C A P I T U L O 38

4.4K 347 67
                                    

¡No puedo respirar!

El aire no llega a mis pulmones, no de la manera que debería, pero no intento buscarlo, no intento moverme, tengo miedo. Mi cuerpo está entumecido y sigue repitiéndose en mi cabeza el disparo, una y otra vez, como un eco aterrador.

Temo que si intento moverme me lastime, y ya me a hecho mucho daño. Mi garganta arde, se siente como si me esté desgarrando por dentro. Todo mi cuerpo duele a causa de la fuerza bruta a la que me sometió ese hombre, mis ojos pesan aún más estando llenos de lágrimas, al procesar éste momento sin poder evitarlo la escena vivida.

Solo puedo pensar una cosas.

¡Mi bebé!

Ésto no puede ser bueno para él.

Creo que estoy en medio un ataque de pánico como nunca imaginé en mi maldita vida, se que estoy viva, pero no estoy bien, no después de esto, ha sido un momento para morir.

¡¿Dónde estas, Zab?!

¿Dónde estás?

A mi alrededor hay movimientos bruscos, pero todos los sonidos son amortiguados por mi shock, nada me resulta coherente y parece como si el tiempo pasara en cámara lenta.

Siento que unos dedos cierran las fosas nasales de mi nariz al mismo tiempo que unos labios buscan los míos intentando que abra mi boca a lo que no tengo fuerzas para impedir. Estoy a puntos de colapsar por mi falta de oxígeno pero luego aire entra a mi interior haciendo que mi cuerpo reaccione y poco a poco se rehabilitan mis pulmones, entonces mis débiles manos se aproximan intentar apartar quien sea que esté sobre mí.

Mi pánico crece a cada momento y al poder respirar comienzo a defenderme violentamente.

¡Necesito salir de aquí!

Siento rabia, dolor y frustración.
Golpeo sin parar, pero no abro mis ojos, los cierro cada vez más fuerte y alguien intenta atrapar mis manos.

—¡Vila, soy yo!

—¡No, no, no!

—¡Abre los ojos, por favor!

Me niego.

—¡Suéltame, suéltame, suéltame!

—¡Nena, maldita sea, abre tus ojos! —escucho su tierna voz asustada y con mucho miedo abro los ojos temiendo ver otro rostro que no sea el de él, pero por suerte me encuentro con su sus hermosos ojos verdes asustados.

—¡Zab! —digo a pesar de la manera dolorosa que cuesta hablar o tan siquiera sollozar. Me presiona contra su pecho y todo mi cuerpo tiembla sin control. Comienzo a buscar con la mirada la persona que estaba intentando ahorcarme, pero él me toma del mentón.

—¡Mírame! —dice sobresaltándome y lo miro —No mires a otro lado, mírame a mí.

No entiendo, hasta que siento las sábanas húmedas y mis ojos vuelan rápido hacia ellas.

—¡Oh no!

—¡Mírame a mí!

—¡Sácame de aquí!

—Vamos, piensa en nuestro bebé, nena —dice dulcemente y eso es un puñetazo en mi pecho.

Está preocupado por nuestro bebé.

Agarro su camiseta blanca en puño y meso mi cuerpo de alante para atrás sin parar, sin dejar de temblar por completo.

¡Zab mato ese hombre!

El disparo que escuché fué él.

¡Lo mató por mí!

Nuestras sábanas están muy manchadas del color rojo de la sangre al igual que mi ropa y siento grandes arcadas.

No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En EdicionWhere stories live. Discover now