33. Citas, citas everywhere

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-Lo sabía -inquirió Liz con cara de pocos amigos. Estaba sentada en su cama, con el endredón hecho bola entre sus piernas, y abrazaba una almohada -quiero decir, estrujaba- con fuerza, como si ésta tuviera la culpa de todo. 

-Ah... -suspiró Lily -tremenda carita de niño bueno que tiene para esto. 

-¿Niño bueno? -Melisa levantó la cabeza que tenía sumergida en la almohada. 

-Comparado con mis ex-novios, sí -asintió Lily. 

Era viernes por la noche, estábamos reunidas en casa de Liz. Le había llamado a Lily diciéndole que tenía algunas cosas que decirle, no sé cómo pasó, pero terminó por convencerme de no decirle nada hasta que estuviéramos las cuatro reunidas. Liz ofreció su casa y dijo que nos lleváramos la pijama y cambio de ropa, que nos quedaríamos a dormir. 

No era aún media noche, pero habíamos decidido dejar las películas para otra noche e irnos directo a la razón por la que estábamos ahí; ponerlas al corriente de lo sucedido al iniciar la semana.

Justo les acababa de decir todo, desde el momento en el que Greg me había ayudado a cargar con los libros en el pasillo hasta nuestro último encuentro en el recreo, donde había tenido una guerra de miradas con Seth. Les platiqué hasta cómo me había sentido, no omití nada. 

Aunque traté de no ser muy detallista con las palabras que me había dicho Seth, pues con lo que les dije, sus rostros se deformaron al mostrar ternura o conmoción hasta el punto de sacarme risa. Y ruborizarme -lo cual las hacía dar grititos de emoción -.

Después de lo de la azotea, Seth me acompañó durante el mayor tiempo posible. Trataba de no despegarse de mi lado por si Greg se acercaba. Me dijo que lo tenía despreocupado el que Greg se arrimara, que sabía que yo no "sucumbiría" ante sus encantos -eso lo dijo con cierta arrogancia fingida-, pero que sí sabía lo incómoda que Greg me hacía sentir, así que no se apartó de mi lado, incluso me acompañó a casa -la cual no le quedaba de paso- y recibió una mirada asesina de parte de Tayler y mi padre. 

Greg me hablaba en la clase como cualquier otro compañero normal. Hablábamos como si nada hubiera sucedido, aunque tampoco era como si nuestros lazos se hubieran solidificado.

Éramos simples compañeros de clase, ni más ni menos, habíamos dejado de compartir experiencias y gustos. Pero a pesar de la distancia que parecía emanar, Greg seguía mirándome fijamente cuando creía que yo no me daba cuenta. Incluso estoy segura de que hubo ocasiones en las que él se me quedaba mirando y yo no había sentido su mirada sobre mí. 

Gabriel había notado la tensión que me daba cada vez que Greg se acercaba, y por alguna razón, no tocó más el tema de evitar los cambios de cuerpo, al menos no conmigo, pero sabía que hablaba con Seth, y no sólo de eso, sino que también sabía un poco sobre lo que ocurría. Louis, sino estaba al corriente ya -por Seth-, lo estaría dentro de poco -por Liz-. A Jamie también debía decírselo, me sentía con la obligación de hacerlo -aunque sentía que Louis se lo diría antes que yo-. El punto era que estábamos enterando a toda la bola. 

-¿Y qué harás respecto a Greg? -Mel apoyó una mano en la barbilla y me miró intensamente. Me encogí de hombros y abracé más la almohada entre mis brazos.

-Supongo que hablarle como un simple compañero. No lo sé, el tiempo lo dirá.

-No, no -Lily negó con la cabeza, en pose reprobatoria. -Si le hablas como un simple compañero, quizá vuelva a querer acercarse como amigo y después algo más. 

Mel y Liz asintieron al mismo tiempo, mostrando su acuerdo. 

-¡Tienes que demostrarle que un hombre ya gobierna tu corazón! -levantó el puño como si hubiera aplastado una nuez en ella y me miró como un comandante mira a sus cadetes. -Aléjate de él, muéstrale que tienes una burbuja que sólo Seth puede atravesar. 

CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora