Capítulo 32: Sortilegios Weasley y regreso a Hogwarts

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Se despidió de su hermano rápidamente y subió al tren, con su baúl, seguida por las dos chicas. Escogieron un compartimento vacío, y se acomodaron en el interior.

—Tenía ganas de regresar a Hogwarts —comentó Astoria, que parecía emocionada con la vuelta.

—Tú solamente querías ver a Draco —se burló Daphne—. No sé por qué quieres volver, teniendo en cuenta que este curso tendrás que estudiar para los TIMOS...

Alice miró a Astoria con interés al escuchar que deseaba ver a su primo. Sabía que había muchas alumnas interesadas en él, pero la mayoría de ellas le resultaban insoportables. La chica que estaba frente a ella era la única que le agradaba entre todas las pretendientas de Draco.

—¿Te gusta mi primo? —preguntó.

—Bueno... sí... pero no quiero que lo sepa. Sé que no tengo posibilidades, porque Pansy Parkinson también quiere salir con él, y seguramente la escogerá a ella antes que a mí.

—Esa chica es idiota; parece que no utiliza el cerebro —comentó Alice—. Aunque mi primo debe de estar acostumbrado, dado que se junta con Crabbe y Goyle.

Ambas hermanas rieron, y en un abrir y cerrar de ojos las tres brujas habían comenzado a compartir opiniones acerca de sus compañeros de casa. Coincidían en muchas cosas, por lo que Alice pensó que tal vez podrían ser amigas, a pesar de apenas haber tenido relación durante los años anteriores.

La puerta del compartimento se abrió a mitad del viaje, apareciendo por ella Draco. El chico miró a las tres y centró su atención en su prima.

—Te he estado buscando —le dijo—. ¿Quieres venir con nosotros?

—Estoy con Daphne y Astoria —respondió ella—. Puedes quedarte, si quieres —añadió pensando que a la menor de las hermanas le gustaría.

El rubio rechazó la invitación con un movimiento de cabeza.

—No te he visto durante las vacaciones, Alice... y Theodore tampoco.

La bruja negó con la cabeza, pensando en su novio. Sabía que no estaba actuando bien respecto a su relación con él, pero con una guerra avecinándose, lo último que deseaba era ponerle en peligro. Y él no querría alejarse de Alice si llegaba a saber los verdaderos motivos de la bruja para no continuar con la relación.

—No voy a ir, Draco —dijo en tono firme—. Saluda a todos de mi parte; les veré en Hogwarts.

Su primo asintió y, tras lanzarle una última mirada, abandonó el compartimento, sin siquiera despedirse de las hermanas Greengrass. Astoria pareció un tanto decepcionada por la falta de atención recibida, aunque no hizo ningún comentario al respecto.

—Si quieres ir, por nosotras no hay problema —comentó Daphne.

—No, no quiero —respondió Alice—. Ya les veré en el colegio.

Pasados unos minutos, la puerta se abrió de nuevo, y en esta ocasión fue Blaise Zabini quien entró. Tal y como había hecho Draco, ignoró por completo a las hermanas, dirigiéndose solamente a Alice.

—Slughorn nos ha invitado a reunirnos con él —le informó—. Te he estado buscando para decírtelo.

—¿Slughorn? ¿Quién es?

—Según he oído, un profesor nuevo de Pociones. Snape enseñará Defensa Contra las Artes Oscuras, como siempre había querido.

Alice no recordaba haber escuchado nunca el apellido de su nuevo profesor, aunque no le dio demasiada importancia.

—Dile que siento no poder asistir —le dijo a Blaise—. Estoy ocupada en estos momentos.

El mago puso los ojos en blanco, consciente de que era una excusa absurda, pues la chica no estaba ocupada.

—Tendré que ir solo, si no vienes... —comentó contrariado—. Por cierto, a tu primo y a Theodore les gustaría que vinieses a nuestro compartimento... y a mí también. Somos amigos, al fin y al cabo. Incluso antes de comenzar a salir con Nott, eras su amiga.

