La madera crujía chillona con el incesante golpeteo del bastón de Nabor sobre ella.
Fruncio el ceño en forma cansada,debía hablar con sus hijos acerca de ese viaje que debían hacer ,pero que por razones que estaban fuera de sus manos no habían podido hacer.
Su imagen era molesta;Llevaba largo rato en la tarea de esperar que esos dos bajarán,había despertado temprano pero ese par simplemente no estaban.
Puesto que había permanecido en ese sitio desde el momento que puso un pie fuera de la cama.
Josefina empezaba con sus labores en la hacienda,llevaba con ella un cubo con agua,un mechero y una frazada vieja atada a su delantal;Vio a su patrón con ceño molesto y prefería mejor no saber,pasaría sin hacer contacto visual quizá de esa forma el patrón no le preguntaría nada.
Junto a las escaleras estaba una mesa de noche,en la que descansaba el único aparato de comunicación en toda la hacienda de un aspecto rudimentario,junto a el una lampara casi traslúcida,una silla de madera y tapiz color ambar,en ella Nabor.
-¡Josefina!-la llamó el patrón al percatarse de su presencia muy cerca de él.
-¿Si?-preguntó la chica haciendose la lesa.
-¿Sabes a donde fueron mis hijos?-llevo aquí quizá una hora esperandolos pero no bajan,estoy seguro que no se encuentran en sus habitaciones.
Una punzada de nerviosismo le recorrió el cuerpo tan rápido como un suspiro.
-¿A donde habrían ido?-¿se habían quedado dormidos en el claro?-se preguntaba atormentada para si misma.
-¡Josefina¡-la llamo el patrón su patrón con insistencia al haberse quedado de piedra la chica,sin dar atisbo de entenderle.
-¡¿Ah?!-iré a buscarlos señor,quizá aún duerman y no sepan que hora es.
La observo con ojos trémulos -¡pues ve de una vez-no tengo toda la mañana para esperar.
Su tono molesto termino por despabilar sus torpes movimientos para ir en una carrera a cerciorarse que sus sospechas fueran ciertas.
Subió tan rápido como pudo y al llegar a la habitación de Noé se detuvo inquieta frente a la puerta,dio dos golpes pero nada paso,la abrió lentamente asomando apenas la vista.
-¿Noé?- llamó despacio al moreno.
Nadie respondió,no había nadie ahí.
Abrió toda la puerta para buscar indicios de que estuviera ahí ,pero no había nadie.
Sus nervios se acrecentaron al no encontrarlo.
Se habían quedado dormidos fuera-¿que le diría al patrón?.
Salió de ahí molesta cerrando la puerta tras ella para ir a la habitación de enfrente que era la de Matías.
Dio los mismos dos golpes sin respuesta alguna,esta vez abrió de golpe la puerta puesto que estaba segura que sería el mismo resultado que con Noé.
La imagen que vio era tan perturbadora y bella a la vez.
Matías se encontraba tranquilo recostado en el pecho de Noé;Que tenía el rostro de frente con la mano bajo la nuca y la otra rodeando el pálido cuerpo del mas pequeño.
Dormian sencillamente sin preocupación.
Josefina llevó sus manos a la boca para ahogar un grito de angustia,pero ambos jóvenes despertaron.
Un gritillo había salido de su boca,ambos la miraron apabullados.
Sus ojos desorbitados se encontraron con los de la chica.
