C A P I T U L O 01

13.4K 696 113
                                    


LOS ÁNGELES CALIFORNIA




—No te atrevas a irte —escupió Jack.

—¡Me iré, claro que lo haré!...yo, yo nunca pensé que fueras ese tipo de persona —hablé temblando y llorando. No pude evitar mirar su apariencia con rabia y todo lo que en su momento pude obviar, luego mis ojos chocaron justo con la caja de droga.

—Ya eres parte de esto, querida y no vas a salir tan fácil.

—¡No me puedes obligar! ¡Quiero irme!

Rió.

—Hazlo —bramó, sus ojos azules pareciendo de un color diferente, un color que me hacía tenerle más miedo del que instantáneamente le tenía —Puedes irte —parecía más una amenaza que un permiso, pero aún así sentí que había una salida para huir de ésto,  —Pero recuerda, estás dentro de todo esto hace más tiempos del que crees, así que si quieres huir, hazlo, corre si deseas marcharte, te daré la oportunidad, pero deberías quedarte porque sino haré tú vida un infierno. No intentes huir tampoco hablar con la policía, porque te encontraré en algún momento, en algún lugar y será aún peor de lo que tú pequeña mente puede imaginar —rió otra vez pareciendo como si disfrutara mis miedos y el sin fin de decepciones que había. experimentado en menos de cinco miserables minutos  — Y es que puedes huir de tí misma si quieres, menos de mí, porque así como la vida y la muerte se topan, hermosa, tarde o temprano lo haremos nosotros.

Entonces elegí.

Salí de allí escapando de él, como nunca había anhelado huir de nadie más.

Corrí a casa.

Al ver a mi madre no pude evitar dejarme desmoronar frente a ella mientras me sujetaba entre sus brazos y sin pensar en las palabras y amenazas de Jack le conté todo lo que había visto.

Entonces...

Desde hace seis meses mi vida se convirtió en lo que es hoy, un infierno y es todo lo que conozco hasta ahora, mi cabeza está llena de demonios de los que intento escapar con todas mis fuerzas, el principal de ellos tiene nombre y apellido.

Jack Meller.

Pero no puedo, no puedo escapar de esos demonios porque están cuando cierro los ojos, cuando duermo, cuando lloro, cuando respiro, cuando siento e incluso mientras tengo mis ojos abiertos.

Desde hace seis meses siento como si no estuviera realmente viva porque nada dentro de mí funciona de la manera correcta.

Comenzando por mí corazón.

Cocerlo fué una de las cosas más sencillas de mi vida y más desafortunada al mismo tiempo, pero cuando lo hice parecía ser el chico más dulce del mundo, sus detalles, sus formas de buscarme lo hacían parecer tierno a pesar de los numerosos tatuajes por todo su cuerpo y su mirada dura. Parecía tener la intención de amarme y hacerme vivir una de esas historias de amor, locas y llenas de emociones fuertes, pero su amor solo era una técnica para destruirme, de la forma más atroz y es que me enamoré, me enamoré cómo una tonta de alguien que no sabe lo que es amor y mi error más grande fué confiar e involucrar mi vida a la suya sin conocerle en absoluto, pero hasta ese entonces no entendía que el corazón no se le pone a cualquiera en bandeja de plata, ni mucho menos imaginé que alguien podía hacerse valer del amor para lastimar ¿y él? Jack fué muy buen jugador de sus cartas y yo una perdedora, supo embaucarme a la perfección porque él es solo un monstruo disfrazado de persona.

Jack quería llevarme a su infierno, quería involucrarme en las bajezas de su vida y para eso me miró con dulzura, y me abrazó con supuesto amor. Me hizo creer que me amaba y que nunca había sentido por alguien lo que sentía por mí.

Sin embargo todo salió mal el día que inoportunamente para bien o para mal descubrí su verdadero rostro y me arrepentí, me arrepentí tanto de amarlo que desde ese instante lo odié. Lo odié con todas mis fuerzas porque le fallé a mis padres que confiaban en mí y por él les mentí  al no decirles nunca de mi relación con él ¿y más que eso? me fallé a mí misma porque yo no merecía alguien como él, pero sobre todo le fallé a mí hermana al no escucharla aquella noches cuando lo ví por primera vez.

Aún tengo grabado en mi mente  aquel momento en el que ella me miró con súplica en sus ojos y me dijo:

—No, no lo mires hermanita, los chicos como él no son para chicas como tú.

Tonta, tonta, tonta.

Por el perdí todo lo que me hacía ser yo misma y me ví en la obligación de dejar todo lo que conocía para huir de quien pensaba yo realmente conocí.

Cada noche despierto asustada, mirando a mí alrededor, con la esperanza de despertar en casa y creyendo que todo puede tratarse de una pesadilla, porque ésta es una realidad que aún no asumo cómo mía, aunque luego, cuando siento ese familiar dolor y ese vacío inmenso en mi pecho me doy cuenta que todo es verdad y extraño los abrazos de mis padres y las largas pláticas con mi hermana. ¡Extraño mi vida! esa en donde fuí una chica normal, Dios, de esas que salen a pasear con sus amigos, van a clubes a bailar, se enamoran o simplemente leen un buen libro. En cambio hace meses soy la chica, que viaja por la ciudad sin un rumbo fijo, bajo una capucha que disimula parte de su rostro, mucho miedo a ser encontrada por alguien sin escrúpulos y deseando que todo acabe, de alguna forma, pero que acabe.

Mi madre decía que las cicatrices se curan, yo digo que hay que no lo hacen, o al menos no por dentro, pero...

Respiro.

Limpio mis lágrimas y camino en la fría noche, mis manos temblorosas y mis mejillas heladas, pero he encontrado un lugar para recostarme y realmente tampoco no me he preocupado de eso, pero necesito descansar, solo he caminado sin parar recordando cuántas veces soñé con viajar al rededor del mundo con mi familia. Los ángeles es una ciudad tan grande, ¿Estaría a salvo aquí? Me gusta todo, desde el clima hasta el entorno. Tal vez puedo empezar de cero y ser feliz, pero ¿Podría en algún momento tener una vida normal?

No.

No cuando mis pesadillas son más reales que mi realidad. No cuando ya estoy sentenciada por alguien que no descansará hasta encontrarme. Y sí, supongo que es lo que pasa en esta vida, en cierto punto todos nos rompemos irremediablemente y a partir de ese preciso momento solo andamos, sí, solo andamos rotos por el mundo buscando a quien romper.

A veces pienso volver, dejar que me encuentre y termine todo esto de una puta vez, así pagaría mis errores, pero no puedo. Yo no puedo correr el riesgo que me encuentre por nada del mundo.

Así que sigo caminando.

Sólo tengo la ropa que llevo puesta y nada más. Estoy un poco sucia y cansada, pero luego me daré un baño cuando encuentre un lugar dónde dormir, mientras, sigo caminando, pero no me siento bien, los días sin descanso y la falta de una buena alimentación me están cobrando factura aún así, no me detengo. Necesito encontrar un lugar, pero entonces de momento estoy mareada, todo da vueltas, siento mis piernas débiles, tanto que no puedo dar un paso más y no es hasta que veo vagamente una luz brillante venir muy rápido hacia mí que me doy cuenta que he cruzado la autopista sin percatarme, pero por más que trato de reaccionar mis pies no se mueven, mis nervios me traicionan, ni siquiera el grito que perturba mi garganta sale y de pronto...

Ya no veo nada.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En EdicionWhere stories live. Discover now