Capítulo 44: El Sinsajo

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P.O.V Katniss

Me despierto, estoy en mi cama y recuerdo todo lo que sucedió ayer. Encontraron a Peeta, está mal herido, muy lastimado, y en un estado deplorable, pero esta con vida. Por unos segundos, pienso que no lo encontraron y que todo fue un sueño, pero luego, de repente, se que no es así, se que Peeta realmente está conmigo y que no está en el Capitolio. Mi madre y Prim son mi prioridad ahora, tengo que sacarlas del Capitolio, si es que aún se encuentran con vida. Miro a mí alrededor, estoy en mi habitación, tapada con las frazadas hasta el cuello. Miro el techo y me pregunto lo mismo que estoy preguntándome desde que llegué aquí: ¿Qué hago? Giro sobre mí misma para quedar acostada sobre mi brazo, pongo mi mano debajo de mi mejilla para sentir su calor y me acomodo en ella. En la mesita que hay a mi lado, está el Sinsajo que Peeta me regaló... Lo tomo y lo miro, al igual que todas las mañanas, solo que ahora lo hago con felicidad ya que se que él está conmigo. Lo acaricio con mi pulgar y sonrío. Ahora que Peeta está conmigo, y Emma me aconsejó respecto al tema, se que responder a esa pregunta... ¿Que hago? Seré el Sinsajo, estoy decidida al cien por ciento. Hoy hablaré con Coin, y le plantearé mis ideas, si esta de acuerdo, pues yo aceptaré hacer la parte del trato que me toca, pero si no lo está, pues tendrá que buscarse otro Sinsajo, ya que yo no haré nada si no cumple con las condiciones que le diré hoy. Me levanto de la cama, con una sonrisa en la cara, porque se que hoy será un gran día. Busco ropa en el armario, y me voy a bañar. Mientras me ducho, no puedo pensar en otra cosa más que en Peeta. Espero que los médicos puedan curarlo, no se que haría si él muere... Termino de bañarme, me cambio y salgo. Al abandonar mi habitación, mi cara cambia completamente, no se porque, pero me torno completamente seria, tal vez porque recuerdo que me dirijo al hospital para ver si me dejan visitar a Peeta... Camino por los pasillos del Distrito 13, muy apurada, a tal punto que choco con alguien. Levanto la mirada y me encuentro con un chico muy apuesto, el chico sexual del Capitolio, Finnick Odair.

- Lo siento - Le digo e intento caminar, pero el me toma del brazo ligeramente, me detengo ya que no puedo reprocharle absolutamente nada, el mantuvo vivo a Peeta en la Arena en mas de una ocasión...

- ¿Sigues enfadada conmigo? - Me pregunta con una ligera sonrisa, yo solo le niego con la cabeza, sonriendo también. - Pues entonces, me quedo tranquilo... Él está mejorando... Ve a verlo, te necesita - Me dice y asiento con la cabeza, él me suelta y voltea para que continúe con mi caminata. La verdad es que Finnick es el único que podría llegar a entenderme, ya que el Capitolio también capturo a la persona que ama, Annie Cresta, el problema es que aún no se porque lo hicieron...

No me doy cuenta y ya estoy en la habitación ciento ochenta, donde se encuentra Peeta. Cualquiera podría decir que me preocupo más por él que por Prim y mí madre, pero la verdad es que yo se que ellas están bien, porque Snow las utilizará para causarme dolor a mí. Él sabe que si mueren, yo buscaría venganza y daría inicio a la Rebelión en menos de un día, por eso se que las mantendrá con vida, pero soy consciente de que las están torturando en este momento, o tal vez puede que las estén violando, o también existe la posibilidad de que estén bien, y yo solo esté imaginándome cosas, si bien la posibilidad es casi nula, existe.

Un médico mira por la ventana de la sala y me hace señas para que pase a verlo. Yo hago lo que me pide, abro la puerta y veo a Peeta dormido, totalmente dopado. Al verlo sonrío ya que la gran mayoría de sus heridas y quemaduras desaparecieron. El médico se acerca a mí y yo intercambio mi vista entre él y Peeta. 

- Es un gusto decirle que está mucho mejor, al parecer las medicinas que la Presidenta Coin nos permitió usar tienen mucha eficacia - Me dice y yo le sonrío de oreja a oreja - Si las medicinas continúan actuando con esta velocidad, pues entonces es posible que salga para el día de mañana... - Agrega el médico y por instinto lo abrazo con fuerza. Me separo y el doctor me mira con felicidad.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Where stories live. Discover now