6. Primer beso

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Habían pasado dos días desde el susodicho incidente. Traté de contarle esto a Lily y a Melisa pero algo me decía que debía mantenerlo para mí misma un rato más. Presentía que eso no había sido todo; sentía un vacío en mi pecho y hasta que no fuera llenado no podía sentirme tranquila y decir ok, se acabó. No soy del tipo de personas que echan las cosas por la borda con tanta facilidad. 

Traté también de hablar con Seth, pero siempre estaba el problema de donde fuese que lo buscara no estaba. Así que el viernes de esa misma semana decidí ir a buscarlo a su salón tan pronto como sonara el timbre del recreo. De antemano le dije a mis amigas que tenía una urgencia con un profesor y una calificación, y en cuanto sonó la primera nota del timbre salí disparada hacia la salida, casi tropesándome con mis propios pies. Cuando abrí la puerta, todos los estudiantes ya estaban aproximándose a la salida. Me recargué contra la pared y esperé a que Seth saliera. 

Cuando la mayoría había salido apareció Liz. Esta vez, tenía el cabello rubio suelto, callendo libremente, se enredaba en su hombro, en su brazo, con otro mechón de pelo, pero ni un pelo estaba fuera de su lugar. Con respecto a lo demás, se veía igual. Junto a ella estaba la chica cuatro-ojos de antes. Ambas se me quedaron viendo como a un bicho raro. Sólo fueron unos segundos antes de que avanzaran, cuando iban a unos tres metros, Cuatro-ojos le dijo algo a Liz y ambas voltearon a verme de reojo. Habían hablado de mí. ¿Cuál era su maldito problema? Poco después salieron las otras dos complices pero ellas no me miraron siquiera, ellas no me conocían.

Estuve ahí esperando otro rato pero Seth no salió. Ya todos estaban fuera y me había asegurado en cada persona que no era él. ¿Se habría escondido de mí detrás de alguien? No, eso no era posible. Seth no podía saber que yo venía a hablar con él. Entré al aula y la encontré vacía. En su escritorio no estaba su mochila. ¿No había venido? 

Por una razón, no sé cuál, y no pregunten siquiera, era sólo un presentimiento, ¿un sexto sentido?, agregémoslo a la lista de misterios en este mundo, mis pies se dirigieron hacia la enfermería. Con cada paso mi cabeza lo buscaba en una dirección diferente. Llegué a la enfermería casi corriendo y abrí la puerta sin tocar. Hellen con su bata habitual puesta, estaba en su escritorio revisando unos documentos y levantó la cabeza de golpe cuando me escuchó entrar. 

-¿Está Seth McFare aquí? -pregunté jadeando antes de que ella pudiera decir nada. No sé por qué fui ahí. Si no estaba su mochila en su salón entonces era más que probable que no estuviera en la escuela. 

-Sí, pero está dormido. ¿Sucede algo?- Sí estaba ahí. Sonreí para mis adentros y me felicité mentalmente. Siempre hay que hacerle caso a la intuición.

-¿Dormido? ¿Por qué?

-No se ha sentido bien ultimamente. ¿Necesitas decirle algo? Yo le doy el mensaje. 

No le iba a decir a ella lo que debía decirle a Seth, por supuesto.

-Eh, nada, gracias. ¿Hace cuánto tiempo se durmió? Si está enfermo, ¿por qué viene a la escuela?

-No me lo preguntes, Jenna, sé tanto como tú. Tiene una hora dormido, ya no debe tardar en despertar. Si se despierta antes de que termine el recreo yo le digo que te vaya a buscar, ve a disfrutar tu descanso. -Hellen era joven y bella, le calculaba unos veintiséis años, por eso se tomaba confianza entre los alumnos y por eso muchos la trataban como a una compañera adulta, era muy linda e inteligente, rubia (teñida), estaba en forma, no usaba mucho maquillaje y te apoyaba cuando tenías un problema. 

-Está bien, esperaré a que se despierte.

Entonces salí de la enfermería y me preguntaba a qué horas se despertaría Seth, tenía que hablar con él, cuando escuché que alguien caminaba fuera de la enfermería. Me di la vuelta y vi a Liz entrar, sin nadie detrás de ella, acto seguido, Hellen salió por la misma puerta y caminar hacia el lado opuesto del mío. ¿Liz le había dicho que saliera? ¿Por qué los había dejado solos? De algo estaba segura: si Seth estaba despierto o despertaba, sacaría a Liz en el acto. 

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