C A P I T U L O 31

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Me hundo cada vez más en su pecho sintiendo la sensación nuevamente de tenerlo cerca, de oler su colonia, de sentir su piel y entonces cuando menos lo espero siento las sacudidas de mis hombros y él me abraza más fuerte mientras gruñe de dolor.

Es un silencio cómodo en el cual me deja llorar en su pecho, seguro sabe la angustia que nos ha hecho pasar. Pero cuando pretendo dejar de llorar, comienzan las lágrimas una vez más.

—Nena, estoy bien —dice mientras besa la coronilla de mi cabeza y se hincha mi pecho al escucharlo hablar y no simplemente decirme Vila, me dice "Nena" No intento sacar la cara de su pecho y él no intenta apartarme, cosa que le agradezco, porque no quiero soltarlo nunca. No quiero que se aleje de mi, porque ya me acostumbré hacer su sombra y estar sin él ya es un calvario.

Estar sin él, ya no es una opción.

—Lo siento —digo en un susurro que sale de mis labios, sabiendo que todo ésto sucedió por haber discutido conmigo y salir muy histérico de casa.

—¿Por qué lo sientes, Vila? —pregunta —Aquí no hay ningún culpable.

—Igual lo siento —digo sorviendo por la nariz y agarrando fuerza para levantar la mirada y...

"Ahí están esos malditos ojos verdes"

Aparece una sonrisa en mis labios, de esas que sólo son para él, de esas que salen de mí cuando lo veo, de las que no tienen nombre alguno o tal vez si. El suyo. Al ver mi sonrisa su mueca de dolor también se convierte en la más bella sonrisa, pero las lágrimas no tardan en rodar por mis mejillas en medio de mi alegria.

—¿Entonces estás feliz o estás triste?—me pregunta el muy malvado.

—¿Qué crees? —pregunto con sarcasmo y estamos muy cerca mientras nos miramos intensamente sin decir una palabra. Sólo nuestros ojos hablan a gritos y no aguanto más y lo beso. Lo beso con ansía sabiendo que fueron dos malditas noches las que no durmió a mi lado y que su ausencia se aferraba insistentemente a mí.

Cuando separamos nuestros labios me mira con la misma sonrisa, pero un poco arrogante. ¡El muy idiota! ¿Se encuentra divertido que lo haya extrañado de ésta forma tan miserable?

Es cruel.

—Mi chica extrañó a Zab —dice pícaro y lo quiero matar, pero recuerdo que Zoe estará loca por verlo.

—Me tengo que ir —le digo sintiéndome un poco triste, no quiero dejarlo.

—¿Por qué? —pregunta frunciendo el ceño y pareciendo confundido.

—No podemos entrar todos juntos a la habitación, Zab —le digo alzando las cejas y rápidamente llega la comprensión a su rostro — No es hora de visitas y tu hermana está loca por verte al igual que Calvin —termino con una sonrisa y él también sonríe.

Le doy un rápido beso en los labios y me dirijo a la puerta, pero antes de salir lo miro nuevamente odiando verlo en esa camilla conectado a esas máquinas y ese tuvo en su brazo. Tiene un golpe antes del nacimiento del pelo pero a pesar de eso sigue siendo el mismo. Mi chico guapo.

Mío.

Cuando salgo, Zoe salta corriendo del asiento y me sonríe emocionada.

—¡Ufffff, el maldito puede transformar caras! —dice sarcástica refiriéndose a mi cara de felicidad.

Sonrío y ella entra a la habitación, mientras yo me quedo con Calvin, el cual insiste que mientras Zoe habla con su hermano vallamos a la cafetería a comer algo. Al fin acepto y nos dirigimos a ella dónde pido unas tostadas y una batida y Calvin también.

No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En EdicionWhere stories live. Discover now