| 106 | Jared Leto

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— ¿Entonces...entraste en el equipo de fútbol? — Tristán sube la mirada del videojuego que tiene en las manos y aparta uno de sus audífonos de su oído.

— Si, Cameron, estoy en el equipo.— vuelve a bajar la mirada a su pequeño aparato.— Creí que la sesión de falso intereses había terminado.

— Ya te he dicho que no es...

— Si, si. Mereces un premio.— se coloca nuevamente el audífono y yo suelto el aire que tengo retenido con frustración.

Dejo caer mi cabeza en el respaldo del sofá y hago un esfuerzo sobre humano para no gritar.

Tristán es el hijo adolescente de Jared, y básicamente me odia.

Empecé una relación con Jared hace un año. Cuando llevábamos seis meses conociéndonos me presento a su hijo. Jared se había separado hace pocos años y Tristan seguía molesto por el asunto del divorcio de sus padres. Él  dejo bastante en claro que yo no estaba bienvenida a su familia. Y no importaba lo que yo hiciera, parecía que estaba contaminada cada vez que trataba de acercarme de alguna manera a Tristan. Jared realmente nunca había notado la distancia y tensión que había entre nosotros por qué yo trataba siempre de tener una buena actitud y no hacer irritar a Tristan.

En ese momento la puerta de la casa se abre. Jared entra y me observa con una sonrisa, me levanto del sofá y prácticamente corro a sus brazos. Él ríe mientras deja un gran beso en mis labios. Después me suelta lentamente y se acerca a despeinar el cabello claro de Tristan.

— ¿Qué tal te ha ido hoy, campeón? — Jared se sienta en el sofá a lado pero Tristan no lo mira, únicamente levanta su pulgar.— ¿Podrías hablar?

Tristan le da una mirada y después de rodar los ojos se quita los audífonos.

— Me fue muy bien, papá. Ahora puedes dejar de fingir que te interesas en mí y puedes regresar a casi comerte a Cameron.— se levanta del sofá y corre en dirección a las escaleras.

— ¡Tristan, vuelve acá! — grita Jared pero su única respuesta es el sonido de la puerta de la habitación siendo azotada.

— Jared...— digo lentamente mientras coloco una de mis manos en su hombro. Sé lo difícil que le resulta todo esto. Ama a Tristan más que nada en esta vida y ambos solían ser muy unidos, pero después del divorcio se distanciaron y no ha vuelto a ser igual, puede que mi presencia haya tenido mucho que ver.

— Ya no sé qué hacer con él.— me coloco cuidadosamente en su regazo y sostengo su rostro entre mis manos. El rodea mi cintura con sus brazos y me acerco para dejar un pequeño beso en sus labios. 

— Sigue adaptándose a estos cambios.

— ¿Pero por cuánto tiempo más? Ya han pasado tres años.

— Si, pero toda su vida ha estado acostumbrado a verlos a su mamá y a ti juntos.— hago una pausa y bajo la mirada.— Y siente que yo me entrometo.

— Estoy seguro de que no eres tú. Él está realmente dolido con su madre, yo no supe cómo lidiar con la noticia de que ella no vendría a su cumpleaños. Se lo tomó peor de lo que ya planeaba.

— No debe ser agradable saber que tu madre no te verá en tu cumpleaños.
A veces pienso que quizá si me entrometo un poco en su vida.

— No digas eso. Él tendrá que acostumbrarse a ti.— dice mientras coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.— Por qué no pienso dejarte ir en mucho tiempo Eres absolutamente maravillosa.– sonrío cuando sus labios se colocan sobre los míos. Al final coloco mis manos sobre su pecho y lo miro a los ojos.

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