Valence

202 13 0
                                    

El crepúsculo se alzaba sobre los cuatro amigos, Fred, Stella, Scott y Lizzy se encontraban alrededor de un pequeño circulo formado por rocas mientras que leían las lineas de aquel libro. Cada uno experimentaba sensaciones diferentes en medio de aquel frió y oscuro cementerio, algunos miedo y otros adrenalina recorrer cada fibra de su cuerpo. Una intensa luz blanca se alzó sobre ellos junto a gritos y comenzaron a correr. Todos menos Stella que sintió su tobillo doblarse,  cayó al suelo embarrando la ropa que llevaba consigo y cerró los ojos absteniéndose de gritar.

-Maldita sea- susurró sintiendo una leve presión sobre sus muñecas cuando era arrestada.

(...)

Era extraño y bueno a la vez.

Aquel chico llevaba observándola desde hace ya rato, mientras que ella no dejaba de admirar la belleza que poseía como si de un ser irreal se tratara, quería tocar, sentir debajo de la yema de sus dedos aquella piel que tanto le atraía y así comprobar si su teoría sobre lo suave que podría llegar a ser era real.

La sorpresa invadió sus facciones  cuando el misterioso chico se puso de pie comenzando a caminar en su dirección, a un paso lento, y no pudo evitar sentir como la emoción la embargaba por dentro. El calor le subió por las mejillas tornándolas de un intenso color rojo. Apartó una mata de pelo para distraerse y suspiró sintiendo su corazón acelerarse más y más.

 ¿Que habrá hecho para llegar allí?, se preguntaba. No parecía un asesino y mucho menos un ladrón, a decir verdad parecía un ángel, y vaya ángel. Lo que no había tenido en cuenta era las intenciones que traía consigo.

Su garganta se cerró pidiendo a gritos aire, la atacó, en tan solo un movimiento ya era victima de un agresor desconocido y para nada agradable.

Stella presionó con fuerza la muñeca de su atacante intentando librarse del agarre, su garganta estaba siendo comprimida y apenas lograba respirar con dificultad mientras su cuerpo se pegaba a los barrotes de aquella celda haciendo que su columna doliera. Sus ojos se abrieron más a causa del pánico.

  -Ya, solo hazlo- susurró golpeando la cabeza de su victima contra la pared sin remordimiento alguno, un mareo repentino provocó a Stella ganas de vomitar y las tuvo que reprimir sintiendo el ardor en su esófago. El rostro de su atacante comenzó a desvanecerse de a poco- hazlo de una maldita vez, acéptalo ¿Por qué no te rindes?, Stella, ¡Stella!  

El pie de la chica se torció de repente una vez más en aquella noche y cayó al suelo sin dejar de toser, abrió los ojos encontrándose sola en aquel lugar. Era sólo ella y una banca vacía. Ella y la pequeña luz colgando en un suave resplandor del techo que no paraba de titilar.

-Stella- el oficial llamó desde la puerta, parecía cansado, hizo una mueca antes de girar la llave unas cuantas veces hasta que decidió ceder- han pagado tu fianza.

VALENCETempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang