C A P I T U L O 43

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—¡Ya no más! —grito con lo que queda de mí, viendo su rostro frente a mí, un rostro visiblemente malvado y despiadado, la maldad desprende de cada poro de su piel—Ya no más, te quiero fuera de mi maldita vida

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—¡Ya no más! —grito con lo que queda de mí, viendo su rostro frente a mí, un rostro visiblemente malvado y despiadado, la maldad desprende de cada poro de su piel—Ya no más, te quiero fuera de mi maldita vida.

—¿Sabías que en éste momento no puedes elegir Vila? —pregunta acercándose peligrosamente a mí
—¿Sabías que estás muerta desde el momento que entraste a este lugar? —añade y sus palabras me dejan sin aliento, pero lo sé, sé que estoy muerta desde el segundo que he vuelto a ver su rostro, desde el segundo que me han apartado de mi chico para traerme hasta este lugar, con él.

—Me tienes que dejar ir —murmuro  poniendo una mano sobre mi vientre.

—Fueron muchos días viéndote con ese policía —dice y me estremezco —Hace poco mandé un maldito inepto que lo sacara de la autopista y miserablemente falló —farfulla y tapo mi boca con un sollozo. ¡Fue él!

¡Oh no!

—Él no tiene nada que ver —digo deslizándome más lejos y buscando refugio en la pared —¡No puedes hacerle daño, no puedes!

—Muy tarde —dice poniéndose de cuclillas frente a mí —A ésta hora debe estar muerto ya.

—¡No, no, no! —grito y dentro de mí todo se destroza al ver su mirada de placer y victoria —¡¿Qué le hiciste?!

—Mi socio McDowell le tenía muchas ganas y se lo dejé a él. Debe haberlo hecho trocitos —dice y no puedo creer que estaban liados...dos malditos criminales. Zab se culpó todo éste tiempo pensando que me ponía cada día en peligro, sin saber que yo fui la que llevó el peligro hacia él, sin saber que todo lo que pasaba era justamente por tenerme cerca.

¡Soy la maldita mala suerte!

Si algo le ha pasado a Zab todo sería mi culpa, ¿Como miraría a mi hijo y le diría que si no tiene padre es por mí? ...Nunca debí quedarme con él. Yo sabía que le harían daño...pero juro que llegué a creer, que todo había acabado.

Mis lágrimas no dejan de correr y me siento miserable...Si Zab no ha venido por mí, es porque algo pasó, de lo contrario ya me habría encontrado.

Lo perdí, y todo por el monstruo que tengo al frente.

—¡Te odio, Jack! —le digo sintiendo como mi voz se quiebra —¡Te odio!

—Yo también lo hago —dice levantando mi mentón y haciéndome mirar sus insensibles ojos azules.

Quisiera matarlo

Fueron muchas las veces que traté de convencerme de qué nunca vería a éste hombre otra vez, siempre me dije a mí misma que el miedo me hacía ver fantasma, pero no, yo sabía que él un día me encontraría. Nunca imaginé sus razones para odiarme y hacerme daño...Nunca imaginé que el nombre de Sira estaba escrito en todo ésto, en su momento yo hice que los planes de Jack tuvieran vida, yo estúpidamente caí solita en su venganza y a su paso, a través de mí cumplió su cometido...destruir a Sira.

Eso no es amor.

Niego con la cabeza sintiéndome tan miserable y desdichada.

—¿Sabias que me excitan tus lágrimas, Vila? —pregunta sacándome de mis pensamientos y mi cuerpo tiembla ante sus palabras —Aún no olvido como disfruté hacerte mía aquel día, no fue un martirio después de todo, fué todo un maldito placer, debí grabarlo y mostrarte lo tranquila que estuviste todo el tiempo mientras te hacía mía.

Aprieto mis manos en puños y siento mi pecho comprimirse al recordar aquello.

—¡Eres un maldito! —chillo y agarra fuertemente mi mentón —Estas enfermo — los sollozos se hacen más fuertes al ver como su otra mano desciende por mis pechos hasta tocar mis piernas y junto mis muslos  mientras cierro mis ojos con fuerza.

¡Oh no, esto es lo último que quiero!

Se acerca tanto a mi cuerpo que puedo sentir el caliente de su aliento quemar como fuego mi piel, respira el olor de mi cuerpo y de gallina se vuelve mi piel.

Intento empujarlo, pero solo sonríe agarrando mis manos con fuerza y brutalidad.

—Dejame en paz, por favor —ruego, no quiero que nadie me toque si no es Zab, no quiero sentirme tan sucia como logró que me sintiera aquella vez.

Intenta rudamente sacar mi blusa y lo golpeo con todas mis fuerzas intentando detenerlo, pero solo logro de alguna estúpida manera que se excite más.

—¡Jack, para! —digo con dificultad —No tienes que hacer esto, me estas lastimando.

—Justo lo que quiero —dice al tiempo que tira mi cuerpo bajo el suyo —Ya que te pareces tanto a tu hermana, puedo imaginar que eres ella por unos momentos.

¡No!

—¡No, no soy ella!—grito —Para —imploro —No soy ella, maldita sea Jack, no soy ella —pero no se detiene en ningún momento. Toca mi cuerpo con dureza, sin compasión, como si estuviera haciendo algo con el deseo de destruir a su paso.

—Te pareces mucho a ella —dice extasiado, su respiración muy acelerada —Sira —susurra cerniéndose sobre mi cuerpo y mi vista se nubla por las lágrimas, se me hace difícil luchar con un hombre tan fuerte como él.

¡Está completamente loco!

¡No puedo dejar que me haga esto!

Lo empujo haciendo que salga sobre mí, pero al intentar levantarme tira mi cuerpo hacia bajo provocando que mi cabeza choque duro con el piso de baldosas y mi vista queda en blanco. Siento como toca mi cuerpo y no encuentro como responder sin que cause algo peor.

Una vez más mi vida es un infierno.

Hoy mas que nunca sé que el pasado cuando regresa no solo te lastima, te destruye.

El dolor me agobia, pero más me lastima saber que mi hermana...oh no, solo puedo llorar con los ojos abiertos y diciendo a regañadientes que me suelte pero es inútil. Pienso en mi bebé y lo que pueda pasarle, no sé qué hacer.

—No sé cómo no te tuve mas tiempo —dice poniéndose de pie y soltando su cinturón —Estás más hermosa que nunca.

Si éste no es el infierno, falta muy poco para llegar a el.

Si éste no es el infierno, falta muy poco para llegar a el

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No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En EdicionOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz