Más que solo amigos [EDITANDO]

37. El beso

Maratón 4/5

Narra Alice

Desde que Harry se convirtio en mi "Novio" Marcus me dejo en paz. No me buscaba, no me hacia comentarios estupidos, ni siquera volteaba a verme. Era genial, por primera vez me sentia libre de las garras de Marcus Iger, se sentía tan bien.

No quiero ser cruel, entiendo que Marcus tiene sentimientos como las demas personas del mundo, pero el simple hecho que me trate de esa forma me molesta. Como si yo no fuera nada mas que un objeto qué él tiene bajo su propiedad. Lo detesto.

Pero con Harry es diferente, él es tan lindo y dulce, siempre se preocupa por mi y busca la manera de hacerme feliz. Eso es lo que mas amo de él. De hecho, amo todo de él. Sabia que algún dia tenia qué aceptarlo, estaba profundamente enamorada de Harry Holland.

Eran las dos de la tarde y yo me moría de hambre, podría fácilmente bajar a la cafetería y comer algo, pero tenia que terminar este diseño. Todo el día me la he pasado en el taller trabajando sola, ni siquiera me aparecí en el set, el trabajo es primero.

Me estire en mi asiento y solté un bostezo, estaba demasiada cansada, literalmente me levante a las ocho de la mañana y vine directo hasta acá. Creo que tengo una leve obsesión con el trabajo, "leve".

-Hola, querida novia- dijo Harry al entrar con una bolsa en las manos.

-Hola, querido novio.

El embozo una dulce sonrisa, de esas que te quitan el aliento por solo verla, y se sentó en frente de mi. Puso la bolsa a un lado y de ella comenzó a sacar comida, dos hamburguesas y unas papas, mi platillo favorita.

El me entrego una y yo al instante le quite la envoltura para darle una enorme mordida. Al sentir la comida en mi boca cerré los ojos y me moví en mi asiento, mostrando lo tanto que necesitaba esto.

 - Vaya, si que tenias hambre.

-No tienes idea- le di otra mordida y sabia que tenia toda la boca manchada de cátsup, pero no me importaba.

-¿Y cuanto tiempo llevas aqui?

-Siete horas.

-¿Siete horas?- exclamo él.

-Si, tenia que terminar el vestuario de Jean y perfeccionar algunos diseños.

-Okey, esto es demasiado. Dame la libreta.

-No- la agarre al instante y me la acerque al pecho.

-Alice Pamela Lieber, dame esa libreta ahora.

-No, Robert- conteste llamándolo por su segundo nombre, él odiaba que lo llamaran asi.

Harry se levanto rápidamente de la silla y yo hice lo mismo, comenzó a perseguirme por todo el taller mientras que yo sacudía la libreta por los aires. Él me interceptó en una esquina, y antes que pudiera hacer algo, ya tenia la libreta en su poder.

-Dámela. 

-Ni lo sueñes, es hora que tomes un descanso.

Dejo la libreta a un lado y tomo una servilleta de la mesa. Se acerco a mi y yo comencé a estremecerme.

-Mira tu cara, estas llena de cátsup.

Paso con cuidado la servilleta sobre mi rostro y yo solo podía verlo directo a los ojos. Al verlo ahí parado, sonriéndome como si fuera la única chica en el mundo, tuve ganas de besarlo. Siempre me pregunte a que sabrán esos labios tan delgados que tiene, pero ahora lo necesitaba con locura, me moría por besarlo.

-Sabes, a veces pienso que fuiste criada en un...

No pudo terminar la oración, lo tome de la camisa y acerque su rostro con el mío, una ola de felicidad entro a mi corazón. Al principio sus labios no se movían, de seguro estaba demasiado sorprendido por lo que estaba pasando, pero luego de unos segundos me agarro con fuerza de la cintura y me pego contra la pared.