|28| 4 DÍAS (2)

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Mierda. Ni siquiera me percaté del momento en que me quedé sola en mi habitación con mi blusa corrida y la mejor cara de pánico que se haya hecho en la historia del mundo.

--¿Que sucedió?- papá entró seguido de mamá y Perry tan rápido que apenas si logré reaccionar.

Si Caleb fue el que me llamó, entonces con quien me estaba besando no era él, eso explicaba muchas cosas así también como me dejaba con la gran duda ¿Quién era y por qué era exactamente igual al vampiro?¿Y cómo es qué logró escapar tan rápido?

Llevé una mano a mi cabeza intentando pensar al mismo tiempo que el recién nombrado aparecía en escena acomodando sus pantalones, mis manos temblaron y miré a mis padres aterrada bajo la mirada calculadora del impostor.

-Sólo creí ver una araña- mentí y por alguna razón Perry suspiró.

-Creo que no estas del todo bien- intervino mamá con un notable tono de enfado- ya has hecho mucho, puedes quedarte en tu habitación.

-Concuerdo con eso- papá salió tras ella y Perry igual.

Miré de nuevo su rostro. Aquello era imposible... Si Caleb me estaba jugando otra broma juro que le pegaría hasta desangrarlo aunque fuera imposible. Sus labios se extendieron en una enorme sonrisa y de esa manera pude notar la primera diferencia: Caleb no me miraba así, no, sus ojos por más que fuera difícil notarlo se iluminaban y soltaban chispas. Aquellos ojos sin embargo sólo parecían divertirse.

Una mano tomó mi muñeca y por primera vez en unos largos cinco minutos pude respirar. Me apoyé en su pecho conteniendo las ganas de abrazarlo.

-Ryan- Caleb me empujó hasta quedar tras él.

Mierda, eran exactamente iguales. Ambos. Parecían estar hechos de un solo molde, sus rostros y hasta narices, la forma en que sus cuerpos se encorvaban al ser tan altos. Y sí, su nombre verdadero era Ryan por lo que podía ver.

-Es bueno volverte a ver- el otro torció su labio inferior observandome divertido- tienes una novia muy sabrosa.

-Cállate- mi mano ardió bajo el tacto de Caleb y apoyé mi cabeza en su espalda esperando tranquilizarlo. Al parecer funcionó porque poco tiempo después me encontraba libre de todo tipo de presión- ¿Qué haces aquí?

-Te estaba buscando hermanito.

Wow ¿Hermanito?¿Acaso Caleb tenía hermanos?

-Ya me encontraste, ¿Qué piensas hacer?- preguntó alzando la voz. Ryan se encogió de hombros caminando por mi habitación, sus dedos se deslizaron sobre el marco de una foto mía y de Scott que al parecer olvidé que existía.

Es incómodo teniendo en cuenta que ahora estoy con Caleb, aunque no sea oficial ¡Ay, ya Stella! Concentrate.

-Siendo un pura sangre debería asesinarte- dijo - pero... No sería digno de alguien con modales arrancarte el corazón en frente de tu novia y mucho menos si estan... Aliados.

-¿Modales?- río- vamos, hasta yo tengo más que tú.

-Eso significa que ella sabe toda la verdad ¿No?- preguntó viendome directo a los ojos.

Aparté la mirada incómoda.

-Quiero que te vayas.

-Eso es un no.

-Ahora.

-Oye...

-¡Que te vayas!- Caleb grito hundiendo sus uñas en mi mano y mostrando unos enormes colmillos y ojos de color rojos.

Tragué saliva aterrada apartandome de él, ni siquiera en mis pesadillas había logrado asustarme de tal manera. Miré mi mano sangrar intentando contener las lágrimas

-Ya la hiciste llorar-Ryan habló imitando la voz de un pequeño niño. Caleb tomó mi hombro acariciando con cuidado la zona.

-Stella vamos.

-No quiero- respondí automáticamente. No pensaba irme con él en aquel estado.

Tampoco deseaba verle los ojos ¡Esos malditos ojos!

Sentí como la saliva pasaba por su garganta de forma bruta. Aquellas reacciones por parte de él me hacían solo confirmar todo tipo de sospechas sobre como terminarían las cosas, aquel trágico día lo nombré esta mañana mientras leía un libro. Sabe Dios que pasará... Sólo espero que mi sacrificio no sea en vano... Yo se qué él puede, puede cambiar de opinión y tomar la decisión correcta.

Tomé su mano sin levantar la mirada y caminé en dirección a la ventana, en menos de dos segundo había tomado mi cintura y saltado sobre el patio delantero conmigo entre sus brazos. Nadie dijo nada y yo tampoco me atreví a verle a los ojos, aún no lo creía necesario así que caminamos en silencio hacía donde mi cuerpo lo dictaba.

No sabía a donde me dirigía o cuando volvería, si es que lo hacía. Ya era de noche y sólo faltaban tres malditos días.

Una lágrima cayó de mi ojo. Odiaba aquellos momentos en lo que todo me salía mal, primero Caleb y su llegada misteriosa, mi cuerpo haciéndome sufrir como si fuera un misero muñeco,  los secretos a mis amigos, las vegas, aqellas malditas pesadillas, los "demonios" asechandome por haber pasado sólo una maldita noche en el cementerio y ahora el hermano misterioso de Caleb. Era como si el mundo conspirara en mi contra.

Caleb soltó maldiciónes golpeando un árbol en el camino. Me detuve a unos cuantos pasos de él esperando a que hablara y nada, solo se quedó allí con la cabeza gacha por más de diez minutos hasta que al fin decidió reaccionar tomando mi rostro entre sus manos de forma rápida, su dedo pasó lentamente por debajo de mis ojos secando las lágrimas.

-Perdóname- miré a sus ojos. Ya no eran rojos y tampoco se veía ninguna señal de sus colmillos, era sólo él- por favor dime algo.

-Confió en ti- solté esperando a que me dijera algo de aquel día pero me equivoqué.

Su mandíbula dibujó una larga línea que lograba perderse en su cuello.

-Te amo- dijo tomándome por sorpresa, lamió sus labios formando una pequeña sonrisa melancólica- yo se que es muy estúpido y quizá pronto. La verdad es que pensaba hacer mi trabajo e irme pero... Pero cuando te veo sólo quiero besarte y decirte aquellas palabras tontas, se supone que te las tendría que haber dicho en un momento lindo como en una cita. Pero el solo verte llorar por mi culpa me hace querer matarme y pensé que si te lo decía tú sonreirias o dirías algo aunque sea burlandote de mí y lo muy torpe que soy para ser cursi, te juro que cuando te quedas callada mirandome de esa forma solo me hace temer. No me eno...

-Cállate- lo interrumpí. A pesar de mi gran decepción, por darme cuenta de que no pensaba decirme la verad, aquellas palabras lograron reanimarme.

¿Caleb enamorado de mí?

-En serio lo sien...

-¡Ya, cállate!- grité odiandome a mi misma al ver su reacción. Sonreí- Creo que con todo tu discurso olvidé lo que dijiste.

-Oh, no. No lo repetiré- dijo soltando mi rostro para agarrar mis manos transmitiendo calor.

Hice el mejor puchero de toda mi vida.

-Stella...- achiné los ojos observando con diversión su reacción- esto es extorcio... ¡Está bien, te amo...-dijo entre dientes.

-¿Qué?

-Stella...

-Caleb...

-¡Que te amo!- gritó llamándo la atención de unos perros callejeros, el más chico de todos se apartó de la calle corriendo al otro lado. Reí. Caleb acercó sus labios a los míos esperando alguna señal de rechazo por mi parte.

-Lo besé- recordé y cerró los ojos algo dolido.

-Eso es lo que menos me importa ahora.





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Aún no esta corregido pero espero que les guste 💕💕

VALENCEWhere stories live. Discover now