Capítulo 80: De Regreso al 12

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- Eres Katniss Everdeen, ¿Verdad? - Me pregunta y yo la miro y al notar que me está sonriendo le devuelvo el gesto.

- Si - Respondo mientras asiento con la cabeza. - Soy yo - Añado y ella me dedica una sonrisa muy tierna.

- Salvaste muchas personas - Me dice y yo sonrío un poco, aunque no del todo - Panem te debe mucho a ti - Agrega y yo niego con la cabeza.

- No, nadie me debe nada, asesiné a muchas personas, nadie puede negar que soy como ellos - Le contesto, refiriéndome a las personas del Capitolio.

- No, tu eres diferente, tu mataste por defensa propia y para ayudar a un pueblo a terminar con un gobierno que lo único que hacía era reprimir a las personas que trabajaban para ellos, y los Capitolinos lo hacían porque querían, disfrutaban ver a esos niños sufrir... - Explica y yo en ese momento recuerdo a Prim, ella no murió en los Juegos, ella no murió ayudando en la Guerra, ella murió por mí culpa, por mí irresponsabilidad...

- Mi hermana murió solo porque yo la descuidé - Le digo y ella frunce el ceño y luego sonríe.

- Yo perdí a mis dos hijas y mis tres nietos durante la guerra - Me contesta y yo trago en seco, no puedo creer esto. - Pero mírame, aún así sigo adelante y no me detengo - Añade y yo frunzo el ceño - ¿Sabes por qué? - Me pregunta y yo niego con la cabeza. - Porque la vida sigue, y esas personas que fallecieron no habrían querido que nosotros estemos así, estancados - Me explica y yo sonrío un poco al escuchar sus palabras - Tu, niña - Me dice mientras hace un gran esfuerzo por levantar su mano y señalarme - Eres muy joven, salvaste toda una nación con menos de dieciocho años, te mereces vivir, formar una familia con el chico que amas y criar a tus niños. Es obvio que no podrás olvidar a tu hermana, pero tienes que recordar todas las cosas buenas que hizo, porque son esos actos los que nos dan vida a todos nosotros, aquellas cosas buenas que las personas hacen. - Añade y entonces, caigo en la cuenta de que si me estanco recordando a Prim, a mi madre, a Demetria, y a todas aquellas personas que murieron, lo único que logro es faltarles el respeto.

- Muchas gracias, en serio - Le digo y ella sonríe.

- Es probable que no volvamos a vernos, así que creo que tendríamos que hablar el tiempo que podamos - Sugiere y yo río un poco, me agrada esta mujer.

- Claro, podemos hablar - Respondo sonriendo - ¿De que le gustaría conversar? - Le pregunto y ella sonríe.

- No lo se, cuentame sobre ti, ¿Tienes algún novio? - Me pregunta y yo miro al frente y río.

- Tenía uno, Peeta Mellark... - Respondo y mi cara lentamente comienza a mostrar tristeza - Él y yo eramos muy felices, y luego de la guerra, yo terminé en el hospital, porque me dispararon. Cuando desperté... Él vino a verme y me pregunto como estaba, yo le dije que no quería ser salvada, que quería morir, tuvimos una pequeña discusión, el me pregunto si yo lo amaba, y yo le dije que no... - Respondo y entro a sollozar. - Y no es así, yo lo amo, eso se lo dije porque pensé que yo no merecía estar con alguien como él, pero me di cuenta que no puedo vivir sin Peeta - Le explico y ella me mira y pone su mano sobre mi espalda para acariciarla en círculos.

- Díselo - Me sugiere y yo la miro y le sonrío un poco.

- ¿Y si me rechaza? - Le pregunto - ¿Si ya no me ama? - Acoto y ella sonríe.

- El amor nunca se pierde, siempre se puede crear más - Me dice ella - Y si él te amaba, lo hará durante toda su vida - Añade y yo respiro hondo y suelto todo el aire al mismo tiempo.

- ¿Usted cree? - Le pregunto y ella asiente con una sonrisa.

Lentamente el tren se detiene. - Arrivando al Distrito 5 - Dice una voz en el entorno y la mujer se levanta de su asiento.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz