| 131 | Rami Malek

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• Katherine POV •

— ¿K, has visto mi celular? — pregunta Ariadne girando múltiples veces y pasando sus manos con la manicura recién hecha con sumo cuidado por todos los espacios disponibles.

— La ultima vez, tomabas fotos de mi mamá mientras se despertaba.

— Claro. Lo deje en su habitación.— sale disparada y no puedo evitar soltar una risa. Si ella normalmente es nerviosa y perfeccionista, en ocasiones especiales había un incremento que daba miedo.

Niego mientras cierro la puerta y me dirijo al armario de la habitación para sacar la tela que cubre nuestros vestidos.

La manera en que mis labios se curvan involuntariamente es muy extraño. Pero lo he hecho prácticamente cada segundo del día desde los últimos 6 meses.

Observo una vez más mi vestido largo en un bonito rosa pastel. Me lo coloco lentamente mientras que espero que Ariadne regrese, aunque juzgando el trabajo que desempeña hoy dudo mucho que eso vaya a suceder pronto.

Salgo de la habitación que teníamos asignada para últimos detalles y sujeto lo que sobra de mi vestido mientras bajo las escaleras.

Todo luce completamente hermoso. Todavía recuerdo la mirada que mi madre y yo compartimos cuando Ariadne se ofreció a organizarlo todo. No es que dudáramos de ella, solo la conocíamos muy bien. Mi mamá ha sido su mejor amiga prácticamente toda su vida y está había sido sin problema alguno una segunda madre para mi.

Pero ahora viendo los resultados estaba segura de que ambas estábamos muy contentas por haber dejado que Ariadne hiciera un poco de su magia.

— Hey, Katherine. ¿Has visto a Ariadne? — y justo como ella había sido como una segunda madre, Louis había intervenido como una buena figura paterna en mi vida también. En especial si contamos todo el tiempo en el que mi padre Ben no estuvo presente.

— Debería estar con mi mamá.

— Genial.— suelta un bufido y una pequeña ráfaga corre entre sus piernas. Tiene pequeños mechones pelirrojos y suelta grandes carcajadas.

— ¡Atrápame, papá!

— Perdona, Holly. Pero papá ya está muy viejo para esto.— Louis suelta un gran suspiro solo observando como la pequeña da vueltas a su alrededor. Suelto una risa mientras ruedo los ojos.

— Ni siquiera tienes 45.

— Pues después de Holly se siente como si tuviera 60.— se agacha brevemente para intentar coger a la pequeña de 7 que fácilmente se escabulle de sus brazos.

La pequeña Holly fue un desliz que ni Louis ni Ariadne obviamente esperaban. Pero no por eso esa pequeña niña era un segundo menos amada y añorada por ninguno de nosotros.

— ¡Katherine, mírame! — grita la pequeña antes de hacer una serie de saltos y giros que aprendió recientemente en las clases de gimnasia que estuve encantada de enseñarle.

— Haz mejorado mucho, Holly. Cada vez lo haces mejor y mejor.— ella sonríe y juega con la falda del vestido de bailarina que convenció fácilmente a sus padres para que la dejaran usarlo.

| one shoots |Where stories live. Discover now