-Samuel puedes decirme lo que sea, ¿paso algo mal? ¿Alguien te lastimo?

-no, no. La Señorita Prescott dijo que mañana es el día de las profesiones y que tienen que ir nuestro papa y comentar que trabajan.

-¿y cuál es el problema?

-tengo miedo de preguntarte y que me digas que tú no eres mi papa- termina de hablar y se echa boca abajo contra la cama empezando a sollozar.

Mierda, el piensa que yo no creo que sea mi hijo.

-Samuel, ven mírame por favor- sigue sin mirarme.

-Sam, por favor no llores- paso mis brazo por debajo de él y lo siento en mis piernas abrazándolo a mi pecho para consolarlo.

-no llores mas, por favor. Mira Sam, se que al principio no tome muy bien la noticia, pero ahora que te conozco estoy seguro de que tu madre no mentía y tu eres mi hijo- separa su rostro de mi pecho y me mira, lo ayudo a limpiarse las lagrimas.

-¿lo dices enserio?

-claro que si pequeño, ¿o acaso te estado haciendo sentir como si fueras una molestia para mí?

-no, eres muy bueno conmigo.

-bueno, entonces mañana iré contigo, me presentare como tu padre y les explicare a tus compañeros lo genial que soy y todos tendrán envidia de ti por tener un papa como yo.

Se me queda mirando y me da un abrazo tan fuerte que creo que me va romper.

 

Payton:

Hoy ha sido uno de esos días en los que lo único que quiero es llegar a mi departamento, tomar una cerveza de mi heladera y meterme en la hermosa bañadera que tengo en mi baño.

Me habían contratado para hacer la campaña de una prestigiosa cadena de ropa interior que me iba tomar toda la semana, pero lo peor era tratar con las modelos, algunas de ellas en verdad pueden ser insoportables y cada dos por tres me hacían parar, lo que me retraso bastante.

Incluso tuve que pedir a Jack si podía retirar a Zoe del jardín y quedarse con ella hasta que me desocupara, lo cual acepto feliz de la vida. Se lo hubiera pedido a mi madre pero luego me daría el sermón de lo mucho que necesito un hombre en mi vida para que me dé una mano y la verdad es que después de lidiar todo el día con modelos no estaba de humor para escucharla.

Llego a mi departamento y el exquisito aroma de la salsa de Jack invade mis sentidos. No puedo creer que haya preparado la cena además de cuidar de mi hija.

-Jack, no tenías porque hacer eso.

El mira mi ojo y niega con la cabeza. Me recuerda a la mirada que me dedicaron las madres hoy en el jardín de Zoe cuando la deje por la mañana, y tengo que reconocer que me saqué mi campera solo para escandalizarlas un poco más, que les den por metidas.

Pero Jack ahora me mira como si no entendiera porque me hago eso a mí misma. Y aunque  parece que doliera  en realidad no duele para nada, ese ungüento que me dio leny hizo maravillas, pero lamentablemente no cubre lo morado.

-lo hice porque quise, así que mejor no empieces y prueba la salsa y dime si está bien- él se acerca a mi luciendo mi delantal de chica en bikini, no puedo evitar reír, me ofrece una probada con la cucharada de madera, y creo que acabo de besar el paraíso.

-Por dios Jack esta riquísima, no le agregues nada.

-¡genial!- lo que me parece raro es que Zoe no haya venido a recibirme, eso es lo primero que ella hace cuando llego.

golpeando fuerteWhere stories live. Discover now