Capítulo 42: Ni tú ni nadie

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LUCIENNE

El francés se quedó fuera, en el pasillo, había sido echado por el padre de la chica y no entendía muy bien el por qué.

Viendo que no hallaba una solución y recordando las palabras de Douglas en su cabeza, el parisino decidió volver a pasar la noche en el sofá, con las esperanzas de volver a encontrarse con la chica de las gafas en un futuro no muy lejano.

Al día siguiente, se levantó temprano, gracias a una alarma en su móvil, salió del edificio y se escondió detrás de unos matorrales a esperar a la chica. Para su sorpresa, era el padre de la chica el que estaba paseando al perro.

El francés, aunque con miedo, se acercó al hombre, que paseaba tranquilamente y se colocó en frente de él.

- Sé que no le caigo bien - interrumpió el paseo del tranquilo padre, que caminaba sin imaginar lo que estaba a punto de venirle encima -. Pero no tengo que caerle bien a usted, a la que quiero caerle bien es a su hija - se explicó el rubio de ojos verdes.

- No me caes mal, es que no puedes, ni tú ni nadie, es muy fácil.

- No es tan fácil, yo sigo sin ver un por qué - exigió explicaciones el francés.

- ¿Quieres una explicación? -el perro tiraba con fuerza de la correa mientras hablábamos -. ¿Por dónde quieres que empiece? ¿Prefieres la versión larga o la corta? -parecía cabreado.

-Quiero una explicación lógica y racional de por qué no quiere que salga con su hija - argumentó el francés ofendido.

- Me enteré cuando tenía veintidós, que la niña que tenía entre mis brazos, que para mí era perfecta, preciosa y muy pequeña, tenía una enfermedad, un trastorno de personalidad múltiple, yo era joven, mi mujer nos dejó tirados cuando ella tenía ocho años, y apenas puedo pagarle las ayudas que necesita.

- ¿Trastorno de personalidad múltiple? - el rubio se quedó sin palabras ante lo oído.

- No solo tiene varias identidades, tiene diferentes aficiones, distintas personalidades, y algunos días vive aquí, otros está en un piso de estudiante, otro día se pasa horas y horas en el parque dibujando - el padre cada vez que mencionaba algo de ella se quedaba sin respiración.

- ¿Pero se acuerda de las personas? - para el francés, ésa era la duda principal que tenía que aclarar.

- La personalidad que toque en el momento recuerda, pero escasamente, depende de la personalidad que conozcas en el momento.

- Yo estuve con Carlota - comentó el parisino.

- Carlota es mi hija, la original de todas ellas, entonces sin duda te recuerda.

- Su hija es increíble, tiene una personalidad misteriosa y divertida.

- Mi hija tiene muchas personalidades, Lucienne - se lamentó el padre, al que se veía derrotado.

- Déjeme estar con ella, quiero conocer a cada una de sus personalidades - añadió el francés con convicción.

- Te cansarás, y a ella le costará mucho olvidarte, como ha pasado con todos los chicos que mi hija ha conocido.

- Jamás me rindo, señor, quiero conocer todo acerca de su hija, y le voy a pedir una cita.

- Como le hagas daño a mi niña te destrozo - le amenazó el hombre muy cabreado.

- No lo haré, pero si ella acepta salir conmigo, tengo una condición, usted no se meterá - soltó rápidamente el francés.

- Voy a seguir paseando el perro - detuvo la respiración por unos segundos y luego dijo - . Ella es lo más bonito que tengo en mi vida, si le pasa algo te buscaré - le volvió a amenazar.

El Corazón De Douglas #Wattys2018 [Completa]Where stories live. Discover now