C A P I T U L O 08

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Él me mira sorprendido al escuchar mi carcajada y rápidamente intento ponerme seria y evado sus ojos verdes.

—Me encanta escucharte reír, no dudes en hacerlo otra vez —me dice con su sonrisa de medio lado y yo tengo mi cara colorada, porque todo lo que hace y dice logra hacerme sonrojar.

De pronto está tan cerca de mí que puedo respirar su colonia varonil, su piel limpia y su aliento caliente, tan cerca que logra quitarme el aliento, pero tan pronto se percata de lo que está haciendo, se aleja.

Terminamos de comer todos los chocolates mientras él me roba miradas y trata de hacer toda clase de chistes que me hagan reír. Por un momento olvido todos mis problemas y me río de cada una de sus tonterías, luego comemos algo de cenar y más tarde se despide y se va a su habitación, entonces siento ese vacío otra vez.

Otra vez.

Me despierto sobresaltada de esa pesadilla de siempre, una de mis peores pesadillas. Llevo una mano a mi pecho queriendo estabilizar el latido frenético de mi corazón. De paso agarro el collar que cuelga en mi cuello y lo aprieto con fuerza. Era de Sira.

Me gustaría que todo lo que ha pasado sea una pesadilla y despertar, pero sé que no es así y saberlo me duele.

Respiro pesadamente tragando un nudo espeso en mi garganta, hoy simplemente no es un buen día. Salgo de la cama y me dirijo al baño. Entro a la ducha y cuando el agua hace contacto con mi piel me pierdo. Me dejo llevar hasta que son mis recuerdos que tienen control sobre mí. Mientras vivo la crueldad de cada uno de ellos.

Escucho un fuerte sonido que parece un disparo por lo cual salto de mi cama. Podría ser un ladrón, pero yo solo siento que necesito salir. Pongo mi bata sobre mi camisón y salgo corriendo de mi habitación, paso por el pasillo y bajo las escaleras a toda prisa.

Papá, mamá, Sira.

Siento mi corazón latir a toda prisa y un malestar en mi estómago.

¿Qué está pasando?

Escucho mis padres salir de su habitación de prisa y me siento aún más confundida. Entonces veo la oficina de mi padre abierta y mi corazón se paraliza.

Me dirijo lentamente hasta entrar y...

¡Sira!

Mis manos están temblando, mis lágrimas bañan mi rostro.

—¡¿Qué hiciste!? —grito y me tiro al suelo, dónde está una Sira en medio de un charco de sangre.

—¡Sira! —grito con todas mis fuerzas mientras la aprieto fuerte contra mi pecho. Estoy temblando completa mientras espero despertarme y que esto no esté sucediendo...—¿vamos hermanita, esto es solo un juego verdad? —le digo mirando su camisón rosa, su preferido.

Estoy balanceándome de atrás para adelante con mi hermana en mis brazos cuando escucho un fuerte grito. Es mi madre. Tapa su boca con fuerza y yo me desespero más, mi padre solo está atónito sin poder hacer más y yo...yo ya no lloro, solo me balanceo con mi hermana en brazos. No sé cuánto tiempo pasa sin moverme del mismo lugar junto a mi hermana. Entonces veo un hombre con una bata blanca venir hacia mí.

—Vamos querida, suéltala —me dice triste.

¿Qué quiere decir? ¿Qué la deje ir así no más? Niego con mi cabeza y acarició el cabello de mi hermana...

—No, déjeme, déjeme con ella.

Él se aparta y luego se acerca pero esta vez me pincha mi brazo con una aguja pero estoy tan perdida que ni siquiera me importa y así se desvanece todo a mi alrededor.

No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En EdicionWhere stories live. Discover now