¿Dejar que el dolor fluya? ¿el miedo,las vejaciones,el llanto,la humillación,el desprecio,el rencor, el odio? Todo eso quieres? ¿Y que hago con este llanto que rompe mi pecho? ¿Sólo lo dejo que emane? ¿como una herida expuesta? ¿¡QUE DIABLOS QUIERES!?...
No! los daños son irreparables,hay demasiada destrucción, lágrimas que no consiguen apagar el fuego que hay en mi,sólo quedan ruinas de un alma rota...
No tengo nada que ofrecer ¿te das cuenta? Me debes mucho, no creo que con un hijo bastardo que me mandas borre todos los daños...
Tadeo seguía con el rostro escondido en sus rodillas y el llanto expuesto, con el dolor fluyendo por sus venas, como un constante recordatorio de todo lo que le faltaba vivir. Las palabras salían estranguladas de su boca como maldiciones hacia un dios que permitió todo su sufrimiento. Aquella pequeña parroquia se encontraba sola a esas horas de la noche,sólo el sonido de la oscuridad y la nada.
En medio de sus sollozos escuchó el sonido de unos pasos retumbar en el lugar. Se secó las lágrimas de su rostro con torpeza y sonó su nariz con el extremo de su manga, no quería que quien viniera pensara que lloraba, era mejor la idea de una enfermedad pasajera a su dolor y humillación expuestas.
El anciano llegó hasta su lugar con el ceño fruncido,mas no de molestia,si no más bien de duda.
—¿Estas Bien hijo? ¿puedo ayudarte?—preguntó el anciano con un tono preocupado,eso,en lugar de tranquilizar a Tadeo lo molestó de mas ¿que podía hacer por el?¡Nada! nadie podía hacer nada por el.
De golpe se levantó sin reparo de su lugar. Él no necesitaba la ayuda de nadie,menos de un hombre que en nada podía entender de su dolor o su pena.
—¡Nadie puede ayudarme—inquirió molesto.
Se fue tan rápido como su cuerpo se lo permitió,sintió una oleada de culpa y vergüenza por todo su ser recorrerle y encajandose en su pecho como un aguijon.
¿Qué haría con ella? de solo pensarlo se le revolvían las entrañas,jamas imaginó que algo así podría pasarle a él. Sus días no eran mejores unos que los otros,todos parecían sacados de un mal sueño,no sabía exactamente que hacer,todo le parecía tan nuevo,tan confuso y tan irritante a la vez ¿porque tenía él que preocuparse de lo que pasara con ella?,solo era una criada sin mas futuro que seguir sirviendo para otros,y ese hijo que esperaba era solo producto de una mala noche para él,pero ¿acaso tenía ella la culpa de que odiara de esa forma a su progenitor? ¡No! definitivamente no.
Pero tampoco podía hacer gran cosa por ella,le había declarado que no quería nada de él. Quizá eso lo enrabiaba mas,no parecía depender de él como para dejar de vivir,al contrario,sola había llegado a ese burdel de mala muerte,y dentro de lo que cabía tenía un techo donde quedarse,aún así no podía dejarla en manos de esas mujeres,si conocía a esa clase de gentuza,sabía que serían capaces de hacerle daño a ella o al hijo que esperaba,que también era suyo.
¿Porque había llegado a ese lugar?. Estaba seguro que si había un dios,él se estaba burlando de su insignificante vida.
Siguió su camino en medio de penumbras y malos deseos para cualquiera que se atreviera a acercarse a él en esos momentos.
A su espalda escuchó el sonido de las ruedas de un coche acercarse,se giró y pudo distinguirlo mas cerca,dio un paso atrás e hizo una seña al cochero, que se detuvo enfrente del joven,solo dio el nombre de la mansión y el hombre lo llevó a su destino.
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Bridget miraba a Josefina con los ojos inyectados de furia ¿Quien diablos era ella? ¿porque el amo la conocía? y ¿porque la había besado de esa forma?.
