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#PENÚLTIMOCAPÍTULODEHOPELESS

Sentía mis rodillas temblar. No, corrigo: todo mi cuerpo temblaba. No era causa del frío que se desataba en el exterior, ni que la calefacción estuviera dañada. Temblaba de los nervios, literalmente hablando. Me hallaba atrapada en una burbuja y delante de mi todos corrían a diestra y siniestra apresurados mientras arreglaban cosas de último momento para tener todo perfectamente preparado para la obra que, con suerte, tendría que comenzar exactamente en una hora.

El detrás de escenas era un total cáos, jamás en mi vida había visto a tantas personas desesperadas, casi se podía respirar la pesada bruma que se expandía por el ambiente. Me acerqué a las mesas de maquillaje, donde mi rubia amiga Pauline daba los últimos toques al maquillaje de Charl, la protagonista de la obra.

—Quédate quieta —espetó mientras le aplicaba rubor en las mejillas—. Bien, ahora sólo falta el delineado y estarás lista, Charl.

Observé atentamente el delicado procedimiento y me asombré antes las inmensas habilidades maquillistas de Pauline. Pocas veces había visto su rostro completamente maquillado, pero casi siempre se ponía una delicada sombra de ojos y brillo labial. Terminó de maquillar a La Bella y contempló el resultado con una sonrisa orgullosa.

—¡Eres genial, Pauline! —comentó Charl mirándose en el espejo.

Se fue agradecida, entonces la expresión de mi amiga desapareció y dió paso a un rostro totalmente fatigado. Agitó la mano derecha y se recargó contra la mesa.

—Tengo un calambre. Tuve que maquillar a cinco de las protagonistas y tres chicas de la orquesta me pidieron que las peinara iguales... creo podría llorar.

Reí y me acerqué a ella para tocarle el hombro y darle ánimos.

—Si quieres puedo ayudarte —dije.

Ella negó al instante.

—Gracias, pero ya terminé con todos. Ahora sólo falta que verifique si los vestuarios están bien. ¡Oh, no espera! También debo maquillarte a ti.

—¿A mi? —enarqué una ceja y me señalé con el pulgar—. ¿Por qué? Charl será Bella.

—Bueno, Lori, uno nunca sabe —me tomó de las muñecas y tiró de mi para que me sentara en la silla frente al luminoso espejo—. Puede ocurrir cualquier cosa y debemos estar preparados.

No comprendí a qué se refería pero sonó sospechoso por el tono en que lo dijo. No quise objetarle ni darle más giros al asunto, así que simplemente cerré mis ojos y dejé que ella se encargara del resto.

—¡Estás lista!

Cuando abrí los ojos el rostro que me regresó la mirada no poseía ni un gramo de mi. Tenía los párpados coloreados de un marrón suave, las pestañas resaltadas con delineador hacían que mis ojos lucieran más grandes y jamás me vi con los labios pintados de un tono durazno. Está bien, en ocasiones cuando tenía algún que otro pequeño evento Mary era la encargada de maquillarme, pero ella lo hacia sutilmente como yo se lo pedía. Buena jugada, Pauline.

—Realmente eres buena —concordé con Charl mientras giraba el rostro de izquierda a derecha para ver el resultado completo.

—Gracias, los tutoriales en YouTube son de mucha ayuda.

***

Todo estaba listo para que la función pudiera comenzar, el profesor John dio las últimas indicaciones, nos deseó buena suerte y se alejó para recibir a las personas que arribaban al auditorio. Mis compañeros se encontraban dando los últimos toques a su vestuario y maquillaje, vi a Blake en una esquina repasando sus diálogos, quise acercarme a él para desearle buena suerte pero su nerviosismo podía verse a leguas, así que decidí no hacerlo. George y Reece calentaban las cuerdas vocales junto a Shina y Charl ya que ellos serían los primeros en aparecer en escena. Me acerqué al telón y abrí un poco la cortina, la orquesta afinaba los instrumentos mientras más personas comenzaban a llegar a cada segundo para ocupar lugar en las butacas. Eso me recordó que no mencioné nada sobre la obra a Mary y Robert (todavía estaba enfadada con ella). De lo único que están bien concientes es de que restan dos semanas para terminar la escuela y tengo que lidiar con unos cuántos exámenes extras para pasar el año. La sensación de culpabilidad me revolvió el estómago, en el momento en que lo medité me hubiera gustado que vinieran a ver la obra, pero ya no hay nada que pueda hacer. Me alejé del telón cuando las luces del auditorio parpaderon señalando que la obra estaba por comenzar. Charl pidió en voz alta que todos nos acerquáramos y formemos un círculo, comenzó a dar un discurso motivacional y los demás depositaron su atención a todo lo que decía.

Hopeless - NHCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora