Capítulo 74: Los Paracaídas

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Intento moverme mientras el resto del equipo se incorpora lentamente... Me levanto y tomo mi arco para dirigirme a la puerta trasera de la camioneta.

- Espéranos - Dice Amande y yo volteo al instante.

- Mi hermana no puede esperar, está a punto de volar en pedazos... - Le digo casi enojada. Ella al instante se levanta, con intenciones de acompañarme.

- Ayúdame - Le dice Peeta a Vimia y ella le ofrece su mano. - No tenemos tiempo, vámonos - Dice él y yo asiento.

- ¿Qué hay de...? - Pregunta Amande mirando a Finnick y a Johanna, que están incorporándose lentamente. Ella tiene torcido el tobillo o algo por el estilo porque no puede pisar muy bien...

- No se preocupen por nosotros - Dice Finnick y nos hace gestos con las manos para que sigamos caminando - Estaremos bien, sigan - Añade y yo salgo disparada al instante hacia el lugar donde se encuentran los aerodeslizadores.

Sigo corriendo y puedo ver que hay Agentes de la Paz en la calle siguiente, pero no me importa, no pienso desviarme, este es el camino más rápido para llegar a ella... De repente escucho una explosión a nuestras espaldas: la camioneta en la que Finnick y Johanna se encontraban... Abro los ojos como dos platos y una lágrima recorre mi mejilla izquierda, lo más probable es que estén muertos...

- Tenemos que seguir - Me dice Vimia y yo asiento ligeramente.

Continuamos corriendo y yo saco flechas incendiarias para dispararles a los Agentes de la Paz, no me detengo para hacerlo, dejo que la suerte decida y disparo al suelo para producir un incendio delante de ellos. Faltan exactamente dos calles para llegar a la mansión de Snow. Puedo ver como los paracaídas comienzan a liberarse de los aerodeslizadores y comienzan a caer lentamente por los aires. "No lo lograremos, no lo lograremos", pienso mientras intento aumentar la velocidad. La impotencia y las ganas de llorar me están superando y mi ritmo comienza a bajar, la velocidad comienza a disminuir, pero luego puedo ver a Prim y pienso que tengo una oportunidad todavía.

- ¡Prim! - Grito pero por el alboroto ella no logra escucharme. Veo que un paracaídas está cayendo cerca de ella, y la rubia de ojos azules se acerca a tomarlo - ¡No! ¡Prim no lo abras! - Digo pero continúa sin escucharme. Puedo ver que Vimia está cada vez más cerca de ella... Prim toma el paracaídas y busca una manera de abrirlo.

- ¡No! - Grita Vimia tomando el paracaídas que mi hermana tenía en las manos.

Antes de que las explosiones comiencen a escucharse, puedo ver a Vimia tirando a mi hermana al suelo. Luego el polvo se levanta y puedo ver sangre y pedazos de cuerpos volando por todas partes, hasta que una explosión me toma por sorpresa y me dispara metros atrás, hasta que me desmayo lentamente junto a Peeta.

Abro los ojos y sé que no pasaron ni siquiera diez minutos desde la explosión, e incluso llego a pensar que no me desmayé.

Me incorporo como puedo y comienzo a caminar nuevamente hacia la dirección de las explosiones, buscando a mi hermana.

Lentamente me detengo, entre todos los cuerpos que se encuentran en el suelo, los llantos de las personas que están vivas, ya sea porque perdieron algún familiar o porque están mutiladas por las bombas. Una persona en el suelo es lo que veo y caigo de rodillas, completamente rendida.

- ¿Prim? - Pregunto mientras me acerco a ella.

No responde, no hace absolutamente nada, está de espaldas a mí. La tomo del brazo para voltearla lentamente. Su rostro está completamente cubierto de pólvora, y tiene sangre también.

- Prim... Por favor - Digo mientras la muevo para ver si reacciona. - No me dejes, no puedes hacerlo, tienes que quedarte conmigo - Le digo y entro a llorar al notar que sigue inmóvil, sin reacción alguna. - Prim... - Repito mientras acerco su cuerpo al mío para abrazarla con fuerza.

