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—Esta es la parte que más me emociona del comienzo del año— chilló Pauline.

—¿Tan así?— la miré extrañada y continuamos caminando hacia la entrada del instituto.

—¡Por supuesto que sí, Lori! Sólo imagínate, un gran salón decorado, música ambientada, luces de colores, todos los del salón, las familias...

—Oye, oye, oye. Detente ahí pequeña canguro. ¿Cuándo dijiste que organizarían la fiesta?

—Pues...— puso su mano en su boca y agitó la cabeza—, tal vez dentro de una semana.

—¿Y cómo rayos es todo eso de la organización?

—Bueno, la escuela recolecta fondos cada año y cada familia ofrece algo para que la fiesta sea lo más adecuada posible. Ya sabes los requisitos: no terminan muy tarde. Sin alcohol.

Por supuesto.

—Pero el director lo anunciará dentro de treinta minutos en el auditorio— espetó—. No tenemos que faltar.

—¿Y el propósito de la reunión/fiesta?

—Sería: promover la unión entre las familias de Lowell Hills High, así nuestra comunidad educativa no sólo sea una simple escuela, sino un segundo hogar donde se promuevan los valores con el apoyo de la familia.

—Qué bonito discurso. ¿De dónde lo leíste?

Señaló a mi espalda, giré y claramente había un cartel colgado más o menos unas tres veces en el tablero de actividades de la escuela.

Si que esto les emocionaba.

—Atención, todos los estudiantes reportarse a el auditorio de la escuela en treinta minutos. Conferencia importante. Repito: todos los...— una voz aguda anunció por los parlantes de toda la escuela.

Y como Pauline no había terminado con su ensoñación de la fiesta continuó:

—Tan sólo, imagínate a todos los chicos con traje. ¡Oh Dios mío!— exclamó—. Lucirían demasiado atractivos. ¿A que sí?

Justo en ese momento Reece, George y Blake aparecieron en el pasillo... vestidos de gala. Un reflector los alumbraba sólo a ellos, caminaban lentamente y con gracia. George ajustaba la corbata de su traje y levantaba una ceja en nuestra dirección, Blake abrochaba los botones de su saco color negro y sonreía de lado, Reece mantenía su semblante serio mientras acomodaba prolijamente su castaño cabello.

De-mo-nios.

—Hola, chicas.

—Lori...— susurró Pauline y me empujó suavemente por el hombro. Cerré los ojos y negué. Los abrí encontrándome con los chicos, normalmente vestidos, con el uniforme del colegio mal arreglado. Sin reflector, sin cámara lenta. Sin nada de lo que dije anteriormente.

Mala jugada de parte de mi cerebro.

—Ho-la...— ¿qué fue eso?

—¿Có-mo es-tás?— dijo George en tono de robot, imitándome. Lo empujé suavemente.

—¿Saben?, me encargaré de preparar a Lori en su primera fiesta— anunció la rubia pero Blake abrió la boca y ella lo señaló—. No importa que sea algo de la escuela, Blake.

—Oh, la corromperás.

Aún más...

Reece me miró de pies a cabeza, logrando que me encogiera en mi lugar y mirara al suelo unos segundos.

—¿Por qué lo harás? Se ve bien como está.

—Está usando el uniforme de la escuela, Reece— el castaño miró a ambos lados pero ya no diría nada más, sino hasta la otra hora en la que estábamos en el salón; luego de la conferencia en el auditorio, compartiendo ideas de dónde y cómo sería la fiesta.

Hopeless - NHCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora