UN VISTAZO AL PASADO

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Una brasa chispeo tronando dentro de la vieja estufa de leña, mientras un rebosante caldero lleno de agua hervía haciendo sonidos huecos.

Una mujer asomo su cuerpo por encima del caldero,posando su vista en el contenido de éste. El vapor que emanaba se coló en el rostro de la mujer,y sus ojos se cerraron sintiendo esa tibia acaricia. Aspiro hondo y viró su cuerpo de nuevo.

—¡Hijo!—removió el pequeño cuerpo del niño. Éste permanecía enrollado en la vieja manta que la misma mujer había tejido hacía unos años, encima de la cobija había varios parches sorteando varias rajaduras.

El niño se removió en su torturador catre,abriendo sus ojos poco a poco.

—Llegarás tarde a clase si no te apuras,el agua esta lista para tu baño, no queremos que ninguno de esos niños consentidos digan que eres un niño mugroso ¿verdad?—Isaac negó vigorosamente la cabeza—se levantó de su cama y corrió a la tina que su madre solía usar de baño para lavar la ropa sucia,dentro de ella había un pequeño hoyo resanado por el herrero de Don Gaspar—el agua cayó tibia por su cuerpo,mientras fregaba con insistencia su piel,su madre tenía lista la plancha de hierro y el fogón lista para planchar el uniforme de su hijo.

Su padre solo cubría los gastos de educación de su hijo,Don Benito era un hombre poco cariñoso y muy orgulloso de su lugar en la sociedad,su apellido era uno de los mas importantes en la sociedad capitalina.

Don Benito había embarazado a la chica del servicio siendo muy joven,el solo tenía quince años y ella veinte,pero la frágil condición del hombre acabó pronto con su mermada salud.

A pesar que Antonia dejó el trabajo,éste la buscó cuando supo que estaba embarazada, haciendose cargo de la educación del niño, puesto que no podía darle su apellido por no estar casado con su madre.

Isaac se distinguió siempre por una mente brillante y sobresaliente de los demás, aprovechaba al máximo su condición y a diferencia de su padre poseía un porte impecable y una salud envidiable,destacando en deportes,ciencias,números y siempre con una expresión de astucia dibujada en su esculpido rostro.

Pronto las empresas que dejará su padre se volvieron las mas importantes,de eso se debía mucho al olfato que el hombre tenía para los negocios.

Hoy solo tenía veinticinco años,y una sorprendente carrera de negocios.

—¡Hijo!—¿puedo pasar?—preguntó con cautela Toñita.

—Adelante mamá—pidió Isaac, seguía alistandose para trabajar.

—¿Como te fue en la comida con esa familia?—Su madre estaba totalmente en contra de lo que su hijo hacía,era un hombre sumamente rencoroso,y no perdonaba a su padre por no casarse con su madre y no darle el lugar que le correspondía desde antes,por eso su renuncia a convivir con los de su clase,pero mas sin embargo se había empeñado en casarse con esa chiquilla engreída de sociedad que un día la había confundido con alguien del servicio en una de esas falsas cenas de beneficencia a las que el la había llevado antes de decidir mandar al infierno a todos esos pretenciosos.

—Pues eso es algo discutible,la niñita sigue tan insoportable como siempre,la madre un hiena,el padre un interesado y la hermanita,ella es encantadora.

La mujer suspiró desganada,mostrando a través de su cansado rostro el reproche hacía lo que su hijo creía correcto.

—Si tan mal la pasas ya olvidate de esa niña hijo,estas dándole demasiada importancia a lo que pasó—inquirió afligida la mujer.

Isaac se asomo para verla,traía el nudo de la corbata mal hecho,su madre se acercó hasta el para acomodarlo.

—No solo lo hago por eso mamá, ese ya es un reto personal,alguien tiene que bajarle los humos a esa chica,además esa familia que tanto presume de aristócratas no es mas que una farsa,y yo pienso aprovechar eso.

MEDIA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora