|26| DÍA 5.

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-Pasame el azúcar- gritó Lizzy tomando una nueva taza, me moví sobre el mostrador arrastrando mis pies inmoviles antes de tomar el paquete marrón que se encontraba en una esquina. Vacie el contenido.

-¿Estas segura de que es así?- pregunté.

Lizzy asintió.

-Lo he hecho unas carenta veces ¿Qué puede salir mal?

-Lo que antes salió cuarenta veces- respondí rodando los ojos y dejando caer mi cabeza sobre la palma de mi mano.

Era el cumpleaños de su madre y por el ende el aniversario de sus padres, el día en que Lizzy se volvía mucho más loca de lo normal preparando postres y comidas de Internet que al final solo ella llegaba a degustar puesto a que ambos pasaban todo el día en la casa de campo.

Lizzy rio como una niña al momento que su celular comenzaba a sonar. Rodé los ojos, ya se había convertido en costumbre y aunque no quisiera decirlo en mi presencia se trataba de Fred, estaba casi segura de eso.

La puerta de la entrada sonó y antes de que pudiera ponerme de pie ya se estaba abriendo dejando ver a cuatro chicos detras de ella, Fred, Scott, Parker y Caleb entraron haciendo ruido con una bolsa en mano cada uno con comida más que seguro. Lizzy fruncio su ceño mirando a Scott quien se encogió de hombros fingiendo no saber lo que sucedía. El vampiro sin embargo dejó caer la bolsa sobre la mesa antes de irse a un rincón de la cocina y observar con su fría mirada los pastelillos a medio terminar sobre la mesa, poco a poco su vista recayó sobre mi trasero e intente distraerlo chasqueando mis dedos frente a su rostro. Funcionó a duras penas.

-Oye- lo llamé y una sonrisa creció en su rostro causando tensión en el ambiente, la risa de Parker me sacó del pequeño transe llevandome a la  realidad.

-¿Qué dices Stella?

-¿Sobre qué?- pregunté confundida.

-Tu cabeza... Parece como si te hubieras dado un fuerte golpe. Eso debe doler.

-Yo...

-Es la alianza, el día del sacrificio está cerca- interrumpió Caleb sin moverse de su lugar provocando que mis músculos se tensionaran.

-Caleb...

-Todos aquí lo saben, tú, Parker, Fred, Scott y hasta Lizzy- concluyó encojiendose de hombros demasiada importancia.

Era verdad, todos en aquella habitación estaban al tanto pero lo que si me sorprendía era que nunca habíamos estado todos juntos en la misma habitación hablando sobre el tema. Es decir, aún ni siquiera sabía como habían solucionado el problema de fred. Y lo de la nueva mancha en mi frente... Pues, esta mañana no tuve tiempo de mirarme en el espejo.

Tomé una cuchara reflejando mi rostro en ella, apenas si se notaba un pequeño moratón.

-¡Stella!

-¡¿Qué?!- pregunté fastidiada.

-Dile a Caleb donde queda el sótano- Lizzy abrió sus ojos algo histérica. Rechiste- eres la única en la que confío cerca de mis diarios. Ahora ve y dile, necesito esas mermeladas.

-¿Y no puedo ir sola?.

-La caja es grande.

-¿Y acaso no me puede acompañar Parker?- pregunté tratando de evitar estar a solas con el vampiro.

-¡Stella Collins ve de una maldita vez!-  gritó tomando el borde del dulce con fuerzas, rápidamente me bajé del mostrador tomando por la mano a Caleb y desapareciendo en las oscuridades  del pasillo.

VALENCEDove le storie prendono vita. Scoprilo ora