Dos días de viaje en tren,un par de escalas en autobús y coche...y por fin llegaron a su destino,tan agotados por el viaje.
Nabor a pesar de su cansancio sólo dejó el equipaje y enseguida tomo su caballo para dar una vuelta a los cultivos y cerciorarse por sí mismo que las cosas marcharan tal cual debían.
Matías sentía el cuerpo hecho polvo,tenía el cuerpo totalmente tenso y no aguantaba el cansancio.
Caminó apenas arrastrandose y dejó caer su pesado cuerpo en la sala de estar,la maleta cayó al suelo a su lado.
Noé venía cargando el resto del equipaje,suyo y el de Nabor,nadie sabía que llegaban ese día y no tendría ayuda.
resoplo molesto.
Se dirigió por la sala y contemplo a Matías tirado en el sofá como un trapo viejo,y verlo así hecho polvo le hizo reír.
Subió a dejar el equipaje en su habitación primero y bajó de vuelta a llevar el de su padre,al volver Matías seguía tirado y el equipaje igual.
Una risa bobalicona salió de su boca,era tan débil que rayaba en la burla.
Se dirigió hasta el.
-Ven,vamos a tú habitación-le pidió Noé,dándole una mano para que se levantara de ahí.
Matías lo miró de reojo,pero hasta su vista se notaba cansada.
Negó levemente con la cabeza sin que sus palabras salieran de su boca.
-Anda ven,es sólo un par de escalones -
jaló su mano para levantarlo.
-Hm-respondió el rubio.
Noé seguía maravillado con su pequeño rubio y su fragilidad,optó por sentarse a su lado y colocar la cabeza de Matías en sus piernas...masajeo sus hombros y cuello para darle un poco de descanso.
Matías permanecía con los ojos cerrados y la tranquilidad en su cuerpo,le estaba gustando la sensación que Noé provocaba en su cuerpo,el sentir sus manos en el, era una sensación exquisita que le permitía viajar a una zona de confort jamás vivida.
Pronto Noé bajó sus manos hasta el pecho de Matías,haciendo más lento el masaje y cada vez más intenso,tenía días sin poder estar cerca de su ángel y eso era desquiciante para el.
Disfrutaba sentirlo cerca y poder tocarlo,pero sin darse cuenta el lugar seguía tocandolo sin pudor...
La sensación que recorría su cuerpo era tan agradable que moría con tal de volver a sentir esas manos.
Pero algo dentro de el se alarmo de inmediato.
-¡Noé!-por favor para-su voz estaba entre cortada y se escuchaba agitada.
-¿Que?-¿que pasa?-preguntó con angustia al ver el hermoso rostro de Matías desfigurado de angustia.
-No aquí,por favor-alguien puede venir y vernos.
Noé blanqueo los ojos con aire de enojo y asistió molesto.
-Está bien,no aquí,pero entones ¿Donde?.
su voz se escuchaba molesta,las cosas se me estaban juntando de golpe y era su forma de sacarlas y no atragantarse con su propio dolor.
-No lo sé,pero aquí no-Matías seguía viéndolo con angustia,mientras su vista viajaba de sus ojos a sus propias manos.
Jugando con sus dedos nervioso.
-Matías,estoy desesperado por tenerte cerca,no sabes los celos y la rabia que sentí al verte tan cerca de esa chica,es lo más doloroso que eh sentido y tú no lo entiendes.
