40. Un día inolvidable

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Narra Tom

Abrí la puerta con cuidado y vi que Jean seguía dormida, esa mujer jamás se despertaría a las ocho de la mañana un viernes, de hecho ningún día. Entre con mucho cuidado para no despertarla y me acerque al primer armario que vi. Espero que ella si tenga toallas limpias, no como los demás.

Abrí con cuidado el armario, pero al parecer las cosas estaban tan apretadas que al instante todo se calleras al suelo. No hicieron tanto ruido, solo eran toallas y sabanas, pero entonces una pequeña caja que estaba en la esquina comenzó a resbalarse.

Trate de agarrarla, pero al momento que la vi ya estaba muy cerca del suelo, callo causando un fuerte estruendo por todo el cuarto.

-Desperté- grito Jean, luego volteo a verme y se notaba que estaba confundida- Tom, ¿Qué haces aquí?

-Yo solo...buscaba una toalla. Lo siento, no quería despertarte.

-No te preocupes, de cualquier forma iba a despertarme en algún momento.

Se levanto de la cama, todo su pelo estaba revuelto y sus ojos semi abiertos, se estiro al instante y solté un enorme bostezo. Yo no pude evitar reírme, se veía muy tierna cada vez que hacia eso, como una niña pequeña.

Luego se acerco a mi y comenzó a recoger las cosas, yo también me agache para ayudarla, doblamos las toallas y las acomodamos en el estante de arriba. Ya estaba todo devuelta en su lugar, solo faltaba la caja que estaba en el suelo, acerque mi mano para tomarla. Pero Jean se me adelanto.

-Yo la guardo- dijo con un tono nervioso.

-Okey. ¿Qué tiene la caja?

Su cuerpo se tenso y la guardo rápidamente en el fondo del estante.

-Nada importante, solo... recuerdos del pasado.

Sabia que a Jean no le gustaba hablar sobre su pasado, así que decidí no preguntar mas, no me gustaba verla triste. Y mucho menos si hablaba sobre el tema.

-Entiendo- respondí con un tono tranquilo- Bueno, creo que me voy- tome la toalla y me acerque a la puerta.

-Espera- Jean tomo mi brazo al instante- ¿Ya tienes que irte?

-Pues se supone que me iba a bañar, pero me puedo quedar si quieres.

-Si, eso me gustaría.

Ella se acerco a la cama y volvió a acostarse, yo en cambio solo me senté, no quería incomodarla. Jean volteo a verme con una sonrisa y palmeo la almohada.

-Ven, acuéstate. No es como que te vaya a violar.

-Uno nunca sabe.

Jean me vio de una forma asesina y yo solo la obedecí. Los dos nos volteamos para poder vernos cara a cara y una sonrisa se asomo de sus labios. Por Dios, ella era la mujer mas hermosa que he visto. Sin duda la frase "Eres un Ángel caído del cielo" queda perfectamente para ella, ya que lo era. Todo un ángel que vino a mi vida para cambiarla por completo. 

-¿Que tanto piensas?- al parecer noto que estaba distraído.

No sabía si decirle lo que rondaba en mi mente, sería algo extraño solo decirle lo bella que es, pero si lo pienso bien en todo este tiempo los dos hemos tratado de besarnos y siempre buscamos un motivo para decirnos cuánto nos queremos. Así que, ¿Qué puedo perder?.

-Nada, solo pienso en lo hermosa que eres.

-No lo soy.

-Claro que lo eres.

Se dio la vuelta y miro al techo, sabía que no quería que yo viera sus cachetes sonrojados, ya que lo estaban y mucho. 

-Estas loco.

Más que solo amigos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora