|7|CEMENTERIO.

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Presioné mi agarre en la mano de Scott al momento en que la puerta se abría dejando ver un grupo de adolescentes entre bebidas y música, miré hacía todos lados y tomé aire haciendo un breve panorama de forma disimulada alrededor. 

-¿Ves? No es tan malo- susurró a mi oído y asentí recordando el plan paso a paso, caminamos hasta a pista y me tomó por la cintura comenzando a bailar luego de aceptar la bebida que le tendía un chico de nuestra clase.

Clavé mis ojos en Fred, no debía perderle de vista.

Me sentía como una peligrosa detective, con ropa negra y ojos bien delineados en la aprte inferior y superior. Con un solo objetivo, que era mantener a mi amigo vigilado. Como lo haría un cazador con su presa, si por alguna razón se le ocurría volver a su casa Caleb estaba a muerto. No es que ya no lo esté, es decir, es un vampiro y se supone que ellos están muertos porque en caso contrario sería humano.

El fin es que no debo dejar que salga de estas cuatro paredes sino hasta que entro de unas horas.

-¿Estas bien?- Scott preguntó y asentí sin mirarlo-¿Quieres algo de beber?

-Acabamos de llegar- mis ojos se encontraron con los suyos de forma inmediata y un ceño fruncido ligeramente.

-Llegamos hace una hora, por eso pregunto- informó y me sorprendí ¿Una hora? Eso no podía ser- has estado observando a Fred todo este tiempo, por eso pregunto si esas bien ¿Sigue insistiendo con lo del cementerio?

-Algo- mentí.

-Le he dicho que lo deje estar, ya. Ese idiota.

-Solo esta asustado.

-Pero eso no le da derecho a molestarte todo el tiempo- sentí sus brazos tensarse bajo mi agarre y deslicé una mano por sus hombros de forma suave, intentando calmarlo.

-Scott, yo en serio no quiero que hagas nada. No es más que un berrinche.

-Odio que intente presionarte- desvié la vista detrás de él. Encontrando a Lizzy sola con Lucy junto a la barra y un par de bebidas, me acerqué preocupada- ¿Donde esta?¿Fred?

Mi amiga me miró y luego a mi novio, confundida por mi reacción y algo perdida. Seguro había bebido un buen durante ese tiempo. No la culpaba, había aparecido de golpe y sin ningún tipo de explicación.

-No se sentía bien, dijo que iba a su casa. No te preocupes, aseguró que volvería pronto.

Rodé los ojos regañandome por ser tan idiota, solo dos segundos me tomó para dejarlo ir. Y por alguna razón la gente decidió amontonarse sobre mi dejándome sin aire, empujé a una chica con el codo llevando la mano a la parte trasera de mis pantalones para tomar el telefono y llamar a Caleb. Como siempre, no atendió al primer ni tampoco al segundo tono

Último intento.

-¿Si?- la voz sedosa de una mujer al otro lado de la linea provocó que mi estómago se retorciera. La alianza- ¿Quien habla?

-Stella- respondí seca y una risa ronca escapó de sus labios , llegando hasta mis oídos.

-Claro, soy Sara. Novia de Caleb... ¿Que quieres?

-A Caleb- rodé los ojos.

Por algo llamo a su número.

-En estos momentos esta durmiendo, junto a mi y no me apetece despertarlo.

-Eso es mentira, esta en la casa de Fred- estaba a punto de cortar pero volví el aparato para hablar y decir mis últimas palabras- por cierto, buen intento.

Colgué el teléfono caminando a la salida para echar un vistazo, la mano de Scott se posó sobre mi hombro dejando su vaso de cerveza y le di una suave caricia, para asegurarle de que estaba bien. Fuera estaba todo oscuro y apenas si podía ver en dirección al bosque, tan pronto en cuanto mis ojos captaron la luz de un faro meldecí en voz baja el hecho de vivir en un pueblo tan chico como aquel. Siempre había sido una gran desventaja a la hora de huir o buscar algo importante, así como tambien un regalo para disfrutar lindos momentos en primavera.

Y como un clic lo descubrí. Fred no fue a su casa. Fred fue al cementerio que estaba a solo dos metros del lugar donde se llevaba a cabo la dichosa fiesta.

Una chica llegó corriendo con la mitad superior de su cuerpo descubierta y lágrimas en los ojos, se tropezó cayendo sobre lodo y gritó tan desgarradoramente que hasta pude sentir su dolor. Corrí hasta ella tomando de su brazo.

-¿Que sucedió?

-Yo...- tragó saliva ocultando su rostro en mi cuello y desee muy internamente tener algo que decir, no paraba de temblar- estaba caminando y vi a un chico, el estaba sobre una lapida con  ¡Con sangre saliendo de su boca, no respiraba!- comenzó a llorar.

-¿Conoces a ese chico?- Scott preguntó y ella sintió.

-Fred, se llamaba Fred,

Al momento en que aquellas palabras salieron de su boca miré a mi novio justo al mismo tiempo que este salía corriendo, en dirección al cementerio.

-Entra adentro y cierra la puerta- ordené y ella asintió sin decir ni una palabra, me puse de pie y comencé a correr sintiendo mi boca secarse de a poco.

Esto no estaba en los planes, lo único que debía hacer era vigilar a un adolescente. La tarea más sencilla de todas y no pude cumplirla.

Era una pésima compañera de aventura, me lamenté por Caleb pero a la vez sentí que se lo merecía. Nadie le dijo que intentara asesinarme.

Las piernas comenzaron arderme a medida que avanzaba con toda velocidad por el pequeño camino de piedras y me detuve para recuperar el aire.

Vamos Caleb, ¿Dónde estas?, pensé deseando tener algún tipo de conección telepatica con él ¿Qué se suponía que debía hacer en momentos como aquellos?

-¡Scott!- grité a todo pulmón en cuanto mis pies pisaron las hojas del viejo cementerio y estas se partieron-¡Fred!

Nada. El silencio me abrazaba de forma aterradora con el eco de la música en fondo, apenas si se escuchaba la gente en la fiesta y eso que no se encontraba muy lejos.

Caminé cruzando los brazos por sobre mi pecho, el maldito frío se hacía cada vez más insoportable a medida que avanzaba. No pude evitar fijarme en cada tumba, todas talladas con el nombre de su dueño y fotos viejas, algunas en blanco y negro. Otras sin embargo se encontraban borrosas e incoloras por el paso del tiempo y cambios de clima.

-Stella- una mano tomó mi brazo y grité asustada, aterrada y a punto de tener un infarto.

-¡Eres un estúpido, Caleb!- di un golpe en su hombro y rió- ¡No eres un fantasma, no puedes aparecer así!

¿Cómo es que no me di cuenta de su presencia?

-Tenemos que salir de aquí- informó limpiando sus manos en los pantalones y negué ligeramente.

-Tengo que buscar a Fred y Scott, al parecer alguien atacó a mi amigo. Y Scott, el entró y no lo he vuelto a encontrar.

-No te pregunté- tomó mu brazo- debemos salir de aquí, lo que Fred quiere es reunirlos a todos en el mismo lugar que comenzaron con el rito.

-¿Rito? Solo leíamos...

-Tu no entiendes. No pueden estar juntos...

-¿Stella?- la tierna voz de mi amiga resonó en el lugar, interrumpiendo el discurso del vampiro y mis ojos se encontraron con los suyos.

Estaba asustada.

-¿Qué haces con él?- Scott apareció de repente, enojado para ser más exactos, fulminando con la mirada a Caleb.

Estaba celoso.

-¡Al fin llegan!- Fred emergió de entre la oscuridad, llevaba consigo el mismo libro que utilizó en año nuevo con total seguridad.

Estaba... Feliz.

El aliento de Caleb chocó en mi nuca de forma brusca, haciendo que tragara saliva intentando controlar mi cuerpo.

-La copia- musitó.

Él estaba asustado, enfadado y alerta. Sin embargo, yo no podía dejar de pensar en las probabilidades de salir de allí sin ningún tipo rasguño. Con mis amigos, novio y... Caleb.

VALENCEWhere stories live. Discover now