Capítulo 23: De Mal en Peor

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P.O.V Peeta

Por fin Katniss cedió y pudimos llegar un acuerdo, que por mi parte, era muy lindo, dormiríamos en la misma cama, como antes. Nos acostamos y puedo escuchar a Katniss sollozar, luego de un rato la escucho decir un "Perdóname", estoy a punto de contestarle, pero ella al instante vuelve a hablar, diciendo "Yo también te amo Peeta", claramente está soñando. No entiendo porque, pero esas palabras, más allá de que hayan sido parte de un sueño, siento que me las dijo a mí, suena raro y tal vez no se entienda, pero es lo que yo siento. A la mañana siguiente me levanto y tengo a Katniss durmiendo a mi lado todavía, ya no está de espaldas a mí, por el contrario, está mirándome, lo cual me gusta, me hace recordar a los momentos en los que estabamos bien. Comienzo a mirarla, a apreciarla. Empiezo por sus ojos, que aunque están cerrados, yo se perfectamente como son, luego bajo a sus labios, los extraño tanto, ni siquiera pasó un día y no puedo aguantar esas ganas que tengo de tirarme encima de ella y besarla... Podría continuad observándola, pero algo me interrumpe, no es la madre de Katniss, no es Gale, no es Haymitch, Effie ni tampoco Prim. Es la misma Katniss la que no me deja continuar apreciándola. Puedo notar que su mano se posiciona bajo la mía, están solo tocándose, por lo cual no me es difícil sacar mi mano de la suya, pero yo no quiero hacerlo. Comienzo a hacerle caricias en su mano, caricias que suben por su brazo hasta llegar a su rostro, con mi pulgar le acaricio la mejilla, esta muy dormida, por lo cual no me preocupa que se despierte...

- Perdóname tu a mí - Le digo antes de separarme de ella y levantarme de la cama.

Abro la ventana y la arropo con la frazada, ya que ella está completamente destapada, y un aire muy frío entra desde afuera. Busco mi ropa interior, tengo mucho sueño todavía para buscarme ropa, bueno, la poca que me queda, ya que yo traje ropa para solamente una semana a la casa de Katniss, y luego, cuando mi casa se incendió se quemaron mis prendas también, aunque supongo que debo tener algo en la casa de la Aldea de los Vencedores, no me queda muy lejos, unos veinte metros. Decido llevarme solo los boxers y una toalla al baño, luego buscaré lo demás. Me dirijo al baño, toco la puerta para asegurarme de que no hay nadie, entro, abro la ducha con el agua caliente y me meto bajo el agua. Miles de pensamientos dan vueltas en mi cabeza. Estoy muy confundido, por una parte quiero hablar con Katniss, y por otra no. Por una parte quiero escuchar su voz hablándome y diciéndome "Te amo", y por otro lado no quiero. Quiero sus abrazos, pero por otra parte, la quieri... Pero no aguanto, la necesito conmigo, necesito su positivismo, sus ganas de salir adelante, sus preocupaciones, sus problemas, que también son míos... La necesito, pero no va a ser tan fácil que la perdone, yo la amo, pero lo que hizo es muy difícil de perdonar. Salgo del baño, con solo una toalla, y entro en la habitación para cambiarme, Katniss ya no está acostada, por lo cual no me preocupa. Me saco la toalla, dejándola caer al suelo, estoy por ponerme mis boxers cuando escucho el pomo de la puerta, al instante intento tomar la toalla del suelo pero no lo logro.

- Lo siento, no sabía que te estabas cambiando - Me dice Katniss avergonzada y tartamudeando, por suerte yo estoy de espaldas y no de frente a la puerta, aunque en realidad la situación no me incomoda mucho a mí, solo me está viendo el trasero, pero al parecer a ella si, está muy sonrojada.

- Está bien - Le respondo secamente mientras ella cierra la puerta, aún de espaldas. Ni bien lo hace, tomo mis boxers de color gris y me los pongo - Ya puedes pasar - Le digo sabiendo que está del otro lado de la puerta todavía.

No me molesta en lo absoluto que Katniss me vea en ropa interior, ya lo hizo una vez cuando estabamos en el Tour de la Victoria, en ese entonces me incomodaba un poco, pero pierdo la vergüenza muy rápido si de eso se trata. Al parecer a Katniss le cuesta un poco más perder la vergüenza, ya que trata de no mirarme, tal vez porque estamos peleados, o tal vez por vergüenza. Definitivamente es porque tiene vergüenza... Cada vez que voltea hacia mí, baja su rostro a mi abdomen, luego a mis boxers, y al instante retira su mirada de allí. Volteo para buscar ropa, quedando de espaldas a ella, y se que me está mirando, no se como, pero lo se. Me dirijo al armario, y Katniss hace lo mismo, ya que ella va a bañarse, con la diferencia de que ella se lleva absolutamente todo. Toma una remera blanca con escote en la espalda, y una pollera floreada. Se retira y yo sigo en ropa interior, sin encontrar absolutamente nada. Me quedo buscando ropa hasta que encuentro unos jeans y una remera negra con escote en V. Me cambio y bajo, Katniss aún está bañándose. Voy a la cocina y están la mama de Katniss y Effie.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Onde histórias criam vida. Descubra agora