra en los Juegos —responde él y un calofrío recorre toda mi espalda

— ¿Por qué te molesta que te hagan muchas preguntas?... Lo siento —le digo yo y río un poco, soy una idiota, me dijo que no le gusta que le hagan preguntas, y estoy preguntándole cosas desde que llegué.

— Está bien, no me molesta si vienen de ti, nosotros ya nos conocemos —me contesta él y sonríe—. El problema es cuando lo hacen los desconocidos...

Vuelve a mirar por la ventana, atento a lo que sucede afuera. Sus palabras me hacen sentir bien, al menos soy su amiga después de tanto tiempo, o eso creo.

— Oh entonces, ¿Es eso lo que no te gusta? ¿Qué un desconocido te haga preguntas? —pregunto mostrando interés en sus palabras, al menos si vamos a morir, prefiero que lo hagamos siendo amigos.

— Si... Además, no quiero tener que ir a los Juegos y matar a alguien... No quiero convertirme en un asesino... —me dice y puedo notar la tristeza y el arrepentimiento en sus palabras—. Si voy a morir, quiero morir siendo yo mismo. No quiero que me cambien.

— ¿Cómo podrían cambiarte?

— Convirtiéndome en algo que no soy, en un monstruo, en un asesino.

— No podrían, ni aunque te obligaran, tu no puedes lastimar a nadie.

— ¿De verdad piensas eso?

— No lo pienso, lo sé.

— Gracias —su voz suena serena, y sincera también—. De cualquier modo, sé que no podrán cambiarme.

— ¿Por qué no?

— Porque prefiero morir antes de matar a alguien.

— Peeta, no vas a morir. Además, ¿No piensas defenderte? ¿Piensas dejar que te maten ni bien empiecen los Juegos? —le pregunto casi gritando y creo que él nota que estoy un poco enojada por lo que está diciendo.

— Oye, no pienso dejar que me maten tan fácilmente —me dice fingiendo superioridad y alardeo, ambos reímos.

Este tipo de cosas me gustan de Peeta, siempre busca el lado positivo, lo bueno, y deja lo malo de lado, siempre mira lo mejor de cada uno, y de cada situación también.

— Mira afuera, todo es hermoso... —me dice y yo así lo hago.

Peeta tiene razón, todo es muy hermoso, las luces adornan las calles, y se puede ver una gran multitud de personas que están festejando afuera. Al parecer no entienden que están festejando la muerte de adolescentes, pero claro, ellos la pasan muy bien aquí en el Capitolio.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Where stories live. Discover now