EL PASADO

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El paisaje pasaba raudo por sus ojos sin poder poner la suficiente atención a una sola cosa. Unos incipientes nervios nacieron en la boca de su estómago. Tenía muchos años sin de viajar,menos cerca de Santa Clara. Una emoción apremiante la acompañó de nuevo,é instintivamente llevó sus manos al rostro. Las lagrimas se asomaron a través de sus ojos,en un cúmulo de emociones que desbordaban su pecho. Una inmensurable mezcla de emociones,dolor,tristeza,remordimientos y alegría la agolpaban con fiereza. Jamás imaginó que tuviera que volver al lugar donde había empezado todo.

Antonia miró de reojo cómo Josefina se quebraba ante sus ojos.—¿Pasa algo,hija?—La nota suave de su voz fué cómo una caricia al oído. El recuerdo de su propia madre golpeó cabeza cómo una barra de hierro. Alzó la vista encontrandose  con la mirada inquisitiva de la mujer.

—No pasa nada—El hilo de voz apenas audible que salió de su boca la sorprendió repentinamente. ¿Era temor acaso?. Miró de nuevo hacia la ventana del vagón,para después quedar profundamente dormida. El viejo tren siguió su curso sin demora. Tras pasadas dos horas,Josefina despertó de su adormecimiento con la cabeza adolorida, pero sólo lo hizo hasta que Antonia tocó su mano para despertarla.

—Josefina,hija...hemos llegado—Le informó dando un último vistazo hacia el paisaje a través de la ventana.

Josefina estiro su cuerpo agarrotado y adolorido. Después de unos segundos, miró a su hija. Esperanza se encontraba sentada leyendo uno de los cuentos que Isaac le había regalado.

Se dispuso a tomar la valija que llevaba y tomar la mano de su hija para bajar del vagón. Antonia caminó primero y Josefina la siguió en completo silencio. Al bajar pudo ver mejor el lugar,un estremecimiento viajó por todo su cuerpo,sacudiendo cada recuerdo que albergaba en su memoria. Antonia la miró un momento y después avanzo hasta ponerse bajo el tejado del andén.

Isaac miró al par de mujeres y tomó su sombrero llamando las con él. Antonia volvió el rostro y se encontró con la mirada castaña de su hijo.

Josefina la vio avanzar con paso acelerado hasta donde Isaac la esperaba. Se fundieron en una cálido abrazo después no haberse visto por semanas. Isaac miró por encima del hombro de Antonia,alcanzando a ver a Josefina con su hija de la mano.

—Josefina—saludó Isaac.

Ésta saludo solo con gesto sombrío. Isaac pudo notarlo,pero no comento nada. Volvió a sonreír a su madre.—¿Donde esta?—Antonia preguntó por Nidia. A través de los ojos de su hijo podía notar una profunda tristeza y un desconsuelo desgarrador.—Nos esta esperando en casa—El viaje a la Quinta siguió con completa calma. El polvo se filtraba a través de las rejillas del coche. Los caminos parecían más amplios y unos surcos se asomaban a lo lejos. El aire,cargado con aroma a flores y sal. El mismo aroma embriagador,pero ahora tan lleno de emociones nuevas. Los ojos de Josefina se perdieron en cada maravillosa imágen que quedaba impactada en sus pupilas. Había cosas nuevas y cosas viejas conjugarse en su entorno. Solo sintió su cuerpo calmarse al llegar a la Quinta,de ese lugar no saldría si era  necesario.

Antonia puso sus valijas en el suelo y echó un vistazo a la casona... El piso era color caramelo y estaba decorado con mucho color vino y café. Había maseteros por doquier,eso le daba un armonioso aspecto.—Quiero ve a mi niña—pidió Antonia.

—Arriba—Fue lo único que respondió su hijo,para después bajar la mirada a otro lado.

—Voy a verla—informó—Jose,tú ve a buscar donde quedarnos,hija—pidió con amabilidad, para subir las escaleras y verla alejarse.

Isaac volteo a ver a Josefina de pronto,buscando algo en su mirada que le indicara que pasaba con ella. Pero Josefina sintió sus mejillas arder,logrando desviar la mirada del oscuro iris de Isaac.

—¿Que pasa? ¿porque traes esa cara?—Josefina se inclino hasta el rostro de Esperanza y besó su frente con amor—Ve a conocer el jardín y corta algunas flores para mi,¿quieres?—Le pidió,y la chiquilla corrió a los jardines.

—Estoy muy cerca de mi hogar,del hogar al cuál pertenezco.—Su mirada trémula lo hizo entender,tenía miedo.

Isaac se acercó a Josefina y con una gran delicadeza tomó su mejilla.—No hay nada que temer Jose—Con su mirada pudo asegurar eso.

Un profundo carraspeo interrumpió las palabras de Isaac para Josefina. Irene asomó el rostro tras el umbral de la puerta, viéndolos con la ceja completamente enarcada.—¿Interrumpo?—inquirió con un tono de voz cargado de sarcasmo.

Pero sólo consiguió un profundo malestar en Isaac.—Me largo—antes de salir,volvió a dirigirse a Josefina.

—Avisa a mi madre que voy al pueblo,trataré de no tardar. Salió, tratando de no posar su mirada en su cuñada,trataba de alejarse de ella, pero seguía aferrandose a él.

Se quedaron solas y Josefina pudo sentir como los ojos de esa mujer podían traspasar su cuerpo.—No quiero verte cerca de él mugrosa —caminó tras ella y estiro su cabello con fuerza,lastimandole el cuero cabelludo y sacandole unas crueles lágrimas. —Espero que te quede muy claro.

Josefina sintió miedo,aún así trató de no mostrarlo.

—El patrón no es alguien en quien yo esté interesada,es un hombre casado,con su hermana desde luego.

—¿Qué significa eso mugrosa?
Irene se llevó ambas manos a la cadera y dejó muy claro que estaba marcando su territorio.

—No es de mi de quién tiene que preocuparse,el patrón sigue muy enamorado de su mujer,y ella en cualquier momento se dará cuenta de la verdad.

—¿Es una amenaza?.

—No señorita,yo soy una simple criada. Insisto,yo no soy la amenaza aquí.

Irene se llenó de furia y levantó alto la mano,estaba dispuesta a darle un hole en el rostro a Josefina,pero antes de poder hacerlo Antonia lo impidió.

—¿Qué está pasando aquí?. Ambas la miraron pero fue Irene quien respondió.

—Nada señora....

MEDIA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora