No Me Dejes Caer Jamás #1 [COMPLETA] En Edicion

C A P I T U L O 41

Abro mis ojos con dificultad y todo está borroso.

Poco a poco mi vista comienza aclararse y estoy sentado, amarrado en no se que mierda, pero...

¡¿Dónde diablos está mi camiseta?!

Mis pantalones vaqueros están manchados de sangre y estoy seguro que es de mi maldita boca.

¡Diablos!

Cuando Vila giró en el callejón ya había tres hombres detrás de mí y cuando pretendí defenderme alguien a mi espalda golpeó mi cabeza y ahora despierto en éste maldito lugar. Es como un deposito lleno de cajas.

No puedo dejar de pensar en mi chica.

Estaba muy asustada.

Intento moverme en el asiento que estoy, pero es imposible, mis manos están sujeta detrás del sillón con unos malditos grilletes.

¡Qué bien pensado!

Escucho pasos acercarse haciendo eco en el lugar cerrado, hasta detenerse a poca distancia.

—Mmm, ha despertando mi chico guapo —dice la voz de una mujer y me apresuro a levantar el rostro, viendo alguien que jamás imaginé volver a ver.

¡¿Qué diablos hace ella aquí?!

¿Thamara Robinson?

Mi rostro tiene que ser la viva imagen de la confusión, porque ella sonríe maliciosamente.

—¿Pensaste que no me verías nunca guapo? —dice acercándose y pasando sus manos por mi pecho desnudo.

—Lo único que quiero saber es ¡¿Qué mierda quieres tú?! —le grito a la cara enojado.

—¡Wao! —dice riendo con burlas —Justamente así me gustan los hombres ¡Rudos!

Maldita psicópata enferma.

Me revuelvo incómodo en el maldito asiento y ella se sienta frente a mí, en un cajón.

—¡¿Qué quieres Thamara?! —pregunto, La verdad pensé que todo ésto se trataba de McDowell, ¡No de ella!

—Estás metido en problemas cariño —dice riendo.

—No te creo —digo sarcásticamente alzando ambas cejas.

—Cometiste dos errores, Miller —dice, y ya imaginaba que conoce mi verdadera identidad, la muy maldita estaba en todo ésto hace tiempo —Primero destruíste los negocios de mi marido —dice subiendo un dedo y mis ojos se abren ¿Mujer de MacDowell? ¡Mierda! —y segundo —dice alzando un siguiente dedo —Te metiste conmigo y pues mi marido piensa que me estabas seduciendo y utilizando, lo que no es del todo mentira, lo hiciste para sacarme información, yo solo argumenté algunas cosas —murmura mordiéndose el labio inferior.