No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En Edicion

C A P I T U L O 26

—¡Maldita mierda!

Salgo del coche sin importar que la puerta queda abierta, es lo menos que me interesa en este momento.

¿Cómo se le ocurrió a Zoe llevar a Vila a ese club? ¿Cómo mierda?

Todavía recuerdo la discusión de ésta mañana y las bofetadas que me dió Vila. Me lo merecía, y vaya que tiene fuerza la fierecilla.

Entro al departamento dando un portazo furioso y unas manos me detienen.

—¡¿A dónde diablos vas, Zab?! —me grita mi hermana furiosa.

—Necesito hablar con Vila, y luego hablaré contigo chiquilla —le digo pasando a su lado pero, ella toma mi brazo.

—¡No, Zab! —grita —¡Déjala en paz!

¡¿Cómo?!

—¡Tengo que hablar con ella, Zoe!

—¡Me dijiste que la quieres! —exclama ella traspasando mis ojos con su mirada verde de reproche.

—¡Y la quiero! —le grito fuera de sí, ya quiero hablar con ella acerca de lo que pasó en el club.

—¡Tu manera de querer da asco! —me grita en el rostro y yo siento como si me hubiera dado un puñetazo en el estómago. No me gusta que mi hermana piense lo peor de mi.

—¡Estaba trabajando, Zoe! —admito —¡Todo era un maldito trabajo!

Sus ojos se agradan en compresión y parece pensarlo, pero luego toma la misma actitud desafiante.

—Parecía lo contrario... ¿No sabes que no puedes hacer ese tipo de cosas? —me pregunta ceñuda —¡Le rompiste el corazón!

¡Me siento fatal!

—Tengo que explicarle —susurro avergonzado. Tal vez cuando el señor Arthur me llamó hubiera sido mejor decir que no, pero admito que otro no jugaría bien el papel sin querer caer en la cama de esa mujer, la cual tiene varios delitos por pagar y yo sabía que podía hacerlo, pues en lo mínimo me interesó, tengo todo lo que pudiera pedir en Vila, aunque me destrozó la manera en que la escuché decir que no puede olvidar a otro imbécil. ¡Eso me mató! Yo la quiero para mí, no para que piense en otro mientras está conmigo.

Sé que actúe como un idiota al momento y la traté de lo peor, pero cuando pretendo conocerla un poco ¡Resulta que no, es frustrante!

Tengo miedo de perderla.

Me siento asustado y descontrolado solo de pensar que la podría perder por la escena que vio en el privado del club.

Intento caminar de nuevo, pero Zoe me detiene una vez más.

—Ella no está bien, Zab —susurra bajando el rostro y mi corazón da un vuelco en mi pecho —Creo que tomó demasiado y fué mi culpa.

¡Maldición!

Nunca he visto a Vila tomar alcohol, y lo ha hecho por mi culpa, yo la he llevado a eso. Soy el hombre más estúpido. Camino rápido a la habitación donde ella se escondió tan pronto discutimos ésta mañana. Quería ir trás ella y arreglar mi maldito desastre, pero el señor Arthur en ese instante me llamó y me habló acerca de que tenía de ir al departamento de investigación. Se suponía que yo comenzaría a trabajar en una semana más, pero al parecer ningún hombre quiso acceder a jugar un buen papel con una mujer para sacarle un poco de información. ¿Qué mierda les pasa a todos los hombre? ¿es que acaso no pueden guardar su maldito pene un rato, ni siquiera para trabajar?Sinceramente la mujer es muy hermosa y seductora como ella misma, pero mientras me tocaba no podía pensar en otra cosa que no fuera, cómo arreglar mis problemas con Vila y entonces aparece en el mismo club y peor aún, casi salgo disparado a buscarla cuando mi hermana se la llevó. Pero no era sensato de mi parte hacer eso cuando estaba con una mujer como "Thamara Robinson"

Podía tomarlo contra ella de una forma que no quiero pensar. Las mujeres como ella no aceptan que un hombre la ignore por otra y yo no quería poner a Vila en peligro. Aunque sabía que la iba a destrozar con mi acción. Negué conocerla y ví como cayó esa lágrimas​ que rompió mi jodido corazón, pero era mejor que sentenciar su vida. Aun así fué peor cuando Thamara me besó posesiva y no pude evitarlo.

Miro la hora. 12:45 AM

¡Diablos!

Pero sé que no está dormida, lo sé.
Intento girar el pomo de la puerta pero...

—¡¿Qué mierda?! ¡Está cerrado! —miro a mi hermana y ella se encoge de hombros.

—Me dijo que quería estar sola —dice encogiéndose un poco —¡Pero no paraba de vomitar todo lo que tenía en el estómago!

Mi corazón late a toda prisa.

Doy media vuelta y me dirijo a la cocina. Miro a todos lados y abro un cajón encontrando las llaves de todo el apartamento.

—¿Y si no te quiere ver? —cuestiona mi hermana cuando comienzo a introducir unas cuantas llaves.

—¡Infiernos! —digo cuando ninguna abre la maldita puerta —Vila...Vila, abre por favor —digo, pero nada, no me contesta, seguro está muy enojada conmigo y me debe estar odiando. Sigo intentando con las llaves hasta que por fin una logra abrir la cerradura. Abro lentamente la puerta y lo primero que veo es que la cama está vacía. La sigo busco con la mirada entrando más a la habitación y...

—¡Mierda, mierda, mierda!

Vila está tirada en el suelo, en medio de la alfombra de la habitación. Su cuerpo está ladeado y su cabello cubre todo su rostro. Entonces recuerdo el día que casi la atropello y estaba justamente así. ¡Por Dios! La tomo entre mis brazos y la coloco sobre mis piernas.

—¡Zoe! —llamo a mi hermana, retirando el cabello de Vila hacia detrás de su cuello.

Entra a la habitación corriendo, pero sus pies son detenidos frenéticamente.

—¡Por Dios! —exclama —¿Qué le pasó, Zab? —me pregunta nerviosa.

—No sé —le respondo con mi corazón desbocado — busca el alcohol en la cocina, ¡Ve rápido!

Mis manos están temblando sobre su rostro y reviso su pulso como los nervios me permiten. Parece sólo estar desmayada, pero está pálida y su frente y manos están sudando frío.

—Vila —la llamo tratando de que me escuche —¡Vamos bonita despierta! —¡Maldita sea! —¡Zoe trae el maldito alcohol!

—¡Ya voy! —dice entrecortado.

Viene rápido y me entrega el contenido.
Pongo un poco en su nariz para que vuelva en sí y al instante comienza a mover su cuerpo sobre el mío.

¡Casi me muero de un puto infarto!