|5| INTRUSO.

79 12 0
                                    

-¿Y como haremos las cosas?- pregunté una vez que se hubo apartado de mi dejándome libre y después de procesar todo por largos minutos en los que el silencio fue un gran testigo.

Por suerte no me mordió.

-Necesito cuidarte hasta que se cumplan los seis meses, para los cuales faltan tres- desató sus botas quitándose una detrás de otra.

Fruncí el ceño.

-¿Que haces?

-No tengo casa, es decir, si pero no- me miró para después rodar los ojos- de alguna forma nuestros cuerpos son más fuertes cada que estamos cerca.

-Ah- alargué la vocal un poco confundida. Eso era muy cliché- tengo novio.

-¿Y?- preguntó yendo por su remera. Intente no mirar- solo estaremos juntos hasta el día del pacto. Luego me iré, yo procuraré de que no te suceda nada y tu me alimentarás.

¿Acaso acababa de decir lo que escuché o solo era un efecto de que mi cuerpo se estaba desvaneciendo?¿Alimentarse de mí?

Su expresión pasó de una seria a divertida, mordió su labio inferior muy lentamente jugando con su lengua y subió a la cama hasta estar a mi altura, apoyó el peso de su cuerpo sobre el hombro sin dejar de mirarme. No parecía estar bromeando.

-Cálmate, Stella, solo puedo beber tu sangre hasta que dejemos de estar aliados. Prometo que no dolerá y tampoco morirás.

-¿Y cada cuanto necesitas?

-Cuando se me antoje- se dio vuelta cubriéndose con la manta.

¿Los vampiros duermen? En Crepúsculo no lo hacían, aunque en The vampire Diaries si. O quizá era porque pasaban muertos la mayoría del tiempo.

Muchos cuellos quebrados. Diuh.

Diablos, recosté mi cabeza sobre la almohada observando el techo y las pequeñas figuras en el, sentí un brazo rozar el mio y me aparté más a la orilla aún tratando de asimilar lo que estaba sucediendo. Quedando en el lado lateral de mi cama. Era difícil de aceptar, sigo creyendo que todo esto es una broma de Fred, ese maldito gusano siempre intentando asustarme. Pero luego esta todo lo que sucedió, no creo que Fred jugara con mi salud o pudiera comunicarse mentalmente conmigo, y era verdad. Con Caleb cerca de mi me sentía un poco más fuerte.

¿Tendré poderes cómo él?

-Stella.

-¿Qué?

-Apaga la luz- su voz salió amortiguada por la almohada y empujó mi hombro apurándome.

El muy maldito me daba ordenes y era él quien dormía en mi casa. Y sin invitación.

¿Los vampiros no necesitaban invitación?

-Tengo miedo-confesé y escuché una pequeña risa ronca de su parte que me produjo escalofríos.

-¿Duermes con un Vampiro y tienes miedo a la oscuridad?- seguía riendo. Era cierto.

Tenía al mismísimo demonio durmiendo en mi cama.

Apagué la luz y giré en dirección a la ventana, fuera todo estaba aún mas oscuro, la única luz provenía de la luna y algunas otras casas. podía sentir el frío recorrer gran parte de mi espalda, pero aún así no quise tomar el acolchado por la simple razón de que Caleb lo tenía entre sus brazos y no quería voltear y toparme con su rostro. Por alguna razón cada vez que lo veía con los ojos cerrados y tan sereno se convertía como un imán para mi.

No se cuando y en que momento me dormí, pero gracias a Dios no tuve pesadillas y no volví a despertar como usualmente lo hacía.

Quizá era cierto, nuestros cuerpos se hacían más fuertes cuando estábamos juntos.

VALENCEWhere stories live. Discover now