|1| Lacrosse.

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-Collins.. Collins, ¡Collins!- el profesor gritó llamando la atención de todos los presentes y bufe algo molesta abriendo los ojos.

Últimamente no había podido dormir bien, me costaba conciliar el sueño.

-Charles, Charles ¡Charles!- lo imité irónicamente y su frente de arrugó de manera exagerada, estaba listo para tirarme con una de sus mejores armas, lo presentía muy internamente.

Llevé exhausta una mano a mi mentón esperando a que hablara y me dispuse a recoger mis cosas sobre el banco en cualquier momento, si no me imponía un castigo ¿Que haría?¿Darme tarea? Seguro se la terminaría arrojando por la cabeza antes de lo pensado.

O simple, Google.

-Quiero que vayas a detención- ordenó  me levanté de mi asiento tomando todo lo que estaba a mi alcance con una pequeña sonrisa en los labios- No, espera-me detuvo y sus dientes aparecieron a la vista, esto no iba a terminar en nada bueno- tengo un mejor castigo.

El salón se sumergió en un molesto silencio y esperé ansiosa al gran castigo del señor Charles, a menos que me hiciera limpiar su ropa interior no me importaba nada más. Y claro que se lo tenía pensado desde hace tiempo, bicho raro, no me dejaría en paz hasta que me fuera de este lugar y estaba segura que yo no lo dejaría a él.

-¿Y? Sigo esperando Mr. Charles- sonreí impaciente, oí a mi novio reír al igual que otros alumnos.

Miró por la ventana y señaló al exterior.

-Clases de lacrosse.

-¿Qué?

-La entiendo, señorita Collins. Mi clase es muy aburrida- posó ambas manos sobre el escritorio- así que de ahora en adelante en lugar de venir iras a practicar lacrosse, para saciarte el aburrimiento, claro. Comenzando desde ahora.

-Es un deporte de chicos.

-No lo creía de usted- enarcó una blanca ceja con fingida sorpresa- una jovencita tan liberal y dichosa como usted. No sabía que ahora se dividía en categorías, es un deporte y eso incluye a mujeres y hombres.

-No...

-Quiero que vaya.

-Mi ropa.

-Ve con eso, apuesto que le encantara a los chicos.

-Oye- Scott intervino.

-Ahora Collins, llamaré a tus padres si no.

<<Esta me la pagas>>

Presioné las cosas contra mi cuerpo conteniendo las ganas de tirarle con algo, caminé hacía la puerta no antes de fulminar con la mirada al profesor y hacerle saber que esto no se quedaría así. Salí de allí cerrando con fuerza la puerta.

<<Eso no fue suficiente>>

Volví abrirla captando la atención de todos, miré al profesor y no le sacaba el dedo del medio porque seguro me sancionarían. Esta vez cerré la puerta con mucha más fuerza haciendo temblar los casilleros cercanos.

-¡Collins!

Era increíble, asombrosamente increíble, ¿Acaso no pudo castigarme con Hockey, soccer o algo por el estilo?¿Lacrosse?¿La única mujer en el equipo? Apresuré el paso por los pasillos ganándome algunas miradas curiosas, ni siquiera tenía ropa de deporte aquí. Esta vez se pasó. Hice una pequeña parada en mi casillero cambiando mis sandalias por zapatillas antes de continuar.

A pesar de todo tenía suerte de tener a Charles como profesor, el más que nadie sabía lo de mis padres y hacía todo lo posible para no enfrentarme con ellos. Muy en el fondo estaba consciente de mi afecto a su persona.

VALENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora