|36| ÁNGEL DE LA MUERTE.

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Es curioso que, cuando uno piensa que todos sus problemas han acabado, de pronto algo suceda. Y no es que esperara que mi vida fuera normal, vamos, después de conocer a un vampiro toda vida deja de ser normal. Después de estar conectada a un vampiro, tu cuerpo comienza a cambiar.

No es que me convertí. Pero aquellos efectos que provocaba el ver un cuello humano cerca de mi rostro o el resalte de las venas no era normal, me aterraba dejar de ser yo pero para mi suerte descarte la posibilidad de ser uno luego de tener nauseas al ver como el dedo de mamá se cortó con las hojas de la licuadora.

Y allí estaba, con la espalda erguida y ambas manos sobre mis rodilla mientras Sara avanzaba en nuestra dirección. Pero eso no era lo atemorizante, su rostro, su ropa rasgada y hasta la velocidad con la que caminaba dando indicio de gran furia en sus facciones junto a sombras que viajaban en zig zag a su mismo ritmo.

Y hasta esas alturas me preguntaba si todo el pueblo sabía sobre existencia de lo paranormal. El que no figuremos en el mapa y el que parte de los habitantes sean religiosos me otorgaba un sí. No podía creer que toda mi vida viví sin pensar en eso, aunque claro, hasta aquellos momentos no había conocido a Caleb.

-Vete- dije a Fred que se mantenía de igual manera en silencio. Mis puños se presionaron con fuerza sobre mis jeans sintiendo mis uñas doler hasta tal punto de que estas comenzaron a separarse de mi piel.

Estaba furiosa. Malditamente furiosa porque había arruinado mi día tranquilo.

-No me voy a ir, Stella.

-No quiero que te vuelvas hacer daño- esta vez, dirigí la mirada hacía él. El tiempo se nos acababa.

No iba a perimir que Fred volviera a pasar algo como antes y mucho menos por mi culpa, Sara estaba allí por mí. No por él.

-No te dejaré sola. No estamos solos- dijo poniendose de pié. Para mi sorpesa, sus ojos soltaron un brillo verdoso- conviví rodeado de demonios por meses. Te lo aseguro, nadie vuelve a ser normal luego de eso.

-Pero.

"Crack" una de mis uñas salió volando y miré horrorizada mis manos. La sangre se escurría por entre mis dedos, relamí mis labios sintiendo algo picar en mi espalda.

-Tú tampoco eres normal, Stella.

Me puse de pié junto a mi amigo bajando de las gradas puesto a que un mal movimiento nos llevaría a caer de allí. Mis pies tocaron el firme suelo.

Hasta donde recordaba, Sara era sólo una aprendiz de hechicería fracasada. Por lo cual el que el viento se arremolinara a su lado y aquellas mascotas la acompañarán en cada paso que daba no me daba buena espina y lo dejaba en una sola y simple conclusión: magía negra. Y al parecer Fred lo notó porque se tensó junto a mí murmurando algo en voz baja.

Y allí me encontraba, a la espera de que ella llegara. Consciente de que si una batalla se desataba yo no duraría si quiera cinco segundos antes de morir.

El cuerpo de Sara quedó a sólo unos pasos del mío, su rostro mostraba miles de cicatrices aún frescas, sus jeans estaban rasgados al igual que su remera, la cual dejaba gran parte de su sostén al aire, e iba descalza. Las sombras desaparecieron en el césped y habló por primera vez de forma ronca y distorsionada.

-¡¿Me ves?!- preguntó soltando una risa petulante. Su cuerpo se movió hacía adelante al mismo tiempo que sus pestañas batian de forma rápida y constante- al fin puedo hacer lo que tanto tiempo quise y solo me bastaron.... ¡Tres minutos! Es increíble el poder de la muerte.

Santos cielos.

-¿Que quieres?- Fred fue el único en preguntar sin embargo yo me encontraba absorta en mis pensamientos.

VALENCEHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin