| 002 | Nash Grier

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Era doloroso, pero me trague el ardor que estaba sintiendo desde la punta de mis pies hasta la punta de mi espina dorsal.

— Estas encorvada, Lilly.— me reprende la mujer mayor. Quiero gritarle una hilera de malas palabras, incluyendo un grito de desesperación que anuncie que mi ardiente espalda es la prueba suficiente de que estoy en una postura bastante recta.

Madame suelta un suspiro y coloca sus dedos en el puente de su nariz mientras niega, dejo caer mis dos pies y sobo mi espalda lentamente.

— No tengo que recordarte tú importancia en el recital, no lo eches a perder. Además, espero que practiques todo el domingo.— me reclama mientras desaparece de la gran sala.

Suelto un suspiro y sin dejar de pasar mis dedos por toda mi adolorida espalda, recojo mi bolso y tomo de mi botella de agua.

— Si sigues así quedaras jorobada.— oigo mientras me cambio las zapatillas de ballet por mis tenis.

— Muérete, Grier.— dejo escapar entre dientes mientras lo veo entrar al estudio. Viene en pantalones sueltos y una camisa de tirantes gris. Gran idiota el que dijo que los bailarines masculinos son escuálidos y menudos.

Nash Grier es mi penitencia por algo muy malo que de seguro hice en otra vida, el sujeto es un absoluto dolor de cabeza, pero Madame tiene toda su confianza puesta plenamente en él, sumándole el hecho de que se graduó con honores de esta academia no ayudaba mucho a mi situación.

Madame lo escogió específicamente a él para que fuera mi pareja en el recital de Navidad, el jodido recital mas importante de toda mi temporada escolar.

— Vamos, Lilly, hermosa. Eso es a lo que generalmente se le conoce una como broma. Entiendo que no estés familiarizada con el concepto.

— No tengo tiempo para esto, Nash. Iré a ensayar.— cuelgo mi bolso en mi hombro y me dirijo hacia la salida. Repentinamente me siento sujetada mientras su brazo rodea mi cintura y jala de mi.

— Ensayas demasiado, incluso las mejores bailarinas descansan.— la posición ocasiona que automáticamente coloque mis manos en su pecho buscando no golpear fuertemente con su pecho.

— Yo no soy la mejor, pero si quiero serlo algún día tengo que ensayar.— intento apartarme de él, pero únicamente hace su agarre mas fuerte.

— Exageras.

— Estoy becada, Grier. Y ser la bailarina principal del recital de Navidad me ha costado practicamente todo.— intento no mirarlo a los ojos, se que son profundamente azules y me hacen divagar como tonta cuando los observo durante mucho tiempo.

— Ser un buen bailarín no tiene que ver con el dinero, Lilly.

— Lo sé, aunque es mas fácil decirlo cuando a uno le sobra.— me mira en silencio por varios segundos mientras niega. Rueda los ojos ante mi sutil ataque.

Su familia es bastante acaudala y de los apellidos favoritos dentro de la academia a la hora de alardear.

— Te mostrare que hay mucho más, Lilly.— toma mi cintura y me alza, mis piernas automaticamente se enlazan a su cintura. De esa manera me lleva hasta el reproductor de música y coloca la pieza que bailaremos en el recital, han sido pocas las veces que hemos ensayado juntos.

Madame queria que primero pulieramos nuestras técnica individual. La pieza es hermosa, y Nash baila con una gracia increible, es dificil creer esto de Nash, siempre he considerado al chico un verdadero bufón. Verlo de esta manera realmente me hace sentir inesperadamente bien. Sin notarlo, la pieza llega a su fin y tengo el rostro de Nash a menos de dos centímetros.

Ignoro todas las pequeñas voces de concienciación en mi cabeza y junto nuestros labios, él parece bastante sorprendido al principio, pero no duda en devolverme el beso incrementando la intensidad, una parte que no conozco de mi, sale a la luz cuando vuelvo el beso mas desesperado.

Comienzo a tirar de su cabello e incluso muerdo un poco su labio.

— Wow.— suspira sin realmente apartar sus labios de los míos. Oigo un taconeo en el fino piso de madera, intento separarme, pero Nash coloca una de sus manos en mi cabello y vuelve a estampar nuestros labios.

— Vaya, y yo seguía preocupada de que no tuvieran la química suficiente para ser mis estelares.— me separo fuertemente de Nash para observar a Madame mirándonos con una ceja encarnada y los brazos cruzados.

— Puede sentirse muy tranquila, Madame. Trabajamos arduamente en eso.— Nash le dedica una sonrisa y no puedo evitar darle un golpe en el brazo.

— Solo no corrompas a mi joven estrella, Grier. Será la mejor Odette que cualquier Lago de los Cisnes pudiera desear.— sonríe y niega con su cabeza.

— Oh, de eso no hay problema, de hecho, creo que ella me corrompe a mi, al parecer hay bastantes cosas que ella tendrá que enseñarme.— mis mejillas toman un color carmín intenso e intento volverlo a golpear pero el toma mi brazo para acercarme nuevamente a él y depositar un pequeño beso en mis labios.— Ahora fuera de aquí, cisne. Es mi turno de practicar.

Madame se aleja negando su cabeza pero estoy segura de que vi sus comisuras alzarse. Le sonrio de vuelta a Nash y vuelvo a cargar mi bolso en mi hombro y salgo del estudio tarareando nuestra canción.

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Déjenme saber si les gusta la historia. Gracias por los votos.
Nos Vemos.

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