| 112 | Dave Franco

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Siento sus brazos rodearme y sonrío automáticamente. Mis ojos están negados a abrirse así que me acurruco más a su lado.

No dura mucho ya que mi espalda empieza a cobrarme factura. Abro levemente los ojos y noto por qué. Ambos nos hemos quedado dormidos en el sofá la noche anterior. Me incorporo levemente, todo sigue como lo dejamos anoche. La televisión sigue encendida y la manta que colocamos para no sufrir del frío invernal sigue colocada sobre nosotros. Dave hace pequeños ruidos mientras se talla los ojos.

— ¿Qué hora es? — pregunta con su ronca voz. Sonrío y vuelvo a aferrarme a un lado suyo.

— Temprano.— lo siento sonreír y dejar un beso en mi frente. No quiero dejarlo ir.— ¿En serio tienes que irte?

Sé que este es el tema del que más hemos hablado las últimas semanas, pero mi fe es lo último que quiero perder. Me niego a pasar la Navidad sin mi prometido.

— Morgan...— oigo y se lo que viene a continuación. Puede ser tanto un Dave molesto y cansado del tema cómo un Dave que hará que me sienta triste y culpable por preguntar. Así que me incorporo y le doy la espalda en busca de mis zapatos.— Mírame.

Toma mi rostro entre sus manos y me hace fijar mis ojos en los suyos. Acaricia levemente mi mejilla y la manera en la que sonríe solo me hace recordar por qué estoy tan enamorada de él.

— Dave, ya lo entendí. Sé que soy necia al preguntar, pero...

— No lo eres. No hay nada que odie más en este mundo que tener que trabajar en Navidad y no estar a tu lado, pero tienes que entender que es importante.— toma mi mano y deja un beso sobre el anillo que adorna mi dedo anular. Eso hace que se me escape una tonta y risueña sonrisa.

— Lo entiendo. Solo promete que volverás en el primer segundo que termines de trabajar.— Dave asiente y rodea mi cintura. Lleva sus labios a los míos.

— No habrá nada más en mi mente.

(...)

— Mi vuelo partirá ahora, cariño. Te llamo cuando haya aterrizado. Te amo.

— Y yo a ti.— la llamada que habíamos estado teniendo la última media hora finaliza. Es noche buena y Dave ha tomado su vuelo para poder cumplir con su trabajo.

Suelto un gran suspiro y rodeo mis piernas con mis brazos. Observo el anillo que adorna mi mano. No es un anillo convencional de compromiso. Pero no podía esperarse algo normal de Dave. Cabe decir que la manera en que lo recibí tampoco fue tradicional.

Una vez, arreglando nuestra armario, la pequeña caja cayo de un montón de cosas de Dave. La abrí y descubrí el anillo. Cuando le pregunté a Dave al respecto parecía sorprendido, pero al final dijo que no importaba la manera en que me lo pidiera mientras yo estuviera a su lado. Por supuesto dije que si.

El recuerdo solo me hace llenarme de nostalgia. Estuvimos en una relación por dos años antes de comprometernos. Pero esta sería la primera Navidad que tendríamos comprometidos y yo no estaba con él.

Así que lo decidí.

Subí lo más rápido que pude a nuestra habitación y llene una maleta con ropa, solo para después cambiar la mía por algo más abrigador.

Me encaminé al aéreopuerto con el corazón bombeandome fuerte en el pecho. Definitivamente esta sería una buena sorpresa de Navidad.

Encontrar un lugar no fue fácil, era Noche Buena después de todo. Pero milagrosamente obtuve un lugar en el avión más próximo después de una afortunada cancelación de ultimo minuto.

| one shoots |Where stories live. Discover now