|37| ¡STELLA!

22 4 0
                                    

-Caleb.

Mis labios parecian danzar al ritmo de mi corazón repitiendo su nombre una y otra vez, como si dejarlo de hacer significara dejar de verlo. Sus manos tomaron mis muñecas con un poco de fuerza cuando intenté llevar ambas manos a su rostro para acariciarlo.

Suspiré dejando escapar todo el aire y sintiendo como mi rostro comenzaba a subir su temperatura.

Era él.

-Sabía que terminarias por saberlo- dijo dejando ver el fantasma de una sonrisa crecer por su rostro. Sus manos liberaron mis muñecas y, sin perder tiempo, lo abofetee con tanta fuerza que hasta juré sentir su dolor.

-Auch- dijo Fred cuándo el silencio comenzó hacerse mayor. Caleb me miró receloso y mordí mi labio inferior con fuerza.

Si tuviera que darle una bofetada por cada lágrima derramada. Un grito por cada vez que mi corazón se detuvo pidiendo a gritos la compañía del suyo.

No mentiré, saber que estaba vivo, que estaba frente a mi me emocionó, despertó aquella parte dormida dentro de mí. Estaba feliz. Pero la felicidad no opacaba la rabia y dolor al saber que todo esté tiempo me vio sufrir sin decir nada.

-Desde aquel día en la cabaña  lo sospeché, ¿Sabes?- hablé. Si no dejaba de mirarme de aquella forma terminaría por llorar y no quería- no existe ningún proyecto para tu suerte. Caleb- escupí su nombre con desdén, lo que lo hizo reaccionar y parpadear continuamente.

-Ella..

-No puedo creer... Que me hayas visto desmoronarme frente a ti y tú sólo- negué con la cabeza sintiendo el famoso nudo en mi garganta aproximarse. Era patética- es por eso que no querías que le dejara la cabaña a Sara ¡Era tan obvio! No sabes lo apenada que me siento... Seguro te burlaste de mi luego de que me fui ¿Es así? Claro. Ese era tu plan ¿Tanto desprecio me tenías para hacerme aquello?

-No es como tú lo crees.

-Quise morir- admití dejando escapar las lágrimas. Sus manos se entendieron en mi dirección pero volví a negar- hasta hace pocos días no le encontraba sentido a la vida. Hubiera preferido que te fueras sin decir nada, créeme, habría dolido menos.

-Déjame hablar- exigió presionando su mandíbula con fuerza. El color de sus ojos cambió como tantas veces lo hizo antes, sólo que está vez era distinto.

-¿Ahorme atacaras? Porque no me sorprendería puesto a que ahora no tienes que fingir amarme.

-¡Nunca mentí!- tomó mis brazos, sacudiendo de ellos con fuerza. En cualquier otro momento seguro moriría de miedo pero era lo último que podía sentir al observarlo a los ojos. Sus cejas se juntaron al mismo tiempo que sus ojos volvían a la normalidad con aquel falso brillo que ahora se había convertido en lo más despreciable- al menos no cuando decía amarte. Te juro que yo morí... Pero desperté y hasta yo estaba confundido, Ryan... Él.

-Cállate.

-¡Sólo quiero decirte la verdad!

-¡No importa la verdad! Importa que no me la hayas dicho, que esperaras hasta ahora.

Caleb no dijo nada, sólo deslizó sus manos por mis brazos con lentitud a la espera de una reacción por mi parte. Pero no hizo falta gran esfuerzo, mi cuerpo no lo quería, al menos mi mente le hacía creer eso.

Se apartó soltando una queja antes de mirar sus manos bañadas de un color rojizo.

-Stella, por favor, no me hagas esto- suplicó con lo que pude suponer era miedo.

Gracias a Sara había sido capaz de descubrir aquello a lo cual mi cuerpo exigía atención desde hace ya tiempo. No era un vampiro como ya lo había supuesto, tampco una hechicera o bruja. No sabía exactamente como llamarme pero de lo que sí estaba segura era de que mi cuerpo acabaría con todo lo que amenazara su salud y alejaría lo que no quisiera cerca, y en ese momento no quería que Caleb Valence lo estuviera.

VALENCEWhere stories live. Discover now