Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]

Capítulo 34: Una Mala Sorpresa

Capítulo dedicado a EmiFrontini. Ni bien tenga la oportunidad de usar la computadora, agrego la dedicatoria como corresponde, porque ahora estoy usando el celular, y no puedo :(

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P.O.V Johanna

Todos están durmiendo, y a mí derecha, puedo notar una especie de niebla, pero algo está mal, parece como si un vidrio estuviese deteniéndola. Me acerco lentamente, con extrema desconfianza, y entonces noto que, efectivamente, la niebla está chocando contra algo. Dudo unos segundos, pero finalmente decido apoyar mí mano en esa "pared" que me separa de la niebla. Comienzo a establecer tacto con diferentes zonas, y con cada tocada parece como si estuviese tocando agua, como cuando una insignificante gota cae sobre ella, es una especie de pared invisible, por desconfianza decido alejarme de ella, ya que uno no sabe cuanta mierda hay en este lugar... Me siento nuevamente, mirando directamente al árbol. Tal vez, si logro mantener con vida a Beetee logremos salir, aunque incluso así sería muy difícil... Puedo ver la Cornucopia desde aquí, no está muy lejos, eso significa que es muy probable que los profesionales estén cerca también. "Clic. Clic" escucho de repente. Miro haci ami derecha y noto que la niebla desapareció. Miro hacia todas partes pero no veo nada. "Clic. Clic" se oye nuevamente... Cada vez se hace más constante y rápido el sonido. Lentamente comienzo a rayarme al darme cuenta que no encuentro la mierda que causa ese sonido insoportable. De repente puedo sentir algo tocarme el pie.

- ¿Que carajos...? - Me digo a mi misma mientras dirijo mi mirada a lo que me está tocando. Es una araña realmente grande, no gigante, pero si muy grande, del tamaño de una cabeza humana. Tomo mí hacha y la ensarto en su cara, matandola de una sola estocada. Un líquido verde comienza a salir de ella, derritiendo por completo el filo de mi hacha, ¿Es ácido?... Miro hacia arriba y puedo ver cientos de esos mutos bajando desde los árboles, que para nuestra suerte son bastante altos. Me acerco lentamente a rastras hacias mis compañeros para no alarmarlos, tal vez si salimos lentamente no nos hagan daño.

- Pst, Emma... - Le susurro - Emma despierta - Le digo un poco más fuerte mientras toco su hombro y ella abre los ojos lentamente. Al ver las arañas bajando abre la boca con intenciones de gritar, pero yo la tapo con mi mano, evitando lo que probablemente sería un desastre de más de ochocientas malditas patas - Escúchame, tenemos que salir de aquí silenciosamente, no podemos matarlas, tienen una especie de ácido en su interior y derretirían nuestras armas. Despierta a Demetria, yo despertaré a Wiress y a Beetee... - Le ordeno y ella asiente para luego irse con Demetria, que no tarda en despertar. Cuando el equipo está listo, nos levantamos y caminamos lo más sigilosamente que podemos, el lugar está lleno de esas mierdas... Seguimos nuestro camino, pero una araña se lanza contra Demetria, provocando un grito de su parte, y dejándola boca abajo. Al instante tomo el hacha que me queda y empujo a la araña que ella tiene encima. Pronto todo se torna en un maldito descontrol, las arañas bajan más rápidamente, y nos ganan en velocidad y número... No podemos hacerles daño, o nos arriesgamos a que el ácido nos lastimen o nos dejen sin armas. Seguimos huyendo y la cantidad de arañas aumenta con cada paso que damos. Emma va delante de nosotros, seguida por Wiress y Beetee, y por último Demetria y yo. Puedo ver a Emma chocando contra la misma pared invisible que yo toqué hace un rato...

- Mierda - Digo yo mientras volteo, las arañas se acercan a gran velocidad... Demetria está mirando hacia la Cornucopia...

- Es nuestra única opción - Dice ella y asentimos, para luego comenzar a correr. De repente otra araña salta sobre Demi, haciendo que choque con la pared invisible que hay a su izquierda, y finalmente que caiga al piso. Al instante vuelvo corriendo para ayudarla, ese bicho le tiró ácido en su pierna... Está sangrando muchísimo y no puede parar de gritar del dolor que le causa eso. Luego de correr unos veinte minutos, logramos alejamos lo suficiente del lugar y nos sentamos a unos pasos de la playa, todavía en el interior de la selva. Las arañas, por una extraña razón, dejaron de seguirnos.