|16| DIRECCIÓN.

43 6 0
                                    

Alguna vez tuve un hermano. Había nacido dos meses antes de lo previsto y por tal motivo ibamos y veniamos del hospital a casa, en su mayoria bajo la lluvia constante que provocaban los cambios de tiempo. Yo tenía ocho años y como era de esperar no entendía nada, el porque mi pequeño hermano estaba en una cajita con tubos conectados por todo su cuerpecito. Era tan pequeño que mis pies siempre se detenian en la entrada de la sala para contemplarlo desde distancia por temor a dañarle,  con las manos ocultas dentro de mis bolsillos, húmedas por el clima torrencial y frías a su vez por pasar el rato de un lugar a otro. Sus facciones desde lejos parecían la de un ángel, sus labios rojizos y delicadeza lo convertían en un ser de otro mundo tan tranquilo que llegaba a horrorizar.

No había hecho nada, no mentía, no engañaba, no maltrataba, insultaba o hacía daño. Lo más lejos que llegó fue llorar y gritar con sus ojos cerrados luchando contra la muerte. Sin embargo trece días después nos encontrábamos camino a un funeral en absoluto silencio.

Desde ese momento dejé de temerle a la muerte ¿Qué caso tiene? Si de todas formas, por más que seas un inocente bebé, no dudará a la hora de llevarte. Vivir con miedo es exactamente lo que convierte una posible aventura en un desafío lleno de obstaculos, el cual atravesarás para sumergirte en otro.

Y mi respuesta era no, no confiaba del todo en Caleb. Pero ya estaba dentro de aquello y por más que me hiciera la idea de que no era real,  no resultaba mentira.

Porque si te fijas bien, si te acercas lo demasiado a su rostro clavando la vista en sus ojos podrás darte cuenta de que miente y engaña todo el tiempo. No son aquellos ojos sinceros en los cuales una chica pueda refugiarse, pero si te concentras aún más descubrirás el miedo, dolor y la lucha.

Eso era lo que me mantenía a su lado. Me hacía tomar su mano y suspirar como idiota, lo que provocaba que mi corazón latiera a toda velocidad y quisiera mantenerme cerca de él. Si tenía su lado bueno, quien lo conociera diría que es una bestia o mounstro, pero lo que siempre las personas pasan por alto es la lucha constante por la que el otro atraviesa. Llaman raro a quien se la pasa solo en un rincón alejado de los demás ¿Pero qué saben por lo que pasó?¿Y si el matón fue abusado?¿El antisocial burlado?¿El popular presionado a alcanzar la perfección y obligado a abandonar todo lo que quiere?¿La perra dañada?

Sólo se trata de descubrir como funciona y cambiar la dirección.

Y lo descubrí una mañana de lluvia luego de haber pasado toda la noche calmando a un Caleb ebrio.

-¿No estas enojada?- preguntó desde el lugar del conductor. Tenía sus cabellos húmedos por atravesar el pequeño camino del hotel a la todo terreno y parecía algo agotado.

-Sí.

-Yo... Creo que estuvo mal por no decirte toda la verdad- rascó su mentón algo nervioso- pero nunca te dije que esos amigos tenían algo que ver con encontrar a Fred. Solo te dije que iría a visitar unos amigos, tu no hiciste preguntas.

-De todas formas me habrías mentido.

-Sí, pero eso te daría excusas para estar enojada. No entiendo porque lo estas ahora, no he hecho nada malo.

Lo fulminé.

-Por tu culpa casi me meto en una pelea con pandilleros. Y tú ahí como un idota ¡Caleb eres vampiro y ni siquiera intentaste defenderte!- chillé.

El silencio se instaló en el vehículo y solté un suspiro agotador llevando las manos cerca de la calefacción esperando a una respuesta.

Tragó saliva antes de mirar por la ventana.

-Si lo hacía no vivirían para el día de su boda- contestó distante- no voy a disculparme.

Rodé los ojos. Era tal cual un niño.

VALENCEحيث تعيش القصص. اكتشف الآن