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Mientras más de prisa se escapaban los días, la situación en nuestro especial grupo de amistad parecía estar rasgándose a medida que la distancia crecía. Particularmente, entre los antes mejores amigos Reece Bibby y Blake Richardson, quienes no aparentaban alguna clase de intención en establecer contacto el uno con el otro. Pauline y yo observábamos silenciosamente como evitaban encontrar miradas de parte de todos, pero luego ambas discutíamos en silencio un plan para volver a reunirnos.

—¿Y... se te ocurre algo? —me preguntó ella, una mañana que vagábamos por los pasillos de la escuela.

—No, no tengo nada —venía siendo mi respuesta todas las veces que hablábamos de lo mismo—. ¿Y a ti?

Soltó un resoplido y meneó la cabeza de un lado al otro. De repente, se detuvo.

Volteé, mirándola con extrañeza por su inesperado acto. Ella retrocedió unos pasos y miró hacia la pared, más específicamente a un cartel pegado allí. Imité su acción y leí lo siguiente: "EL DEPARTAMENTO DE TEATRO Y ARTES ESCÉNICAS DEL INSTITUTO ABREN SUS AUDICIONES EL PRÓXIMO MIÉRCOLES 21 PARA LA OBRA TEATRAL DE CIERRE DE AÑO ESCOLAR. PRESENTARSE EN EL AUDITORIO A PARTIR DE LAS 10".

—¿Pensaste lo mismo que yo? —dibujó una sonrisa en su rostro, lo podrían significar muchas cosas.

***

Escribir los nombres de cada uno no fue tan difícil como hacer que todos se reunieran en el auditorio escolar a una hora puntual como lo decía el anuncio, y prefiero omitir el tema de como lo logramos. Reece fue el último en llegar, lo que atrajo la atención y el silencio de las veintitrés personas que aguardaban para las audiciones, los profesores encargados y miembros del coro de la escuela que harían su participación. Nuestro cómico profesor de Artes lo reprendió no tan seriamente y soltó una broma en cuanto al chirrido que provocó la puerta cuando la abrió, notando su falta de discreción. Mi amigo se colocó en el otro extremo del escenario, de frente a las butacas vacías y donde todos esperábamos a que anunciaran sobre qué trataría la obra escolar de este año. Saludó con la cabeza a un muchacho que estaba a su lado, pero ignoró mirarnos mucho.

Pauline me miró confidente.

—Bueno, supongo que ya nadie vendrá —rió el profesor—. Jóvenes, antes de comenzar quisiera saber sus motivos propiamente personales que les dieron aliento a escribir sus nombres en las fichas de inscripción. ¿A alguien le gustaría comenzar?

Nunca antes vi en la escuela a la chica que comenzó a hablar sobre que el teatro siempre fue su mayor sueño y entonces pensé qué diría yo cuando fuese mi turno.

—Eso fue muy emotivo, Charl —dijo el hombre mientras se tocaba con la mano derecha el pecho, justo donde está el corazón—. ¿Alguien más? ¿Señor Smith?

George estaba con la mirada perdida sobre el suelo y reaccionó al segundo llamado del profesor. Frunció el ceño. Noté como Blake a su lado se mordía los labios para ocultar una sonrisita.

—¿Si, profesor? —inquirió el rubio.

—Sus motivos, Smith. Sus motivos.

—Eh... bueno, yo... uhh —carraspeó—. Estoy aquí por obra del destino.

O mejor dicho por obra de Pauline.

—¿Cree en el destino, Smith? —cuestionó el mayor.

—Supongo. —Dijo él.

—El joven que llega tarde —llamó a Reece. Este abrió los ojos en grande—. Diga sus motivos.

—Yo no tengo idea de qué estoy haciendo aquí.

Hopeless - NHCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora