Capítulo 79: La Ejecución

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Johanna se retira para ir con Finnick y lo único que pasa por mi cabeza es si debería o no matar a Coin. Solo hay una persona que puede responder eso: Peeta. Me encamino lentamente hasta el elevador que me llevará a la superficie. Ni bien llego arriba, me dirijo a la estación de trenes para volver a mí Distrito, donde supongo que él está... Ni bien subo al tren, siento un escalofrío recorrer mí cuerpo, solo porque se que fue en un tren donde casi muere... Me siento junto a un hombre, comienzo a mirarlo disimuladamente y me doy cuenta que es muy parecido a Gale, sobre todo por el tono de gris que tiene en sus ojos, un gris brillante. Decido ignorarlo e intentar dormirme, no tardo mucho en lograrlo... Despierto al llegar al Distrito 12, no se como lo logro, pero despierto justo en el momento en el que el tren se detiene. Bajo casi corriendo, ya que no puedo esperar para hablar con Peeta, tengo que decirle lo que en verdad siento por él y que soy una gran estúpida. Llego y puedo ver muchas personas trabajando, intentando reconstruir este desastre... Al estar corriendo, todos me miran extrañados, ya que el Distrito fue bombardeado hace ya varios meses. Llego a la Aldea de los Vencedores y corro directamente a su casa.

- ¿¡Peeta!? - Grito desde la puerta, pero no hay respuestas, nadie sale... Toco la puerta y se abre completamente sola. - ¿Peeta? ¿Estás en casa? - Pregunto al aire y, sin embargo, no recibo respuestas. Corro hacia la cocina, ya que cuando se pone a hornear o cosas por el estilo se olvida del mundo, pero no hay absolutamente nadie. Subo las escaleras corriendo, tal vez esté en su cuarto durmiendo. Llego y ahí está él, acostado en su cama, sonrío al verlo. Me acerco lentamente a la cama, me siento y lo miro unos segundos. - Peeta, despierta, tengo que hablar contigo - Le digo mientras muevo su hombro, pero no recibo absolutamente nada, ni siquiera un movimiento - ¿Peeta? - Pregunto mientras rodeo la cama para mirarle la cara: tiene los ojos abiertos, y la boca cerrada. - No... - Digo y me tapo la boca con ambas manos. Miro absolutamente todo el cuarto, buscando una respuesta. Encuentro una hoja en el suelo, y ni bien veo la primer letra, se que fue escrita por él.

"Querida Katniss, si estás leyendo esto, es muy probable que yo esté muerto. Se que esta salida es para cobardes, pero al escucharte decir esas palabras, yo ya no le encontré un sentido a vivir, por lo cual pienso que esto es lo mejor que puedo hacer. Quiero que sepas que te amé, te amo, y siempre lo haré. Voy a estar contigo siempre, jamás te abandonaré. ¿Recuerdas que dije que te enseñaría a hornear? Bueno, lamento mucho no poder hacerlo, sabes que siempre te apoyé en lo que necesitaste, y ahora lo haré desde arriba. Visitaré a Prim, a tu madre, a Cinna, y a Demi, y les diré que lo lograste, que ganaste. Quiero que sepas, también, que antes de hacer esto, solo me llevaré los lindos momentos que pasé contigo, porque son los únicos momentos en los que de verdad fui feliz... El día en el que las llevé a Prim y a ti al manantial, las conversaciones en la terraza del Capitolio, el día que tu y yo decidimos expresar todo el amor que sentíamos hacia el otro, ese momento hermoso en el que volví a verte en el Distrito 13 luego de que terminara el Vasallaje, todo eso y mucho más es lo que me llevaré conmigo, y espero que tu lo tengas siempre en tu corazón, porque yo nunca dejaré de pensar en ti. Recuerda que hasta en los momentos más oscuros encontrarás la luz, eso es lo que siempre admiré de ti, y yo nunca pude lograr, o al menos eso creo. Tal vez no alcanzó, tal vez no soy suficiente para ti, tal vez no te merezca, pero quiero que sepas que di todo de mí para intentar hacerte feliz. Te amo Katniss Everdeen, nunca lo olvides. Siempre tuyo, Peeta".

Ni bien termino de leer caigo al suelo, llorando. Mi respiración no es normal, está mucho más agitada de lo normal, y las lágrimas salen más fuerte de lo normal. Lentamente me tranquilizo, no se como lo logro, pero lo hago. Me levanto lentamente del suelo y camino hacia donde él se encuentra, hacia la cama matrimonial. Me acuesto a su lado, y lo miro atentamente. Al tener los ojos abiertos, mirando absolutamente nada, es un tanto perturbador, por lo cual los cierro, así parece que está durmiendo. Lo miro de arriba abajo, habrán pasado horas de su suicidio, porque su piel todavía no perdió mucho color. Miro sus manos, y no encuentro sangre, pero si descubro que tiene unas "Jaula de Noche" en ellas...

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Where stories live. Discover now