Dicho aquello, salió del compartimento, dejando solas a las chicas. Las hermanas se mantuvieron en silencio mientras Alice se sumía en sus pensamientos.

¿Era correcto lo que estaba haciendo? Tal vez no debería alejarse por completo de Theodore; al fin y al cabo, habían sido muy buenos amigos antes de ser novios. Consideraba injusto romper la amistad que les había unido, aunque fuese por tratar de protegerle. Tal vez lo mejor sería mantenerlo como un amigo.

—¿Estás bien, Alice? —preguntó Astoria.

—Sí, tranquilas.

Continuaron hablando sobre temas intrascendentes, como los profesores y las asignaturas. Alice, sin embargo, no se podía sacar de la cabeza lo último que había dicho Zabini antes de irse.

Por tanto, en cuanto llegó el tren a Hogsmeade, se despidió de las hermanas Greengrass y buscó a su primo, a quien no le costó encontrar. Draco había salido más tarde del tren, y estaba llegando junto a Crabbe, Goyle, Nott, Blaise y Parkinson. Alice frunció un poco el ceño al percatarse de la presencia de la última.

—Draco —llamó cuando llegó hasta él—. Yo...

—Ven con nosotros; después hablaremos de lo que tengamos que hablar.

Draco la hizo subir a uno de los carruajes, donde después subió él y, por último, Pansy Parkinson. Los cuatro restantes fueron en otro carruaje. Alice se percató de que Blaise había querido acompañar a Theodore, quien parecía mucho más desanimado de lo habitual.

—¿Qué tal has pasado las vacaciones? —preguntó Draco—. Mi madre me dijo que cuando regresaste, fuiste con el Señor Tenebroso y con Ethan, y que estarías entrenando.

La bruja se encogió de hombros.

—La verdad es que han sido unas buenas vacaciones —respondió—. Ya sabes que Ethan es como de la familia, jugué con él a quidditch, nos desafiamos a duelos...

—¿Practicaste los duelos con Riddle? —preguntó Draco—. Supongo que te ganaría siempre...

—Logré vencerlo un par de veces.

Se sentía orgullosa por haber logrado derrotar a su hermano, aunque hubiese sido en un par de ocasiones. Según decía su padre, estaba cerca de ser más poderosa que Ethan, aunque le faltaba entrenamiento y conocimiento.

No había podido vencer a su padre, aunque había conseguido aguantar varios minutos en un duelo contra él. Era más de lo que podían decir muchos magos, pues el Señor Tenebroso era difícil de enfrentar.

—Estoy deseando llegar a Hogwarts —comentó Parkinson—. Hace mucho tiempo que no estamos solos —añadió dirigiéndose a Draco.

Él asintió, aunque Alice sabía que Pansy no significaba mucho para él. No estaba interesado en comenzar ninguna relación, al contrario que ella.

—Supongo que tú te sentirás más sola esta curso, ahora que no estás con Nott —continuó hablando Parkinson—. Es una lástima, es tan buen chico... Puede que él también se sienta solo y necesite compañía... femenina.

Alice se levantó de un salto y sacó su varita, dispuesta a darle a Parkinson su merecido, pero Draco, sin querer presenciar una pelea, la detuvo.

—Atrévete a acercarte a Theodore y recibirás una maldiciendo imperdonable antes de tocarle —amenazó Alice.

La otra chica se limitó a mirar a Draco, como si esperase que él la defendiese. Alice, por su parte, miró por la ventanilla del carruaje. No quería seguir soportando a Parkinson ni un momento más.

—Pansy, no te recomiendo hacer enfadar a mi prima —comentó el rubio.

Ninguno de los tres volvió a hablar hasta que los carruajes llegaron a su destino y se unieron a la multitud de alumnos que regresaba, un curso más, a Hogwarts.

Los herederos de Voldemort  ✔️Where stories live. Discover now