| 115 | Cole Sprouse

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— ¿Otra bebida? — asiento lentamente porque percibo la desesperación de Cole a kilómetros.

Él se levanta y se lleva mi vaso de plástico rumbo a la máquina de sodas. Yo suelto un suspiro mientras lo observo alejarse. Esto era precisamente lo que quería evitar.

Hemos estado en una aventura en carretera por más tiempo del que esperaba, mucho más tiempo.

Después de que Cole aceptara llevarme caí en la cuenta de que no tenía idea de a dónde ir esa noche, o lugar a donde ir, en general.

Él fingió no darse cuenta de que yo no tenía destino fijo y hemos estado dando vueltas desde entonces. Nos llevamos muy bien, él resultó no ser un potencial asesino de mujeres y yo realmente disfrutaba de su compañía. Se sentía bien tener un amigo en el que apoyarte cuando la mayor parte de tu vida habías sido una persona completamente solitaria, simplemente se sentía bien. 

Hasta hace una semana.

No voy a negar que Cole me resultó extrañamente atractivo al momento de conocerlo. Por desgracia, ese fue el único pensamiento que tenía en mi mente esa noche.

Habíamos salido a un bar del pequeño pueblo en el que nos estábamos quedando. Fue un momento tan divertido y alegre mientras ambos estábamos ahí que simplemente empezamos a beber. Y a beber. Y a beber.

Yo puedo defenderme tras el hecho de la resistencia que había desarrollado hacia el alcohol a través de los años, y aunque mi cabeza timbraba en ocasiones yo me sentía despierta. Puede que otra cosa haya sido con Cole. Balbuceaba sus palabras y soltaba risas ocasionales e injustificadas. Rodeaba mis hombros con su brazo y me acercaba a él gritándole a cualquiera que pusiera su mirada en mí más de tres segundos.

Con todo el trabajo del mundo logro llevarlo al pequeño hotel donde pasábamos la noche. Use su llave para abrir la puerta de su habitación y después de introducirlo cerré la puerta detrás mío.

Cole se deja caer en la cama como si fuera un peso muerto. Suelto un suspiro y prosigo a quitarle las botas y la pesada chaqueta de cuero. Mientras estoy en el proceso de remover su chaqueta, él toma mi mano. Sus ojos están abiertos y me mira fijamente.

— ¿Estás bien? ¿Quieres un vaso con agua? — pregunto preocupada de que él únicamente se quede mirándome. Al final solo niega y en un momento que me toma totalmente desprevenida, él coloca su cabeza en mi cuello.

En el primer segundo no sé qué hacer, así que solo pongo una de mis manos en su espalda y la otra en su cabeza. Comienzo a pasar mi mano por su cabello mientras lo escucho respirar lentamente.

— Reign.— lo oigo murmurar. Bajo la mirada y él continúa con los ojos cerrados. Suspiro y continuo acariciando su cabellera. Esto no es ningún pesar para mí, él me escucho cuando finalmente pude contarle el por que huía. A su vez, él tuvo la confianza de contarme parte de su pasado. Si, los dos estábamos un poco perdidos.

Trato de estirar mis piernas, ya que estas estaban dobladas sobre el colchón, y el peso que Cole coloca sobre mi comienza a cansar mi cuerpo. Una vez que lo logro el aún no luce con intenciones de abrir los ojos. No sé por qué lo hago, pero mi mano que acariciaba su cabellera baja a su rostro, pasa por sus párpados cerrados, por su nariz, por sus labios y se detiene a dar pequeñas caricias en sus mejillas. Es cuando paro, alejo mi mano de su rostro.

| one shoots |Where stories live. Discover now