Desesperación

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El azul resplandeciente de su mirada lo tomó por sorpresa. Sus ojos ya no le sonreían como antes y ahora marcaban una gran diferencia del pasado.

Antes habría podido perderse en el mar azul de sus ojos,ahora sólo veía tormenta en ellos. Y aunque había sido sobrio con él, una aura opresiva  lo rodeaba.

Pero como si hubiera notado su presencia,Matías se dio la vuelta antes de que él pudiera decir nada. A Noé se le cerró la garganta cuando lo vio girarse.

Aquel no era el hombre del que se había enamorado. Antes de eso se habían quedado mirándose uno al otro,ambos inmóviles en medio de aquel profundo silencio.

Apenas habían pasado unos años pero parecía toda una vida. Matías ya no era un chico delicado,nada mas lejos de eso.

Su rostro había perdido casi por completo cualquier rastro de delicadeza. Ahora tenía algunas marcas de preocupación alrededor de sus rígidos labios. Y sus ojos ya no mostraban aquel brillo cuando lo miraban.

Noé se llevó una mano al cuello y aflojó el nudo de su corbata. Antes Matías le parecía guapo,ahora no tenía palabras para describirlo. Noé se obligó a respirar profundamente ante la verdad de sus pensamientos, la verdad era que ahora lo encontraba irresistible. Tenía a un hombre completamente diferente frente él, esa seguridad que ahora proyectaba con cada paso que daba le decía que no era el mismo. Miró que algunas personas se acercaban a él y ya no se alejaba,ya no huía. Ahora hablaba con ellas y se dejaba llevar.

Su corazón seguía acelerado,la forma tan perfecta en que se envolvía lo perturbó al grado de cometer la locura de acercarse a él.

No iba a una iglesia desde que estaba en el internado, no había sentido la necesidad antes,pero se había sorprendido a él mismo estar dentro de una.

Sus pasos perdieron la fuerza cuando se detuvo de golpe al notar que Matías volvía sus ojos hacia él. Tomó valor de donde ya no había y se acercó hasta quedar frente suyo,podía notar las manos del sacerdote apretarse levemente, pero su rostro seguía sereno.

—¿En que puedo servir....?

—¿Hijo? ¿Me llamarás así?. Lo interrumpió Noé.

Los ojos azules de Matías se clavaron en las pupilas de Noé de forma tan contundente que era imposible camuflar el hecho de que estaba molesto. ¿Qué quería? ¿qué pretendía con esa actitud?.

—No es el lugar—Aseguró Matías,girando la cabeza a ambos lados,para darse cuenta de que nadie los notara alegar—Pero sus labios apenas si se abrieron y dejaron escapar las palabras.

—Matías,háblame, mírame, habla conmigo.

El temblor en el cuerpo del rubio se extendió como un veneno que marcó su piel y corrió por sus venas con rapidez. Tan pronto como pudo le dio la espalda. No se creía capaz de seguir escuchándolo,de seguir estando tan cerca de su cuerpo y no reaccionar de la forma que fuera,eso era imposible, su miedo y su coraje lo hacia mas imposible aún.

—He dicho que no es el lugar.

Se alejó rápido. Mientras que unas mujeres seguían conversando en la parroquia y Noé se permitió divagar en sus pensamientos antes de percatarse de que estaba solo. ¿Porqué era tan testarudo? Lo dicho, de aquel chico callado y bueno no quedaba casi nada,la sombra de sus ojos le impedía ver al Matías que amaba,al que le parecía maravilloso en cada palabra,cada sonrisa,cada gesto de su rostro.

Matías estaba cerca del púlpito levantando los vestigios de la misa,repasando en su mente algunos pasajes bíblicos que pensó le ayudarían a lidiar mejor con lo que se le venía encima. A su espalda estaba él, la única persona que llegó a amar y no se creyó con la fuerza para negarse a verlo,sin embargo se apegó su código moral mas de lo que pensó y con valor caminó hacia la casa parroquial.

MEDIA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora