Capítulo 51: Una victoria demasiado elevada

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Antes de comenzar el capítulo, presionar el play de la música que os dejo en multimedia, os ayudará a sentir todas las emociones del capítulo, es una música que permite distinguir los sentimientos unos de otros, por lo que disfrutaréis más de la experiencia a la que os quiero transportar

DOUGLAS

Los chicos y yo, estábamos pasándolo en grande jugando al futbolín, quedamos en ir a cenar todos juntos, pero tuve que aplazarlo, porque cuando entré en el baño, me acordé de algo que tenía que hacer


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Entré por la puerta del baño, y allí estaba, era mi hermana, tenía los ojos llenos de lágrimas, gritaba cosas sin sentido, chillaba y pataleaba como una niña pequeña.

— ¿Tu no decías que cumplías tus promesas? — me miraba dolida, como si hubiese cometido algún tipo de traición.

— ¿Es por algo del viaje? — no entendía a qué se estaba refiriendo.

— Sí, en concreto, la promesa que me hiciste de que le ibas a relatar cada detalle a papá — mierda, lo había olvidado.

— Ahora mismo me voy a escribirlo — salí por la puerta del baño, me excusé con mis amigos y caminé hasta mi apartamento.

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Me senté en la ventana, con un lápiz en la boca, pensando en cómo relatarle a mi padre todo lo que me había sucedido. Al principio, pensé, que lo más sencillo sería escribir una serie de cartas que explicaran lo sucedido, pero quería algo que fuera rápido y sencillo, algo que no requiriera mucho esfuerzo por mi parte, porque él no se merecía que le pusiera dedicación a los relatos.

Tras mucho reflexionarlo, me senté en el balcón y comencé a escribir todo lo que había sucedido desde el fallecimiento de mi hermana en un cuaderno, era  como un diario que contenía todas las locuras que nos habían ido sucediendo durante el viaje.

En ese cuaderno, plasmé todo, mi encuentro con Lucienne, mi historia con Minerva desde los comienzos, cuando éramos pequeños hasta ahora, el faro, París, lo bonito que era el parque de las luciérnagas de Madrid, en resumen, escribí en él, todo lo que me había hecho darme cuenta de que hasta ahora no había sido una persona.

A veces, cuando estaba escribiéndolo, los sentimientos que ponía cuando tenía que describir mis sentimientos hacia Minerva eran muy intensos, profundos y sinceros. Con Lucienne me pasaba lo mismo, en todas nuestras acciones, en todas nuestras carreras y en todas nuestras competiciones les ponía la mayor efusividad posible.  

Terminé a las diez de la noche, las chicas aún no habían regresado, y yo estaba tan ensimismado en mi historia, que no me había dado cuenta de la hora, y no había hablado con ellas para saber si tenía que preparar la cena, ellas traían comida o cuál era el plan. Decidí, que me iba a hacer una sopa de fideos chinos, porque quería acostarme pronto, y eran rápidos de elaborar, solo tenía que poner agua a hervir y echarlos.

Habiendo cenado, escuché el timbre de mi puerta, lo abrí, era Minerva, estaba sonriendo de un lado para otro, como si no se diera cuenta de que esa sonrisa iluminaba la noche de cualquier persona. 

Ella me miró, a través de su flequillo que tapaba su mirada y me dijo:

— Tenemos que hablar — estaba tan concentrado en la sonrisa que no me había fijado en los demás detalles, estaba mojada, pero tenía la ropa puesta, en los laterales de sus mejillas había pequeños incisos que indicaban que había estado llorando.

El Corazón De Douglas #Wattys2018 [Completa]Where stories live. Discover now