Las lágrimas que recorren mis mejillas caen al suelo, golpeando la pólvora y dejando pequeñas gotas de agua en el suelo, como si fuesen charquitos.

Me separo de ella y miro su rostro: sus ojos cerrados, sus labios completamente secos y unidos, y su boca que quedó formando una expresión de tristeza, nadie lo notaría, nadie excepto yo.

Aprieto los dientes miro de arriba abajo el cuerpo de mi hermana, intentado contener las ganas de gritar que tengo, pero no lo logro.

- ¡Maldita sea! ¡¿Por qué ella?! - Grito al aire y mi llanto provoca que esta última palabra se vaya acortando.

Escucho a alguien toser detrás de mí: Vimia.

- Lo lamento Katniss... - Dice y tose sangre - No llegué a tiempo, lo siento mucho - Añade y yo la miro y le sonrío un poco.

- No hay nada que perdonar... - Le digo y ella sonríe también.

- ¿Sabes...? - Me dice y traga saliva - Morir no es tan malo... Voy a ver a mi familia, a mi hermana que nunca llegué a conocer, y le diré que lo logramos, que Panem es libre ahora... - Añade y yo miro al suelo. Cierra los ojos y me largo a llorar nuevamente. Miro nuevamente a mi amiga, y noto que está muerta.

- Merezco morir... - Digo y Peeta se acerca a mí.

Pone su mano sobre la mía y yo la aparto al instante. Él me mira extrañado y vuelve a intentarlo, pero yo nuevamente aparto mi mano de la suya.

Escucho a una niña toser y volteo al instante - Oh Dios mío, Prim - Digo al notar que mi hermana está viva, que no murió, que Snow no me la arrebató. - ¿Estás bien? - Le pregunto y ella asiente ligeramente, aún tosiendo. - Ven, déjame ayudarte - Le ordeno y ella me rodea con el brazo. La alzo en brazos como si de un bebé se tratase. - Voy a sacarte de aquí - Le digo y comienzo a caminar en dirección de la mansión de Snow, el único lugar que estoy completamente segura que no habrán vainas, o al menos eso espero.

- Katniss, creo que será mejor que la dejemos aquí... - Me dice Amande y yo intento mirarla de reojo su rostro sobre mi hombro.

- Tienes razón... Busquemos un lugar seguro donde no puedan encontrarla - Digo y comienzo a intentar abrir distintas puertas, sin ningún éxito. - Aquí - Comento mientras abro una puerta de madera con texturas doradas que forman el símbolo del Capitolio.

Veo una baldosa que está un poco más elevada qur las demasby apoyo los pies de Prim sobre ella. Puedo escuchar un ruido, como si algo se hubiese activado, y luego me percato de que ella abre los párpados hasta el limite que su cuerpo se lo permite, y sus ojos se humedecen. Pierde fuerzas y comienza a caer, yo la tomo entre mis brazos antes de que lo haga.

- ¿Prim? - Le pregunto y ella intenta parpadear para sacar sus lágrimas. Muevo un poco mi brazo para acomodarla mejor y me doy cuenta de que hay algo en su espalda: un cuchillo... - No... - Digo y ella me mira y una lágrima cae por su sien. - Tu no -

- Katniss... - Me dice y me acaricia una mejilla - Tienes que ganar... - Me pide y su mano cae rendida al suelo.

Solo recuerdo una cosa al escuchar estas palabras: Rue... Ella me dijo exactamente lo mismo antes de morir. Ella murió antes de que ganara los Juegos del Hambre, y ahora Prim me dice esto. Siento que, de alguna manera, Rue sabía que esto iba a pasar al ver lo que estaba logrando en los Juegos...

- No más lágrimas, te lo prometo - Digo y trago saliva - No hasta que tome venganza por tu muerte... - Añado y le saco el cuchillo y lo tiro al suelo con mucha bronca. La acuesto y miro su rostro, completamente pacífico, es idéntica a mamá.

Snow me arrebató lo último que tenía y lp que más amaba en este mundo, y va a pagar por esto.

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Capítulo nuevo :) Espero que les guste :D Nos leemos, tengo mucho sueño :( Gracias a los que leen, comentan y puntúan la novela :) Nos leemos :)

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora