Capítulo 75: Los Juegos Se Terminaron

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Siento que alguien me toma del hombro y comienza a acariciarme, es Peeta. Volteo y lo miro unos segundos, él intenta dedicarme dedica una sonrisa que, aunque no lo parezca, está llena de dolor, yo se que él y Prim se querían mucho.

Recuerdo que hubo un tiempo en el que casi ni veía a Gale porque nuestros horarios de colegio no coincidían, y el poco tiempo que yo tenía libre lo usaba para cazar, entonces Peeta tuvo la idea de llevar a Prim a un "lugar especial" que encontró cerca de la pradera un Sábado en el que sabíamos que no llovería. Me desperté en una mañana más que normal o, por lo menos, lo fue por un momento. Me bañe, me cambié y me preparaba para ir a cazar. Salí de mi casa y ahí estaba el chico del pan, esperándome como me lo había prometido. Lo miré por unos segundos, su rostro estaba de perfíl, podía ver cada facción de su rostro, pero para entonces yo tenía novio y Peeta no era nada sino un amigo, por lo cual decidí dejar de hacer eso, opté por dejar de mirarle y caminar a su posición. Al escuchar mis pasos el volteó y se percató que se trataba de mí. Me sonrió y yo hice lo mismo.

- Pensé que lo olvidarías - Me dijo y yo reí

- No podría aunque lo quisiera, me gusta estar contigo - Le dije y me acerqué unos pasos a su posición para besarle en la mejilla. Aunque seamos amigos, es particular entre nosotros saludarnos así...

- Y a mi me gusta estar contigo - Me dijo él y miró al interior de la casa.

- Ella está cambiandose - Le aclaré antes de que me pregunte por mi hermana. Él sonrió y suspiró. - ¿Quieres pasar? - Le pregunté y el negó con la cabeza.

- No te preocupes, estoy bien aquí, ve con ella si quieres - Me dijo y yo asentí. Me dirijo a mi casa nuevamente y subo las escaleras para ver a mi hermana: pantalones negros un poco grandes, ya que ella usaba los que eran míos, y una remera de color blanca abotonada. Estaba realmente hermosa.

- No tenías que prepararte tanto, vamos con Peeta al bosque, tan solo eso - Le dije y ella rió.

- Quería vestirme bien algún día que no fuera el de la cosecha - Me dijo y yo miré al suelo. Mi hermana tenía tan solo diez años, pero ella siempre se vestía bien para la cosecha aunque su nombre no esté entre las papeletas, por mí, lo hacía por m, como una especie de apoyo logístico...

- Bueno, mejor vamos, no queremos dejar a Peeta esperando - Dije dibujando una sonrisa en mi rostro, se acercó a mí y la tomé de la mano. Bajamos, y mi madre estaba cocinando.

- ¿Comerán aquí? - Nos preguntó y yo miré a Prim.

- No lo creo, cocinate para tí, si llegamos y tenemos hambre cocinaré yo para nosotras dos - Le dije sonriendo para que no piense que estaba despreciando su comida ni nada por el estilo.

- Muy bien, tengan cuidado y diviertanse mucho - Nos dijo y nos besó en la mejilla a ambas. Salimos de la casa y nos encaminamos hacia Peeta.

- ¿Cuándo será el día que conocerás a mi madre? - Le pregunté en tono burlón.

- Me da verguenza Katniss, mucha - Me dijo él y luego miró a Prim - ¿Y tu no vas a saludarme? - Le preguntó y yo reí al instante. Prim era muy tímida, pero una vez que tomaba confianza se desenvolvía muy bien. Se saludaron y nos dirijimos a la cerca electrificada. Noté que mi hermaba estaba muy tensa por lo cual me puse en cuclillas, la miré a los ojos y le dije: - No va a pasar nada, no hay animales salvajes, te prometo que te voy a cuidar mucho, ya verás que te gustará - La abracé y noté que lentamebte se tranquilizaba.

- Muy bien, vamos allá - Dijo Peeta y cruzamos la cerca, no sin antes revisar que no hubiese nadie a nuestro alrededor.

- ¿Cómo estás con... Eso? - Le pregunto al pasar la valla. El mejor amigo de Peeta, Robert, fue seleccionado para los Juegos este año...

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Where stories live. Discover now