Gabriel responde.

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Aquí la primera entrevista: Pregúntale a Gabriel.

*

—Hola, Gabriel. Gracias por aceptar venir a esta entrevista.

—Sí, de nada, Ale. Ale, ¿verdad? Disculpa, Ale, ¿para qué me dijiste que era?

—Oh… es un proyecto de clase… Sí. Ajá. Eso.

—(Alza una ceja) Adelante entonces.

—¿Nombre completo?

—Gabriel Beck Culpepper.

—¿Edad?

—17 años

—¿Cumpleaños y signo zodiacal?

—10 de enero. Capricornio.

—¿Tienes hermanos?

—No, soy hijo único.

—¿Y tus padres?

—¿Qué tienen mis padres?

—¿Podrías contarnos sobre tu familia?

—No hay mucho qué contar. Mis padres se divorciaron cuando tenía siete, ambos son abogados y mi padre se volvió a casar hace un par de años.

—¿Cómo te llevas con ellos? Me refiero a qué tipo de padres son.

—Los veo poco, en especial a mi padre, que ya tiene una nueva familia. Pero lo normal, supongo. El trabajo los mantiene ocupados y no compartimos mucho tiempo, aunque no es como si me importara.

—¿Vives con tu abuelo?

—No, vivo con mi madre, pero paso la mayor parte del tiempo con él.

—¿Qué tan millonario es tu abuelo?

—Nunca me he puesto a investigar sus cuentas bancarias, pero puede mantener a un par de generaciones más.

—¿Te ha dejado herencia?

—(Frunce el ceño) Aún no fallece.

—Bueno, ¿cuál crees que sea la partecita que te toque?

—Probablemente todos sus libros. Además de él, soy el único que los lee.

¿Cómo es tu relación con tu abuelo?

—Es quien me ha enseñado gran parte de lo que sé, le tengo mucho afecto.

¿Escondes algo de tu pasado?

—Nada en particular.

¿Cómo tu familia se convirtió en millonaria?

—No conozco mucho sobre el patrimonio de los Culpepper, y en realidad no estoy interesado en él, pero hace mucho tiempo fundaron una fábrica de zapatos (que ya cerró, por cierto) y así hicieron su fortuna. Supe que uno de los hijos del fundador de esa fábrica no quiso estudiar y probó suerte en las apuestas. Le fue muy bien. Claro que sus sucesores sí que estudiaron y cada uno se dedicó a lo que quería y a ninguno le fue mal; suerte que sigue hasta hoy día.

—Cambiemos un poquito de tema ¿Eres bisexual?

—(Se queda pensando) No me había parado a pensar sobre eso.

CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora